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lunes, 26 de septiembre de 2016

Los Fantasmas de Historias Lado B: Nazis en el Luna Park de Buenos Aires

El 10 de abril de 1938 unos 15 mil nazis se reunieron en el estadio "Luna Park" de Buenos Aires (Argentina) celebrando el Anchluss; anexión de Austria a la Alemania de Hitler.
En un imaginario viaje en el tiempo, Historias Lado B te muestra imágenes de sus regresados fantasmas combinadas con el mismo lugar en la actualidad.


(Fotomontajes: el Luna Park en la actualidad y fotos del acto de 1938, por Marcelo D. Gracía)


Nota relacionada:
http://historiasladob.blogspot.com.ar/2012/03/buenos-aires-1938-el-mayor-acto-nazi.html



domingo, 10 de noviembre de 2013

Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"

"La noche de los Cristales Rotos", 1938.


Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"
Por Kirsten Grieshaber / Associated Press

BERLIN -- Los alemanes en todo el país conmemoraron el sábado el 75º aniversario de la Kristallnacht —La Noche de los Cristales Rotos-, en la que los nazis lanzaron una ola de ataques contra judíos en Alemania y Austria. El 9 de noviembre de 1938, centenares de sinagogas fueron incendiadas, numerosas viviendas y negocios de judíos saqueados, unas 1.000 personas fueron asesinadas y más de 30.000 judíos enviados a campos de concentración. Los ataques marcaron el comienzo formal de una violenta persecución estatal contra los judíos, que terminó con la muerte de seis millones de judíos europeos para cuando el Tercer Reich cayó en 1945. Alemanes en muchas ciudades y pueblos realizaron vigilias con velas, escucharon a judíos sobrevivientes del Holocausto narrar recuerdos y se congregaron en cementerios judíos para honrar a las víctimas de la Kristallnacht. La canciller Angela Merkel dijo que la Noche de los Cristales Rotos fue "un evento que humilló a los judíos de una forma inconcebible... se había alcanzado un punto realmente bajo en la historia alemana". "Desafortunadamente, más adelante la historia alemana se desarrolló en una forma aún peor que llevó eventualmente al Shoah (Holocausto)", afirmó. La jefa del gobierno exhortó a los alemanes a jamás olvidar el pasado. En Berlín, grupos de residentes recorrieron con guías sus barrios, deteniéndose en sitios en los que alguna vez estuvieron tiendas, escuelas y otros edificios judíos destruidos por los nazis y sus partidarios. Varios berlineses se unieron para pulir algunas de las 5.000 Stolpersteine ——o piedras de tropiezo-, que identifican por su nombre a víctimas de los nazis frente a sus antiguas viviendas. Las placas de bronce del tamaño de una piedra están insertadas en aceras y su nombre se debe a que uno se topa con ellas cuando camina por Berlín.

"Piedras del tropiezo" en Berlín.


"Hemos organizado 16 grupos que han salido hoy a limpiar las placas, y esperamos convertir esto en un evento anual en el futuro", dijo la coordinadora de los recorridos, Silvija Kavcic. Pese a todas las actividades positivas, algunos oradores en la jornada emitieron una nota de cautela, al recordarles a los participantes que el antisemitismo sigue siendo un problema en Europa. Un sondeo de judíos europeos dado a conocer el viernes reveló que más de tres cuartas partes de los entrevistados piensan que el antisemitismo está aumentando en sus países y casi una tercera parte han considerado emigrar porque se sienten inseguros.


Nota original: http://www.elnuevoherald.com/2013/11/09/1610749/conmemoran-el-75mo-aniversario.html#storylink=cpy

domingo, 28 de abril de 2013

Cae la noche: el Anschluss por Roberto Hubscher en primera persona

Roberto Hubscher comparte con Historias Lado B su relato en primera persona recordando los lejanos y oscuros días que derivaron en la anexión de Austria al Tercer Reich. El "Anchluss" dejó su huella de atropello y violencia descomunal, símbolos de la barbarie nazi. La gente de bien, los ciudadanos comunes sufrieron las consecuencias y muchas historias cambiaron para siempre. Ésta es una de esas historias.

Roberto Hubscher y Gerda. Austria, 1938.


Cae la noche.
En 1933, cuando yo nacía, los nazis, con Adolfo Hitler a la cabeza, tomaron el poder en Alemania y comenzaron la persecución de todo lo que no era "alemán" y "ario" según sus propios conceptos, incluyendo principalmente a los judíos. En Austria, en el mismo año, el canciller Dollfuss prohibió el partido nacionalsocialista y las milicias socialistas.
Al año siguiente se promulgó una nueva constitución, proclamando a Austria un estado "corporativo, autoritario, cristiano-alemán". A mediados de año Dollfuss fué asesinado en un golpe de estado por una conjura nazi destinada a unir a Austria con Alemania, unión que fracasó por la oposición de la Italia fascista en una puja de poder en el escenario europeo.
Pero los austríacos siempre se sintieron más alemanes que los mismos alemanes, al igual que ellos temían a los comunistas soviéticos y, en parte, tenían arraigados sentimientos xenófobos y antisemitas a pesar de siglos de tolerancia de los emperadores austro-húngaros.

Una visión siniestra.
Era una fría mañana del final del invierno, cuando un ruido inusual me despertó. Sordo pasos golpes rítmicos se oían llegar desde la calle. Me levanté, me acerqué a la ventana de mi pieza, que daba a la Obkirchergasse, y espié a través de las cerradas persianas de tablillas inclinadas de madera.
Alineados en filas que cubrían el ancho de la calle, marchaban. Cascos de acero verdes, chaquetas verdes, botas, cargando armas extrañas con caños exteriores perforados como una tela a lunares. Marchaban y continuaron marchando durante largo rato, soldados y mas soldados, en dirección a la Grinzinger Allee y al parque que yo frecuentaba. Yo estaba solo en mi pieza. Nadie me dijo nada y yo no creo haber preguntado nada. Para mi inocente mente de niño, esta marcha solo era una vista inusual, extraña, pero no implicaba ninguna sensación de temor o peligro. Era el 12 de Marzo de 1938: las fuerzas de la Alemania nazi habían entrado en Viena y ello, sin que yo pudiera intuirlo, marcaba un quiebre en mi destino y el de mi familia.

El brusco e inusitado fin de una amistad.

Al día siguiente, como era un hábito frecuente, fuimos con mi madre al parque y yo me dediqué a jugar en el arenero con mi amiga Gerda. En eso estábamos cuando oímos música de marcha, pasos acompasados y un entusiasmado griterío. Miramos y vimos una compañía de soldados alemanes, marchando solemnemente y con sus armas al hombro, por la avenida que bordeaba el parque. Atraídos por el bullicio y el espectáculo, corrimos de la mano hasta el borde del parque, donde se había reunido un considerable grupo de gente que, levantando el brazo derecho en el saludo nazi, gritaba "Heil Hitler!" vitoreando a las fuerzas que pasaban. Mi amiga Gerda se alineó con los demás y, a cual más entusiasta gritaba con ellos. En mi inocencia, me uní al coro, saludando y gritando al unísono con mi amiguita y todos los demás. Cuando es eso estaba, repentinamente apareció mi madre y, sin proferir palabra, me tomó de la mano, me alejó de allí y me llevó a casa. Esa fué la última vez que ví a Gerda y nunca más supe nada de ella.

Se aprueba la anexión de Austria al Tercer Reich.


Adiós Austria, viva la Marca del Este!
El 11 de Mayo de 1938 las tropas alemanas terminaron de ocupar toda Austria y, mediante un plebiscito, se confirmó la anexión, transformando la República de Austria en la Marca del Este del Reich alemán, que iba a durar 1000 años.
Los acontecimientos ocurrieron en rápida sucesión, aunque yo no fuí plenamente conciente de ellos. Sin embargo, algunos documentos  y  cartas de mis padres a mis abuelas en Austria y Polonia complementaron los pocos recuerdos propios de esta etapa.
Una de las consecuencias casi inmediatas afectó la situación laboral de mi padre y supongo que también a la de mi abuela.
   
Incautación.
Los dueños de la empresa donde trabajaba mi padre eran judíos. Según me contaron, un buen día apareció en la oficina del directorio un señor muy marcial y elegante, con un botón con la cruz esvástica en el ojal del saco, y saludó diciendo: "Señor Director General, su empresa ha sido expropiada. Puede quedarse aquí si lo desea, pero de ahora en adelante las decisiones las tomaré yo". Por supuesto, el director y propietario, Ludwig Klausner, no se quedó. Fué encarcelado pero, afortunadamente, consiguió liberarse, probablemente por el pago de una considerable suma de dinero, y, al poco tiempo, emigrar a Suiza, para luego viajar a Londres.
Mi padre recibió en su oficina una notificación, que ha llegado a mis manos:
"Del-Ka Industria del Calzado SAIC"
"Sr. Procurador José Hübscher"
"En esta casa".
"26.4.1938"
"Por la presente rescindimos la relación laboral existente entre nosotros a partir del próximo plazo mínimo prescripto por ley, o sea a partir del 31 de Julio de 1938.
Con nuestra mayor consideración
Del-Ka Industria de Calzado
(firmado con sello) Starke" .
La carta de recomendación extendida por la empresa da idea de la importancia de la posición de mi padre y de la holgada posición y seguridad futura que los nazis nos robaron a mis padres y a mi.
"Del-Ka Industria de Calzado SAIC. Dirección General, Viena VI, Mariahilferstrasse 47.
"Constancia por la que se certifica que el Sr. José Hübscher ha entrado a nuestro "servicio el 1. de Abril de 1927 y estuvo activo en nuestro establecimiento hasta el 30 de "Junio de 1938. El citado Sr. estuvo a cargo de la organización y control comercial, "financiero y administrativo de la central en Viena, los locales de venta en Viena y nuestras "sucursales en la provincia, así como de todas nuestras afiliadas extranjeras.
"El Sr. Hübscher ha realizado las tareas a el encomendadas a extraordinaria satisfacción "aún en situaciones ocasionalmente muy dificultosas, gracias a sus especiales condiciones "de organización, sus ricos conocimientos en el campo de nuevos métodos de cálculo, "supervisión empresaria y contabilidad financiera. En el trato con proveedores y clientes se "ha mostrado competente y confiable. Especialmente destacable es que es digno de la "mayor confianza. Podemos recomendar calurosamente al Sr.Hübscher para el desempeño de cualquiera de "las tareas enumeradas y le deseamos buenos éxitos para su trayectoria futura."
Cabe preguntarse si el último párrafo fue realmente sincero o si se trataba de un sarcasmo, teniendo en cuenta que en esos días era inadmisible que un judío pudiera obtener un puesto semejante en los países germano-parlantes.


Las tropas alemanas ingresan en Austria. 1938.


Un judío no es un ciudadano digno; que se vaya.   
Aunque mi padre estaba aún en edad de ser reclutado, dado que, por suerte, era "indigno" que un judío sirviera en las fuerzas armadas del Reich, fue eximido del servicio, quedando libre (?) para emigrar, según reza un certificado que también ha llegado a mi poder.

"Comando del distrito militar de Viena, 10 de Agosto de 1938
"A José Hübscher, nacido el 4.2.1900 en Zalszczyki, domiciliado en Viena XIX, "Obkirchergasee 42, se le certifica que, de acuerdo a los documentos presentados, es judío "completo y, de acuerdo al WG#15, no puede prestar servicio militar. Por parte del "Comando Militar no hay objeciones para su emigración."
   
Preparativos para la partida.
Sin demora, mis padres comenzaron los preparativos para abandonar Austria. En esa temprana época todavía era posible llevarse muebles, utensilios y ropa, por lo que se preparó todo lo posible para embalarlo. En esa época, en que los contenedores aún no se habían inventado, se estibó todo lo posible en un gran cajón cúbico de unos 3 o 4 metros de lado, que luego, al conocer nuestro destino definitivo, se despachó por una compañía transportadora.
Como solo estaba permitido llevar 20 DM ( unos 8 dólares ) en efectivo, mi padre pagó todos los pasajes y transportes antes de salir. Como todavía quedaba algo de dinero, decidió comprar algunas cosas de valor que pudiera llevar y que fueran medianamente convertibles en caso necesario.
Así fue que una tarde salí con mi mamá al centro, a una platería cuyo dueño era el cuñado de un tío de mi papá. Era un negocio relativamente pequeño, con las vidrieras y estanterías forradas con terciopelo rojo y llenos de los mas variados artículos de reluciente plata. Los nazis aún no habían pasado por allí: de lo contrario mis parientes ya no habrían estado en el negocio. Compramos un juego completo de cubiertos de plata y tres importantes candelabros, uno de ellos para tres velas montado en un pedestal cuadrado con una efigie de león en cada cara. Estos candelabros aún suelen adornar mi mesa en los días de fiesta.

 Casa natal de Roberto Hubscher en Viena. 2009. Arriba izq.: Roberto Hubscher (Abril 2013)


Hacia dónde?
Mi padre con una clara visión del futuro, trataba de acelerar lo mas posible nuestra partida. Si bien teníamos ya muchos parientes en Estados Unidos, en ese momento la emigración hacia ese país ya era muy dificultosa. Recuérdese la odisea del barco de refugiados judíos que partió de Hamburgo y que, después de recorrer puertos de varios países, incluyendo el de Nueva York, tuvo que regresar pues nadie autorizó el desembarco de los refugiados judíos. Cuando volvieron fueron despachados a campos de concentración en Alemania y Polonia.
Para obtener una visa de ingreso a EE.UU. había que obtener un "afidávit" (garantía) que debía ofrecer un residente norteamericano con holgada situación económica, lo que no era el caso de nuestros parientes, que trataban de conseguir amigos que se prestaran a ayudar a sus familiares a huir de la persecución racial.
Por ello, mi padre trató desde el principio de obtener visas para la Argentina por medio de una "llamada", ya que aquí ya residía hacía 10 años mi tío Adolfo. Pero en esa época había muchos filo-nazis en el gobierno argentino y era muy difícil obtener un permiso de emigración a la Argentina. Finalmente, después de una angustiosa espera, el 5 de Septiembre de 1938 obtuvimos las visas para mis padres y para mí, las últimas que emitió el consulado argentino en Viena. Mi abuela materna no pudo ser de la partida. Según escribe mi abuela Ietty en una carta de Mayo de 1939 desde Polonia, recordaba que mi padre había pagado desinteresadamente los gastos del viaje de mi tío Adolfo a Argentina en 1927 y que, gracias a eso, ahora podía retribuirnos en la situación de gran necesidad, salvándonos del exterminio. Escribe mi abuela: "Bendito sea Dios que he educado hijos que pueden vivir tan bien entre personas que ayudan a mis hijos; el Todopoderoso los recompense. (...) Bendito es el Gran Dios, que Adolfo consiguió sacarte a tiempo, eso es como escapar de la muerte."
Dos días más tarde, el 7 de Septiembre, llegábamos por ferrocarril a Trieste (puerto de Italia más cercano a Viena) y al día siguiente embarcábamos en la motonave Oceanía.
Cuando ya estábamos a bordo, llegó un telegrama de mi abuela informándonos que el consulado suizo nos había otorgado una visa de tránsito por 10 días, pensada para eventualmente seguir a Inglaterra, ruta que habían seguido muchos fugitivos judíos.
Pero la suerte ya estaba echada: para bien o para mal, nuestro destino sería la Argentina.

Roberto Hubscher
Exclusivo para Historias Lado B.

Datos biográficos de Roberto Hubscher:
Roberto Hübscher nació en Viena, Austria, el 13 de Abril de 1933. Su familia era originaria de la Galitzia del antiguo imperio austro-húngaro, que luego fue polaca y hoy forma parte de Ucrania. Insólitamente, sus ancestros paternos parecen haber llegado de España.
Reside en Buenos Aires, Argentina, desde 1938. Hizo aquí sus estudios y ejerció su profesión de Lic. en Química hasta, finalmente, retirarse en el año 2006. Actualmente trabaja en el armado del archivo histórico del Colegio Pestalozzi de Buenos Aires.

martes, 8 de enero de 2013

La Argentina filonazi de 1938: Circular 11 de José María Cantilo contra los "indeseables" o "expulsados"


Cuando la inmigración hacia la Argentina estaba alcanzando uno de sus puntos más álgidos, cuando eran miles y miles los inmigrantes que llegaban desde tantísimos lugares del mundo hacia Sudamérica en busca de mejor vida, más dignidad y un bienestar que no podían encontrar sus países de origen, comenzó a gestarse en la Argentina una tendencia que mostraría a las claras (y sin dudas) la posición del país a pesar de su eterna y falsa postura de neutralidad. Una vez llegados los nazis al poder en Alemania, se dio lo que muchos esperaban para sus propias sociedades: un enfermo tirano con delirios de dios que llevara a la práctica las más brutales políticas discriminatorias. Eso se dio en la tremenda Alemania del Tercer Reich de maera flagrante pero no fueron pocos precisamente los países, sociedades y gobiernos que de inmediato se sintieron "identificados" y "simpatizaron" con la barbarie nazi. Mal que le pese a la historia argentina, el país sudamericano ha sido uno de los emblemas de las simpatías por el fascismo y el nazismo en la región sudamericana y así las cosas, de aquellas políticas migratorias abiertas y bastante permisivas desde finales del siglo XIX se fue pasando paulatinamente (sin pausa) a otras mucho más restrictivas y no tan blandas (por no decir sectarias...). 
Pero los cambios en la política migratoria de Argentina fueron tomando otro caríz, sobre todo, desde el ascenso del nazismo y Adolf Hitler al poder. 

No fue instantánea la "cercanía" de Argentina con la Alemania intolerante, el proceso venía gestándose desde hacía largo rato. La gran colonia alemana en Argentina supo desde el principio hacer gala de sus ideas nacionalistas (cosa que se venía dando incluso antes de la llegada de Hitler al poder) y muchas familias influyentes y poderosas encontraron buen caldo de cultivo en la sociedad argentina de entonces a la hora de "reclutar simpatizantes" con el nefasto régimen imperante en Alemania. Por supuesto que al decir la gran colonia de alemanes influyentes no estamos hablando de todos, cosa que sería (como mínimo) mentirosa e injusta, pero no hay que dejar de observar que sobre todo después de 1933 la educación de los alemanes en la Argentina estaba "alineada" con las políticas del Tercer Reich y eso caló muy profundo en la sociedad argentina en su gran mayoría. 

Si la llegada de los nazis al poder había sido la semilla germinal de aquellas ideas sectarias en la sociedad argentina de aquel entonces, el paso de los años y el afianzamiento de aquel Reich "destinado a durar mil años" hizo que los miles de adeptos locales se "envalentonaran" y creyeran que ya nada ni nadie los detendría... Así a medida que Argentina "cerraba filas" secretamente con la Alemania nazi, se llegó al año 1938, momento en el cual se redactó una nefasta disposición que (por si faltaba algo) dejaba muy clarita la posición argentina sobre la inmigración judía. La nota redactada por el canciller argentino José María Cantilo  era, sin más vueltas,  una orden concreta para los embajadores argentinos en Europa sobre los procedimientos a llevar adelante con gente que deseaba emigrar a la Argentina. 

Se trataba de la Circular 11 emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina durante la presidencia de Roberto M. Ortíz. Siguiendo fielmente las políticas de gobiernos argentinos filonazis, el de Ortíz se encargó de emitir esta sectaria circular (secreta y con orden de no ser divulgada públicamente) en la que se incluyó un párrafo que con "cierta sutileza" prohibía la entrada de judíos a la Argentina. Sobre el final de la "recomendación" de dos páginas decía lo siguiente: "Sin perjuicio de las demás disposiciones establecidas para la selección de viajeros destinados al país, y salvo orden especial de esta Cancillería, los Cónsules deberán negar la visación - aún a título de turista o pasajero en tránsito - a toda persona que fundadamente se considere que abandona o ha abandonado su país de orígen como indeseable o expulsado, cualquiera que sea el motivo de su expulsión. Este Ministerio espera que el celo y buen criterio del Señor Cónsul suplirán a este efecto la información formal que no sea posible obtener en cada caso, lo que permitirá establecer la capacidad del funcionario para el cargo que ocupa. Todo caso de duda deberá ser consultado a la Cancillería, así como el de toda persona cuya incorporación al país considere el Señor Cónsul inconveniente. Estas instrucciones son estrictamente reservadas y por ningún motivo deberán ser invocadas ante el público o ante las autoridades del país donde ejerce sus funciones. Quedan derogadas todas las instrucciones anteriores en cuanto se opongan a la presente. Los Señores Cónsules se servirán acusar recibo de la presente circular, directamente al Ministerio de Relaciones Exteriores".
A buen entendedor, pocas palabras: "...toda persona que fundamentalmente se considere que abandona o haya abandonado su país de origen como indeseable o expulsado..."



La circular 11 redactada y firmada por José María Cantilo el 12 de Julio de 1938.


Argentina hizo la "vista gorda" ante esta circular secreta del Minsiterio de Relaciones Exteriores y Culto durante décadas, por lo cual el comunicado oficial siempre estuvo vigente en el país. Recién en 2005 la Circular 11 fue simbólicamente derogada durante el gobierno de Néstor Kirchner tras el descubrimento en la embajada argentina en Estocolmo de la única copia existente (qué lejos la mandaron...¿no?) de la circular. La copia fue descubierta por la investigadora Beatríz Gurevich y denunciada por el escritor/investigador Uki Goñi en su libro "La auténtica Odessa". En un acto llevado a cabo en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, y con presencia de los nombrados junto al Ministro de Relaciones Exteriores de entonces, Rafael Bielsa, finalmente la nefasta Circular 11 (tras 67 largos años de vigencia en Argentina) dejaba de tener validez...

lunes, 2 de julio de 2012

Hitler, hombre del año de 1938 según la Revista "Time"

¿QUE HA MOTIVADO QUE LA REVISTA "TIME" HAYA DESTACADO EN SU PORTADA DEL 2 DE ENERO DE 1939 A ADOLF HITLER COMO "HOMBRE DEL AÑO"? TAL VEZ ALGUIEN HAYA ESGRIMIDO ALGUN MOTIVO PARA HACERLO... PERO PARA TANTOS OTROS, ESTA PUBLICACION SEGUIRA SIENDO UNA VERDADERA OFENSA. DESPUES DE TODO, SE TRATA DE ALGUIEN QUE SISTEMATICAMENTE LLEVABA GENTE A LOS CAMPOS DE CONCENTRACION DESDE 1933...

Portada de "Time" 2 de enero de 1939: Adolf Hitler, hombre del año... y nada más que agregar.


Los editores de la famosa revista "Time" le habrán dado las mil y una vueltas al tema y habrán esgrimido tantísimas excusas y explicaciones allá por el lejano 1938, pero lo cierto y concreto es que decidieron nombrar como "Hombre del año" al mismísimo Adolf Hitler en la edición publicada el 2 de enero de 1939. Si bien no han sido pocos los que argumentaron que quien figuraba en la portada de la revista "no era precisamente el mejor hombre o el más bueno", resulta por lo menos chocante el resultado de la elección de este infame personaje.
Los hechos inmediatamente posteriores a la publicación de esta portada indicaron a las claras lo erróneo que ha sido destacar a un ser tan nefasto como Hitler y, según parece, los (ir)responsables de la edición "tuvieron el buen tino" (bien entre comillado...) de no incluír una foto del dictador sino una imagen truculenta de un organista (con toda seguridad Adolf Hitler) ejecutando "El himno del odio" en una Catedral profanada mientras varias víctimas mortales cuelgan de una rueda de Santa Catalina y son observadas por jerarcas nazis.
La ilustración fue realizada por el Barón Rudolph Charles von Ripper, un católico alemán que había huído de la Alemania nazi poco tiempo antes.

La publicación podía comprarse por unos 50 centavos y el mundo, de este modo, podía leer una crónica que trataba de explicar lo inexplicable...

domingo, 29 de enero de 2012

Henry Ford y su Gran Cruz del Águila Alemana: o la frágil memoria selectiva norteamericana

Foto: Karl Kapp (Consul general alemán en Cleveland); Henry Ford y Fritz Hailer (Cónsul de Alemania nazi en Detroit).

Estados Unidos siempre se ha caracterizado, desde el comienzo de su propia historia, por dominar. Sin vueltas. Sus maestros, los ingleses, le han enseñado muy bien y lo bien que han aprendido. Y para dominar no está nada mal, si es que el archivo no lo resiste, tratar de olvidar o simplemente optar por una frágil memoria selectiva como pocas. Los Estados Unidos, hoy devenidos el gran rector y dominador del nuevo "Orden mundial" han sido y son verdaderos campeones en estas lides de desviar la atención de los "seres inferiores" que no comparten muchas de sus acciones a lo largo de los años. Hoy en día y desde hace un largo tiempo, es común escuchar a mandatarios norteamericanos poner contra la espada y la pared a la humanidad afirmando que "o están con ellos o están en contra (en este caso,ahora , nombran al terrorismo)", frase acuñada tratando de olvidar algunos episodios que demuestran que han sido ellos mismos quienes no lo tenían tan claro.

Para comenzar a desandar este camino de "estar de un lado o estar del otro", bastará con recordar lo sucedido en Cleveland (Ohio, Estados Unidos) el 30 de julio de 1938. No pudo haber mejor regalo aquel día (el de su cumpleaños 75º) para Henry Ford, que la Gran Cruz del Aguila Alemana, enviada por el mismísimo Adolf Hitler y recibida de manos de Fritz Hailer, Cónsul de Alemania en Detroit. La extraña habilidad de los norteamericanos a la hora de hablar públicamente de la desgracia de ciertos regímenes y líderes de la historia y al mismo tiempo admirarlos y poder generar suculentos negocios con ellos, en su máxima expresión, o por lo menos, en una muy evidente.
La Gran Cruz del Aguila Alemana sólo se había colocado con anterioridad en el pecho de otros dos seres "elegidos": Benito Mussolini, el dictador fascista italiano, y su yerno, el Conde Ciano.

Cuando un año después Alemania invadió Polonia, dando inicio a la Segunda Guerra mundial, Henry Ford lanzó una de sus frases más urticantes: "No se ha disparado ni un sólo tiro. Todo ésto ha sido generado por los banqueros judíos". Hizo autos geniales, pero lejos estaba de ser un buen muchacho.