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martes, 6 de febrero de 2024

Así se vivía a un lado y otro del muro de Berlín

Viejas películas sacan a la luz cómo vivían los berlineses mientras el régimen comunista desplegaba todo tipo de controles para evitar que escaparan desde el sector oriental al occidental. Así se vivía a un lado y otro del muro de Berlín.

En un viaje hacia atrás en el tiempo, 26 Historia te lleva hasta la Alemania dividida por el Muro de Berlín. Así, nos transformamos en testigos privilegiados para saber de qué modo se vivía a un lado y otro de la infame separación impuesta de facto por el régimen comunista. ¿Cómo eran los controles? ¿Qué hacía la gente para poder tener contacto con el el otro lado? ¿Qué diferencias había entre el lado oriental y el occidental? Filmaciones de la época inmediatamente anterior a la caída, dan la respuesta a esos interrogantes.

Desde el 13 de agosto de 1961 la Unión Soviética pretendió frenar la imparable escalada de escapes hacia el lado capitalista de Alemania levantando el Muro de Berlín. La separación impuesta de facto por los rusos con la demarcación formal de la zona de la ciudad berlinesa encuadrada en el espacio económico de la República Federal de Alemania, Berlín Oeste, y de la capital de la República Democrática Alemana, Berlín Este; no impedía sin embargo que los intentos por pasarse al lado occidental continuaran cada día. Los alemanes bajo el yugo de las fuerzas soviéticas, buscarían, inexorablemente, el modo de escapar. Desde el bloque comunista se afirmaba que el infame muro fue levantado para protegerse de los elementos fascistas que conspiraban para impedir la voluntad popular de construir un Estado socialista en la Alemania del Este.​

Así, los 150 kilómetros de piedra y alambrados se transformaron en una auténtica obsesión y solo cabía una posibilidad: pasar al otro lado y salvarse. Con el tiempo, los controles se incrementaron y reforzaron como nunca antes en la historia. Para 1988, cuando aún faltaba un año para la estrepitosa caída; los intentos de escape eran moneda corriente pese a que los límites entre los dos sectores estaban más y más lejanos.

Desde la parte occidental también se buscaba que los connacionales llegaran a su lado. Mientras desde el sector comunista todo parecía una quimera imposible, en occidente la realidad se veía como una oscura película de intriga y espionaje. Los berlineses occidentales, bajo las fuerzas de ocupación de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, contaban con altas tarimas desde donde podían tener un mínimo y lejano contacto con parientes, amigos o viejos conocidos. La desconfianza desde la vereda de enfrente iba, permanentemente, en aumento. Y así quedaba demostrado con los estrictos controles rutinarios que eran desplegados por la STASI y sus agentes del Ministerio para la Seguridad del Estado policía comunista. Con la intensificación de la Guerra Fría y el embargo comercial contra el Bloque del Este, recrudecieron el enfrentamiento diplomático y la amenaza bilateral de manera creciente y evidente. Los fugitivos debían sortear cercos con alarmas, torres de vigilancia, búnkers, alambre de púa, perros adiestrados y campos minados.

No era fácil: en casi tres décadas, unas 240 personas murieron en el intento. El extenso contorno era vigilado por militares, policías y voluntarios civiles para dar por tierra con cualquier ansia de libertad. Los intentos en busca de dignidad y en procura de la caída del Muro de Berlín se manifestaban de muchas diferentes maneras. Los berlineses occidentales, que claramente no tenían ninguna intención de cruzar las vallas impuestas durante décadas por el comunismo, lanzaban su protesta incluso con expresiones de arte callejero. Sin embargo, los controles policiales no solo que se mantenían sino que también se reforzaban cada día. Nada parecía torcer el brazo de las autoridades locales que respondían ciegamente órdenes directas del poder central de Moscú, pese a que ya se había activado la cuenta regresiva.

Más control

El río Spree, que -con su longitud de más de 400 kilómetros- atraviesa varias importante regiones de Alemania, también supo ser uno de los puntos neurálgicos de los permanentes y diarios controles que llevaba adelante la policía comunista en los duros tiempos de la Guerra Fría. Las lanchas de la temible STASI recorrían, una y otra vez, casi toda su extensión patrullando las costas que marcaban el límite y la división entre oriente y occidente. Del lado capitalista de la ciudad alemana no era extraño ver a la gente caminar en libertad asistiendo al triste espectáculo.

Del otro lado, a unos pocos metros de distancia, se daba la presencia casi nula de berlineses en las calles y las infaltables torres de vigilancia con policías munidos de largavistas, quienes muchas veces tomaban fotografías de sus indeseados vecinos y enemigos. Pese a lo que muchos llegaran a pensar, nadie escapaba a la estrica vigilancia del bando comunista, ni había lugares seguros. Tampoco quedaban al margen -y eran permanentemente observados- quienes transitaban por zonas de exparcimiento o concurrían a lugares para despejarse, entre éstos bares y restaurantes. La desconfianza del sector occidental no solo se centraba en el otro lado de las vallas. Los problemas también podían venir desde su mismo bando y era por esto que los agentes aliados apostados en puestos de vigilancia, como el legendario Check Point Charlie, miraban siempre hacia todos lados.

Hoy, poco y nada queda del viejo muro. Solo fragmentos, vestigios engalanados con arte en los suburbios de Berlín. El mudo testigo de un tiempo en el que era imposible atreverse a soñar con la libertad.


Instagram: @marcelo.garcia.escritor

(Los temas publicados y los tags no expresan ideología política. Sólo investigación histórica)

Artículo original: https://www.canal26.com/historia/asi-se-vivia-a-un-lado-y-otro-del-muro-de-berlin--364027

viernes, 27 de julio de 2018

Ernst Hanfstaengl y el consejo antisemita de Churchill para una reunión con Hitler que pudo ser y nunca sucedió

En 1932 Ernst Hanfstaengl pensó que una reunión entre los jóvenes Winston Churchill y Adolf Hitler era posible. Pudo haberse concretado en Münich, pero nunca sucedió. Lo único que consiguió fue una secreta confesión antisemita del británico. Esta es la historia.


Winston Churchill, Ernst Hanfstaengl y Adolf Hitler.


Ernst Hanfstaengl nació el 2 de febrero de 1887 en Münich, Alemania. Sin embargo, no era un alemán más. "Putzi", tal el apodo por el que siempre se lo conoció, era hijo de un rico curador de arte alemán y una estadounidense, que -además de ser un destacado periodista, editor y músico- tuvo gran influencia en la llegada al poder de Adolf Hitler durante los complicados días de posguerra en la República de Weimar.

Hanfstaengl pasó sus primeros años en Alemania y luego se trasladó a los Estados Unidos, donde gracias a las raíces familiares, cultivó buenas amistades e importantes contactos. Su madre Katharine Heine Guillermina, era hija de William Heine, primo de John Sedgwick; mientras que su padrino era el duque Ernst II de Sajonia-Coburgo-Gotha. "Putzi" asistió a la Universidad de Harvard y al mismo tiempo se convirtió en un talentoso pianista que compuso varias canciones para el equipo de fútbol de Harvard, que incluso, años más tarde, serían usadas también por el Partido Nazi en Alemania.

Hanfstaengl era un hombre alto, de aspecto rudo, de cuerpo macizo y desgarbado con 1,9 metros de altura, pese a lo cual siguió usando su apodo de "Putzi", que en alemán se usa para referirse a un "pequeñito". Pero claro, este hombre no era ningún "pequeñito" y tras volver a Alemania en 1922, oyó hablar a Hitler en una vieja cervecería de Múnich, momento a partir del cual su vida ya nunca más sería igual. Fue cuando un miembro de la Harvard Hasty Pudding Club que trabajaba en la Embajada de los Estados Unidos, le pidió a Hanfstaengl que observara la escena política en Münich; tras lo cual el agregado militar, capitán Truman Smith, sugirió que fuera a un mitin nazi para luego informar sus impresiones de Hitler. Hanfstaengl quedó fascinado. Vio en Hitler no sólo a un político nato, agresivo y radical; sino también a un genial orador que con un solo gesto y unas pocas palabras era capaz ade convencer al más variado auditorio. No tradó mucho en convertirse en uno de sus más íntimos y fieles seguidores, aunque de todos modos no se unió formalmente al partido nazi hasta 1931.

"Lo que Hitler fue capaz de hacer a una multitud en 2 horas y media no se repetirá nunca en 10.000 años", dijo Hanfstaengl en aquella oportunidad.


Ernst Hanfstaengl y Adolf Hitler en Oberzalsberg.


Durante gran parte de la década de 1920, Hanfstaengl presentó a Hitler a la alta sociedad de Münich y ayudó a pulir su imagen actuando como una especie de asesor de imagen. También ayudó a financiar la publicación de la biblia nazi "Mein Kampf" de Hitler y el periódico oficial del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), el Völkischer Beobachter. Hitler, dicho sea de paso, fue el padrino de Egon, su hijo. Entre otros aportes para los nazis, "Putzi" escribió la música para la marcha de los camisas pardas como las marchas de las Juventudes hitlerianas imitando las canciones de fútbol de Harvard. Posteriormente, ideó el célebre "Sieg Heil", muy coreado al vivo grito en las grandes concentraciones nacionalsocialistas. Hanfstaengl incluyó entre sus amigos durante este período a Hanns Heinz Ewers y compañeros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán como el periodista Kurt Ludecke. Aunque entre los más importantes entre sus amistades y contactos personales estaban en realidad todos los más altos jerarcas nazis, como Heinrich Himmler, Hermann Göering y Joseph Goebbels, mientras que a otros los llegó a odiar hasta la médula, tal el caso de Alfred Rosemberg.

De hecho, Hanfstaengl era un verdadero idealista del nacionalsocialismo que nunca comulgó con el antisemitismo galopante del partido. Así se lo hizo saber, en la cara, reiteradas veces a Hitler. Años después, sufriría las consecuencias.

De buen dominio del inglés, con muchas conexiones con la alta sociedad, tanto en Alemania como en Inglaterra y Estados Unidos, se convirtió en jefe de la Oficina de Prensa Extranjera en Berlín. Aparte de esta posición oficial, la mayor parte de su influencia se debió a su amistad con Hitler, que gozaba escuchando a "Putzi" tocar el piano. Durante largos años y tras la llegada de Hitler al poder Hanfstaengl buscó por todos los medios llevar a Hitler a la "normalidad". A veces presentándole las más bellas y refinadas mujeres para que entablara una relación seria y personal y otras procurando alejarlo de las afiebradas mentes de los efectivos más fanáticos del partido nazi, como así también buscando que Hitler hiciera viajes al exterior para que "saliera de su burbuja" y se diera cuenta que lo importante era la cuestión mundial y no sólo la meramente continental. No logró nada de lo que se propuso. Uno de esos intentos, el más curioso, visionario  y ambicioso a la vez, es el que estuvo a punto de llevar al éxito cuando trató de juntar en torno a una misma mesa a Adolf Hitler y al -por entonces integrante de la Cámara de los Comunes británica-, el futuro Primer Ministro Winston Churchill. La irrupción de Hitler como figura de primer nivel enla política alemana -pero también de manera incipiente, europea - internacional- hizo que muchos se interesaran por el
Führer. Hanfstaengl había tenido oportunidad de conocer previamente a Randolph Churchill (hijo de Winston), quien le manifestó que su padre vería con buenos ojos conversar varias cosas de primera mano con el ascendente político alemán. En abril de 1932 Hanfstaengl y Hitler aterrizaron en el aeropuerto de Münich y se enteraron de que Winston Churchill estaba -en ese mismo momento- hospedado en el Hotel Continental de esa misma ciudad. Así surgió de inmediato la idea de Randolph Churchill y Ernst Hanfstaegl: reunir al político británico y al alemán.

La respuesta de Hitler a la propuesta lo pintó de cuerpo entero, y fue un anticipo de lo que estaba por llegar. Siempre reacio a escuchar otras opiniones sobre el tema que fuera, y siempre esquivo a una mirada internacional, Hitler le preguntó a Hanfstaengl: "¿De qué podría yo hablar con él?". El propio Hanfstaengl recuerda su reacción en su fantástico libro "Hitler, los años desaparecidos", al responderle: "Herr Hitler, yo iré a cenar con ellos y usted podría venir más tarde, como si fuese a buscarme a mí y así se quedaría a tomar un café".

Hanfstaengl, Hitler y jerarcas nazis.


Hitler, por supuesto, nunca llegó. Sigue recordando Hanfstaengl: "Nos sentamos a cenar aproximadamente a las diez de la noche. (...) Charlamos de diferentes cosas y luego Mr. Churchill me formuló algunas preguntas acerca de las ideas antisemíticas de Hitler". Churchill, según "Putzi", le prestó mucha atención y luego comentó poniendo en palabras su propias ideas racistas cercanas a las de Hitler: "Dígale a su jefe de mi parte que el antisemitismo puede ser un buen punto de partida, pero que en cambio es una mala etiqueta".  Lo que se dice, cuidar las formas de una elegante manera británica. Finalmente, dijo Churchill llevando una copa de cognac tan cerca de su boca para que nadie más lo llegara a escuchar: "Dígame Hanfstaengl, ¿qué piensa su jefe de una eventual alianza de su país con Francia e Inglaterra".

Corría 1932. La reunión entre Hitler y Churchill que puso ser y nunca se concretó, podría haber cambiado definitivamente el rumbo de la historia y salvar millones de vidas ahorrándole el peor drama a toda la humanidad.

Mientras el NSDAP consolidaba su poder, surgieron varios conflictos de intereses entre Hanfstaengl y el nuevo Ministro de Propaganda Joseph Goebbels ya que sus funciones se sobreponían y perdió no solo influencia, sino que se decepcionó profundamente de Hitler y del NSDAP. Hanfstaengl fue retirado del gobierno de Hitler en 1933. El encono de Hitler no se haría esperar. En 1937, Hanfstaengl recibió órdenes de lanzarse en paracaídas en una zona en poder de los sublevados en la Guerra Civil española, para ayudar en las negociaciones. Mientras, a bordo del avión temía un complot contra su vida y supo más detalles sobre el piloto de la misión; finalmente éste le admitió que había recibido la orden de lanzarlo sobre territorio republicano, lo que habría significado una muerte casi segura. Hanfstaengl convenció al piloto de que le dejara escapar.

Emigró a Suiza y luego a Inglaterra, donde fue encarcelado como enemigo extranjero después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Más tarde fue trasladado a un campo de prisioneros en Canadá. En 1942, Hanfstaengl fue entregado a las fuerzas de Estados Unidos y a cambio de su libertad, trabajó para el presidente Franklin D.Roosvelt en el "Proyecto S", revelando información sobre aproximadamente cuatrocientos líderes nazis. Presentó 68 páginas de información sobre Hitler, incluyendo datos personales de la vida privada de Hitler, y ayudó al profesor Henry A. Murray, el director de la clínica psicológica de Harvard, y al psicoanalista Walter C. Langer y otros expertos para crear un informe para la OSS, en 1943, denominado "Análisis de la personalidad de Adolf Hitler." En 1944, Hanfstaengl fue devuelto a los británicos, que le repatriaron a Alemania en el final de la guerra sin sufrir nuevas detenciones. Hanfstaengl escribió Unheard witness (Testigo de primera mano) (1957) sobre sus experiencias. En 1974, asistió a su 65º reunión de Harvard, donde fue galardonado con la banda de la Universidad de Harvard acerca de los autores de diversas canciones de lucha en Harvard. Su relación con Hitler no fue mencionada.

Falleció en 1975, a la edad de 88 años sin que su historia fuera del todo conocida en relación a Hitler.



Marcelo García



Fuente de consulta: "Hitler, los años desaparecidos" - Ernst Hanfstaengl - Luis de Caralt editor - Barcelona, España. 1960.



martes, 5 de junio de 2018

Anni-Frid Lyngstad: De la locura de la "Lebensborn" de Heinrich Himmler al grupo ABBA

 
Alfred Haase y Anni-Frid Lyngstad.


El 12 de dieicembre de 1935 el líder de las SS nazis, Heinrich Himmler, dio por iniciada la historia de la "Lebensborn" (Fuente de vida), una institución dependiente de la guardia pretoriana de Adolf Hitler, destinada a expandir la "raza aria" primero en Alemania, luego en Europa y más adelante en el mundo entero. La "Lebensborn" y su infame eugenasia (filosofía social que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de humanos) apuntaba a poblar el planeta con arios que respondieran a los parámetros estipulados por el régimen nazi. Así las cosas, pretendía brindar todo tipo de ayuda, facilidades e incentivos a las parejas alemanas (y luego de otras partes de Europa) para que pudieran concebir la mayor cantidad de hijos posible. Así de tétrica era la situación y así de inhumana la intención de quienes se sentían representantes de una inexistente raza superior. La "Lebensborn" también llegó a funcionar como una institución benéfica y protectora de mujeres de oficiales y soldados de las SS que estuvieran en posición de necesitar ayuda o asistencia.

El primer lugar elegido fuera de Alemania para llevar adelante los nefastos planes de la "Lebensborn" fue Noruega y allí se dio una historia particular ue con el correr de los años daría un vuelco inesperado por involucrar a un personaje que finalmente se ha convertido en celebridad: Anni-Frid Lyngstad, integrante del grupo musical ABBA.

Anni-Frid Lyngstad, nació el 15 de noviembre de 1945 en la localidad de Ballangen, Noruega, y su historia cuenta que apenas dos años después falleció su madre, siendo criada desde entonces por su abuela materna. La madre de Anni, llamada Synni, era una bella noruega y su padre, Alfred Haase, un militar SS alemán apostado en Noruega que tras la rendición alemana dejó el país de manera inesperada. Haase, según relatara años después, nunca supo que dejaba atrás a su "amada" Synni y a una hija engendrada por ambos en su vientre. Cuando Synni falleció, su madre (abuela de Anni) creyó que también Haase había muerto en combate por lo cual decidió comenzar una nueva vida en Suecia. Hacia allí emigró con la pequeña Anni...
Anni-Frid Lyngstad creció, no sin pasar penurias, junto a su abuela en Torshälla y allí por fin pudo comenzar a despegarse del odio visceral contra los alemanes por el mal que le habían causado a su país natal.

Los años pasaron y tras aquella historia de vida increíble, Anni-Frid Lyngstad logró salir adelante y convertirse en una auténtica celebridad, amada y admirada por millones de personas en el mundo entero. Se había convertido en la estrella pop integrante del famoso grupo sueco ABBA. Ya no era más aquella huérfana e indefensa Anni-Frid Lyngstad... el mundo la conocería en adelante como Frida.
Y como todo llega, las casualidades de la vida y vaya uno a saber si la providencia o el destino (si es que existen) hizo que fuera uno de sus compañeros de ABBA, Benny Anderson, quien se pusiera manos a la obra para saber más acerca del pasado de Frida. Benny Anderson era su esposo por aquel entonces y movió cielo y tierra para saber todo acerca de la vida pasada de Frida, logrando unir todas las piezas y finalmente dar con el paradero del "desaparecido" Alfred Haase. Fue Anderson quien promovió y finalmente consiguió el tan "esperado" encuentro entre Haase y Frida: padre e hija juntos más de 30 años después.

“Por poco me caigo de la silla delante del televisor cuando descubrí que Anni-Frid era mi hija. No sólo significaba que tenía otra hija, una chica famosa, sino que también tenía que reconocerle a mi esposa mi relación con la madre de Anni-Frid cuando estuve de soldado en Noruega. Ella me comprendió. Mi relación con Synni, la madre de mi hija Frida, no fue una simple aventura, estábamos muy enamorados”. Hasse había contraído matrimonio antes de la guerra y su mujer alemana tuvo su primer hijo en 1943.

El encuentro de Alfred Haase y Anni-Frid Lyngstad.


Luego, lo previsible. El matrimonio de Haase se fue a pique y también (pero por otros motivos) el de Frida. Aquella cantante que supo ser el centro del mundo de la música pop durante los años '80 y devenida luego miembro de la realeza europea tras casarse con el príncipe italiano Ruzzo Reuss, pasó a ser conocida como Su Alteza Serenísima la Princesa Anni-Frid Reuss von Paulen, con derecho a ser admitida por la realeza sueca. Frida enviudó en 1999 y sobre todo desde entonces se abocó a su participación en diferentes entidades benéficas y en diferentes instituciones en defensa del medio ambiente y la naturaleza.
También desde 1999 es la cara visible y más destacada de una asociación llamada "Krigsbarnforbundet Lebensborn" (http://www.lebensbornnorway.org/velkomm.htm) creada por aquellos niños y niñas de Noruega (hoy hombres y mujeres muy mayores) nacidos bajo las garras del nazismo y la locura de la "Lebensborn" durante la Segunda Guerra Mundial.


 
El encuentro de Alfred Haase y Anni-Frid Lyngstad (izq.) y junto a Benny Anderson, de ABBA (der.).


La Asociación presentó un reclamo de compensaciones por abusos y discriminación ante el gobierno de Noruega, que fue rápidamente desestimado. En 2007, 154 de aquellos niños y niñas llevaron su caso al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que también lo descartó sin más vueltas por “haber sido presentado demasiado tiempo después del fin de la Segunda Guerra Mundial”. Su padre, Alfred Haase,  falleció a comienzo de 2009 en la residencia de ancianos donde pasó sus últimos años.


ABBA.



jueves, 9 de marzo de 2017

El aventurero alemán Günther Plüschow y su mirada sobre la Argentina de 1928

En 1928 Günther Plüschow llegó a la Argentina y describió la increíble riqueza y el lugar privilegiado que ocupaba por entonces el país en el concierto mundial de las Naciones. Leer lo que pensaba y comprobar la triste realidad que hoy nos toca vivir, hiela la sangre, hasta los límites mismos del terror. ¿Golpes militares, fraude, populismo demagógico, corrupción, terrorismo del Estado y del otro? ¿quién sabe dónde se dio el mal paso? 
Esta es una pequeña pintura que muestra la caída de la Argentina desde lo más alto hasta el fondo del tacho en apenas 89 años.

Por MARCELO D. GARCÍA / HISTORIAS LADO B


Günther Plüschow en la Patagonia de Argentina, 1928.


Nacido en Münich en 1886, Günther Plüschow fue un aventurero alemán pintoresco e incansable que cursó sus estudios en Roma, en Mecklemburgo y, luego, en los colegios navales de Hamburgo de donde egresó como Oficial Naval en 1912, momento preciso en que se vio irrefrenablemente atraído por la primitiva (y ciertamente peligrosa) aviación militar.
Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió a su Patria como solitario piloto de combate en la remota colonia alemana de Tsingtao (en China), lugar del que debió huír, comenzando un penoso derrotero que, luego de unos años, le permitió regresar a su querida y vencida Alemania.

Plüschow dejó registradas todas y cada una de sus experiencias en detallados diarios personales que, posteriormente, tomaron forma de libros verdaderamente atrapantes, haciendo gala de una asombrosa capacidad de descipción sin igual.
Así las cosas, recordando día y noche las inconmensurables bellezas del sur argentino que descubrió durante uno de sus primeros viajes de instrucción naval, en 1925 supo que su destino estaba ligado de manera inevitable al lugar que él consideraba como el más bello del mundo: la Tierra del Fuego, en el punto más austral del planeta y la Argentina.


El "Fehuerland" anclado frente al glaciar Agostini en la Patagonia, 1928.


De sus exploraciones y travesías por la inhóspita Patagonia, Plüschow dejó valioso registro en miles de notas, fotografías y fantásticas filmaciones, y hasta hizo traer desde Alemania a bordo del vapor "Planet", un moderno hidroavión biplano Heinkel al que llamaba "Silber Kondor" o "Cóndor de Plata", para captar imágenes aéreas, de un valor documental difícil de igualar.
Fue un viaje increíble que -junto a un pequeño grupo de colaboradores a bordo de la frágil goleta "Feuerland" (Tierra del Fuego)- comenzó en Alemania en noviembre de 1927; interminable travesía que (previo paso por islas africanas, Brasil y Uruguay) se vio coronada con la llegada al puerto de Buenos Aires en octubre de 1928.

De entre tantas anotaciones hechas de puño y letra por Plüschow, una en especial es digna de destacar; ya que no sólo muestra la percepción que este intrépido e instruído alemán (conocedor a pie juntillas de prácticamente medio mundo) tenía de la Argentina de entonces, sino que también expone crudamente la estrepitosa caída en espiral descendente sufrida por el país apenas unos pocos años después, situación que -a todas luces- se ha empeorado con el paso del tiempo y de la que muy difícilmente pueda llegar a escapar.


El biplano "Silber Kondor" descansa en las frías aguas patagónicas del sur argentino, 1928.


Decía Plüschow sobre la Argentina de 1928 en una de sus notas:
"Hermosísimas son sus calles y plazas, sus parques, sus extensas y encantadoras playas; interesantísima la vida elegante y el movimiento gigantesco de sus legiones de automóviles. Maravilloso también es el valor del oro en este pequeño país modelo, el único en el mundo en donde la moneda goza de un curso más elevado que el todopoderoso dólar de América del Norte".(1)

Y continuaba:
"Al fin emerge, bajo las primeras luces de la aurora, como otra visión fantástica, otro segundo y pequeño Nueva York, pero muchísimo mayor y más imponente que su hermano Montevideo: ¡Buenos Aires! La ciudad de los "aires buenos", la capital de la inmensa República Argentina, el país de las grandezas, de las bellezas y de las riquezas en masa. Aquí, en esta gran ciudad, se concentran la riqueza y la fuerza de este poderoso país con su gigantesco porvenir; también aquí el desarrollo adquirido desde la guerra y después de la guerra alcanza los límites de lo increíble.
¡Pobre Europa, con todas tus pequeñas preocupaciones y rencillas!, pienso yo para mis adentros, bien a pesar mío". (2)

¿Hará falta agregar algo más para darse cuenta de la lastimosa debacle en la que, poco después de la visita de Plüschow, comenzó a verse sumida la vapuleada Argentina? ¿Habrá algún modo más claro de verlo?
Sometimiento a intereses foráneos, golpes militares, fraude "patriótico" electoral, populismo fascista y demagógico, corrupción estatal, terrorismo de Esatdo y del otro e incluso gobiernos anti democráticos surgidos del inadverido y cómplice voto popular, marcarían en adelante el peligroso camino tomado por la Argentina para que ya nada volviera a ser igual.


Günther Plüschow, vale mencionarlo, fue uno de los bravos pioneros alemanes que (como Wilhelm Canaris, llegado en 1915 y la delegación de intrépidos aviadores que visitaron el país en 1934, entre quienes estaba la legendaria piloto Hanna Reitsch), fue de gran utilidad para que la futura Alemania nazi de Adolf Hitler tuviera perfectamente identificados los mejores lugares en el sur argentino para el posterior establecimiento de fuertes intereses germanos en esa auténtica "tierra de nadie", como así también las zonas más propicias para la instalación de bases clandestinas de reabastecimiento de U-Boots durante la Segunda Guerra Mundial.

El 28 de octubre de 1931, Günther Plüschow encontró la muerte sobrevolando el brazo "Rico" en el Lago Argentino, muy cerca del glaciar Perito Moreno en la provincia argentina de Santa Cruz.
Actualmente, un monolito recuerda, allí mismo, el imborrable paso de este alemán conocedor del mundo entero que pudo admirar la gloria (ya perdida) de este bendito país.



Marcelo D. García
Historias Lado B



Referencia:
(1) "Sobre la Tierra del Fuego" - Günther Plüschow - Süd Pol - Argentina - 2008.
(2) Ibídem.

martes, 14 de febrero de 2017

Entona el "himno nazi" en la previa de un partido de tenis entre Alemania y Estados Unidos

La Federación de Estados Unidos se equivocó con el himno alemán en la Fed Cup de tenis femenino celebrada el 13 de febrero de 2017 en Hawaii. El intérprete cantó la versión "completa", incluyendo la primera estrofa que dice "Deutschland, Deutschland uber alles, uber alles in der Welt", que significa "Alemania, Alemania sobre todos, sobre todos en el mundo", descartada tras la derrota del régimen de Hitler, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial.



Un gran enojo causó la entonación del "himno nazi" durante la previa de la serie entre Estados Unidos y Alemania por la Fed Cup, el equivalente femenino de la Copa Davis, que se disputó en Hawaii.  El partido enfrentó a Alison Riske y Andre Petkovic, pero eso es sólo una anécdota.

En lugar del actual himno de Alemania, la letra que sonó fue el "Deutschland, Deutschland uber alles, uber alles in der Welt", que significa "Alemania, Alemania sobre todos, sobre todos en el mundo".

Esa estrofa fue eliminada del himno alemán luego de la segunda guerra mundial porque fue impuesta por Adolf Hitler durante uno de los períodos más nefastos de la historia y es un símbolo de la Alemania nazi.

Las jugadoras alemanas reaccionaron en el momento con estupor y cantaron fuerte las estrofas correctas del himno alemán, pero posteriormente hicieron sentir su repudio total con lo sucedido.

"Es la peor experiencia que me ha pasado, horrible e impactante, una vergüenza que demuestra ignorancia. Que algo así pase en América en 2017, no puede ocurrir", dijo la tenista Andrea Petkovic.

La Federación de tenis de Estados Unidos pidió disculpas ante semejante error: "Nuestras más sinceras disculpas al equipo alemán y todos sus fans por el himno. De ninguna manera queríamos ser irrespetuosos".


 

miércoles, 4 de mayo de 2016

La batalla por el Castillo de Itter y la histórica jornada en que Aliados y Alemanes pelearon en el mismo bando

¿Es posible que el ejército norteamericano y la Wehrmacht alemana hayan participado de una batalla de la Segunda Guerra Mundial como... aliados? La respuesta y la situación dada, seguramente, te llegará a sorprender y -por supuesto- a interesar. Enterate cómo fue uno de los más extraños y no tan difundidos episodios de la mayor contienda bélica que enfrentó la humanidad.


 El Castillo de Itter.


La batalla se libró el 5 de mayo de 1945, justo cinco días después de que Hitler (siempre de acuerdo a la historia oficial) se suicidase en su bunker berlinés, y dos días antes de que el Alto Mando Alemán se rindiera incondicionalmente en Reims, Francia (no obstante, algunos restos del Ejército Centro Alemán seguirían resistiendo hasta el 11 y el 12 mayo). En una apartada colina cerca de Itter, en Austria, se encontraba el castillo medieval bautizado con el mismo nombre. Y sería en la defensa de este castillo donde por primera (y probablemente única) vez en su historia el ejército de los Estados Unidos se encontró defendiendo un castillo medieval. Pero no sólo eso. No es esa precisamente la gran particularidad. Es que en esa oportunidad, el ejército norteamericano contó con la ayuda de prisioneros franceses, miembros de la resistencia austríaca y lo que es más extraño todavía, de soldados alemanes de la mismísima Wehrmacht.

Por el bando de los norteamericanos participaron el 23º Batallón Blindado de la 12ª División bajo el mando del teniente John C. Lee Jr. Los 14 prisioneros eran grandes personalidades, políticos, miembros de la resistencia, sindicalistas e incluso deportistas, encarcelados allí por los nazis tras la invasión de Francia de 1940. Allí estaban los antiguos primeros ministros Edouard Daladier y Paul Reynaud, la hermana mayor de Charles de Gaulle, y el jugador de tenis Jean Borotra, entre otros destacados. Lo curioso del caso es que a su ayuda acudieron soldados antinazis del ejército alemán (quienes posiblemente viendo lo que se avecinaba, decidieron cambiar de bando).
¿Pero contra quién luchaban entonces esos soldados? El "enemigo" era en este caso nada menos que la 17ª División de Granaderos Panzer de las Waffen-SS. El desarrollo de los acontecimientos parece -sin exagerar en lo más mínimo- sacado de una película de Hollywood.

Todo comenzó el 2 de mayo, cuando en el castillo se suicidaba el último comandante de Dachau, Eduard Weiter. Al día siguiente Zvonimir Cuckovic, uno de los prisioneros en el castillo, miembro de la resistencia comunista yugoslava, consiguió escapar llevando un mensaje del comandante de la prisión. Con él llevaba una misiva escrita en inglés que debía entregar al primer americano que lograra encontrar. Se dirigió a Innsbruck, que está a unos 64 kilómetros de allí y esa misma tarde llegó a las afueras de la ciudad donde se encuentró con la avanzadilla de la 103ª División de Infantería norteamericana, informando sobre la existencia del castillo y también de los prisioneros. El 4 de mayo y viendo que Cuckovic no regresaba, el comandante de la prisión Sebastian Wimmer decidió abandonar el castillo seguido de sus hombres de las SS pero los prisioneros lograron tomar el control como así también las armas dejadas por los nazis. El prisionero checo Andreas Krobot llegó hasta la localidad de Wörgl (abandonada por la Wehrmacht pero reocupada por las SS) y contactó finalmente con la resistencia austríaca. Así, logra ver al mayor Josef Gangl, comandante de lo que queda de una unidad de la Wehrmacht que, desobedeciendo las órdenes de retirada, se une -inesperadamente- a la resistencia.

El Capitán Lee y el Mayor Gangl.


Gangl y sus hombres defendieron a los austríacos de las posibles represalias de las fuerzas de las SS, y así se movilizaron calle por calle, puerta a puerta, además de conseguir llegar hasta la pequeña unidad de 4 tanques Sherman, del 23º Batallón Blindado comandado por el capitán Lee que se encontraba estacionado en Kufstein, unos 13 kilómetros al norte de allí, con una gran bandera blanca en busca de ayuda. Lee obtuvo el permiso del cuartel general para acudir en misión de rescate en ayuda de Gangl y lo hace con sólo 14 hombresa su disposición y un tanque que se suman a Gangl y sus diez soldados de artillería alemanes. Una auténtica aventura que podría llevarlos al desastre. A mitad de camino se enfrentaron a un grupo de las SS a las cuales terminaron derrotando. Una vez en el castillo cayeron en la cuenta de que los franceses han organizado la defensa liderados por un oficial de las Waffen-SS que se ha quedado para ayudarles. Lee colocó su tanque Besotten Jenny bloqueando la entrada principal, y a sus hombres en posiciones claramente defensivas, pero a pesar de que ordenó a los prisioneros franceses ocultarse, estos se sumaron valientemente a la defensa. En la mañana del 5 de mayo llegó el ataque de las Waffen-SS con una fuerza de entre 100 y 150 hombres (la defensa consistía en 25 soldados más los prisioneros franceses).

El general francés Maxime Weygand (a la derecha) y su esposa abandonando el castillo el 5 de mayo de 1945.



Al llegar la tarde las cosas no iban demasiado bien para los defensores, que habían visto como las SS destruían el tanque. Por fortuna para las 4 de la tarde llegaron los refuerzos del 142º Regimiento de Infantería, que consiguió reducir a los atancantes y hacer más de 100 prisioneros nazis. Gangl murió durante el combate a manos de un francotirador, fue nombrado héroe nacional en Austria e incluso le dedicaron una calle en Wörgl colocándole su nombre.
Esta batalla está considerada la más extraña de toda la Segunda Guerra Mundial, ya que es la única en que soldados aliados y alemanes lucharon juntos contra un enemigo común. Tal vez haya sido, incluso, la fuente de inspiración que luego daría lugar a la famosa película "La Fortaleza" dirigida en 1969 por Sydney Pollack.



Artículo original: http://www.labrujulaverde.com/2015/12/cuando-aliados-y-alemanes-lucharon-juntos-en-la-segunda-guerra-mundial-la-batalla-del-castillo-itter


domingo, 27 de diciembre de 2015

Viejos videos de Berlín en color

Más allá de gustos, ideas y posturas políticas o ideológicas personales, otra buena manera de ver la historia es a través de estas viejas filmaciones de la ciudad de Berlín en color. Tal vez más cercanas a la realidad, posiblemente más reveladoras respecto de cómo fueron las cosas durante las diferentes etapas de la tantas veces vapuleada y reconstruída gran ciudad alemana. En este post propongo simplemente un imaginario viaje en el tiempo dando una mirada a la pujante Berlín de los años 1900, 1935 y 1945, gracias a viejas filmaciones en color que muestran el paso desde el máximo esplendor al mismísimo infierno y el drama del final de la Segunda Guerra Mundial. Casi como si estuviéramos allí.




miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿Cómo engañar a neonazis para que pidan donaciones contra sí mismos?

Los residentes de la pequeña ciudad alemana de Wunsiedel, cansados de las invasiones anuales de neonazis, decidieron engañarlos de una manera insólita: hicieron a los aficionados de Hitler colectar dinero contra sí mismos.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/147515-enganan-neonazis-donaciones-alemania
 
Los residentes de la pequeña ciudad alemana de Wunsiedel, cansados de las invasiones anuales de neonazis, decidieron engañarlos de una manera insólita: hicieron a los aficionados de Hitler colectar dinero contra sí mismos.

Nazis en Wunsiedel recordando a Rudolf Hess. (Foto: Reuters)

RT Actualidad / Sociedad 
Pese a que nunca son bienvenidos por los residentes locales, los neonazis llegan cada año a la ciudad alemana de Wunsiedel para realizar una marcha, ya que allí fue enterrado el secretario y compañero de Adolf Hitler, Rudolf Hess. A pesar de que los vecinos de la ciudad lograron que se exhumaran sus restos y se demoliera su tumba en 2011, cada 15 de noviembre los seguidores continúan trasladando su marcha allí, para conmemorar el día de los héroes nacionales.
Pero este año, los residentes decidieron fingir que apoyaban a los radicales y a lo largo de la ruta les solicitaron donaciones y vendieron comidas bajo letreros que rezaban 'Mein Mampf' ('mi comida', en alemán), en analogía con 'Mein Kampf' ('mi lucha'), el famoso libro de Hitler.
Sólo una vez terminado el recorrido que los neonazis realizaban, hubo letreros que explicaban el verdadero destino de las donaciones: los 10.000 euros recaudados fueron destinados a la fundación EXIT-Deutschland, que ayuda a las personas a abandonar las organizaciones neonazis, según narra el diario 'The Local'.





Artículo original: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/147515-enganan-neonazis-donaciones-alemania
Publicado: 19 nov 2014 | 8:45 GMT Última actualización: 19 nov 2014 | 8:45 GMT




domingo, 10 de noviembre de 2013

Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"

"La noche de los Cristales Rotos", 1938.


Conmemoran aniversario de la "La Noche de los Cristales Rotos"
Por Kirsten Grieshaber / Associated Press

BERLIN -- Los alemanes en todo el país conmemoraron el sábado el 75º aniversario de la Kristallnacht —La Noche de los Cristales Rotos-, en la que los nazis lanzaron una ola de ataques contra judíos en Alemania y Austria. El 9 de noviembre de 1938, centenares de sinagogas fueron incendiadas, numerosas viviendas y negocios de judíos saqueados, unas 1.000 personas fueron asesinadas y más de 30.000 judíos enviados a campos de concentración. Los ataques marcaron el comienzo formal de una violenta persecución estatal contra los judíos, que terminó con la muerte de seis millones de judíos europeos para cuando el Tercer Reich cayó en 1945. Alemanes en muchas ciudades y pueblos realizaron vigilias con velas, escucharon a judíos sobrevivientes del Holocausto narrar recuerdos y se congregaron en cementerios judíos para honrar a las víctimas de la Kristallnacht. La canciller Angela Merkel dijo que la Noche de los Cristales Rotos fue "un evento que humilló a los judíos de una forma inconcebible... se había alcanzado un punto realmente bajo en la historia alemana". "Desafortunadamente, más adelante la historia alemana se desarrolló en una forma aún peor que llevó eventualmente al Shoah (Holocausto)", afirmó. La jefa del gobierno exhortó a los alemanes a jamás olvidar el pasado. En Berlín, grupos de residentes recorrieron con guías sus barrios, deteniéndose en sitios en los que alguna vez estuvieron tiendas, escuelas y otros edificios judíos destruidos por los nazis y sus partidarios. Varios berlineses se unieron para pulir algunas de las 5.000 Stolpersteine ——o piedras de tropiezo-, que identifican por su nombre a víctimas de los nazis frente a sus antiguas viviendas. Las placas de bronce del tamaño de una piedra están insertadas en aceras y su nombre se debe a que uno se topa con ellas cuando camina por Berlín.

"Piedras del tropiezo" en Berlín.


"Hemos organizado 16 grupos que han salido hoy a limpiar las placas, y esperamos convertir esto en un evento anual en el futuro", dijo la coordinadora de los recorridos, Silvija Kavcic. Pese a todas las actividades positivas, algunos oradores en la jornada emitieron una nota de cautela, al recordarles a los participantes que el antisemitismo sigue siendo un problema en Europa. Un sondeo de judíos europeos dado a conocer el viernes reveló que más de tres cuartas partes de los entrevistados piensan que el antisemitismo está aumentando en sus países y casi una tercera parte han considerado emigrar porque se sienten inseguros.


Nota original: http://www.elnuevoherald.com/2013/11/09/1610749/conmemoran-el-75mo-aniversario.html#storylink=cpy

domingo, 29 de septiembre de 2013

Oskar Schindler: el gran simulador

¿Fue un moderno San Pablo del Siglo XX como pretenden hacer creer? ¿Converso aparente, iluminado por un mensaje del más allá, impulsado por una fuerza superior? ¿o simplemente un cínico oportunista y manipulador? Oskar Schindler ha pasado a la historia, gracias al rótulo impuesto por el Museo Yad Vashem de Jerusalén,  como el "justo entre las naciones" siendo recordado y homenajeado como un ángel salvador de vidas humanas, dispuesto a rescatarlas de las garras del sanguinario Partido Nacional Socialista, al cual él pertenecía y tan efectivamente servía. El cine de Hollywood puso su "granito de arena" para presentar a Schindler en sociedad como un humanitario benefactor de miles de víctimas inocentes durante la Segunda Guerra Mundial y para convertirlo de buenas a primeras en un ser venerable y digno de todo reconocimiento. Pero su realidad era... sensiblemente diferente. Curiosamente viajó a la Argentina peronista en 1949 desde Génova con un certificado que lo acreditaba como "técnico mecánico", igual que varios jerarcas nazis fugitivos de entonces. Aquí la Historia Lado B de Oskar Schindler, el gran simulador.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B

Oskar Schindler.


Una cuestión de oportunismo.
El oportunismo es una forma específica de responder a las oportunidades, la cual implica priorizar el interés propio y obviar principios éticos relevantes para lograr ciertas metas o para resolver preocupaciones compartidas por un grupo. A veces, el oportunismo es definido también como la habilidad de capitalizar los errores de otros, utilizar oportunidades creadas por los errores, debilidades o distracciones de los oponentes en beneficio de uno mismo.

Oskar Schindler, nacido el 28 de abril de 1908 en Svitavy (Imperio Austro-Húngaro, luego Checoslovaquia, hoy República Checa) fue un gran oportunista, el mejor. El más hábil de todos los cínicos oportunistas que tras haber llevado una vida enfocada pura y exclusivamente en la consecución de beneficios personales, tras haber sido no sólo un fiel simpatizante del Partido Nacional Socialista sino también un importante elemento del contraespionaje hitleriano; supo huír (no sin ayuda y complicidad de otros...) de esa realidad incontrastable gracias a negocios oscuros, redes de contactos, arreglos inmorales, silencios extraños y, como si fuera poco, una gran ayuda del cine norteamericano gracias a la película "La lista de Schindler" perpetrada falazmente por Steven Spielberg. La historia oficial pinta a Schindler como un abnegado industrial de la Alemania nazi que descubrió mágicamente la luz al final del túnel y exponiendo su propia vida se dedicó a salvar a miles de judíos que trabajaban en sus fábricas. Extraña habilidad la de Oskar Schindler, para pasar a la posteridad como "justo entre las naciones" (Museo Yad Vashem en Jerusalén) cuando en realidad hubo centenares de Schindler; por no decir miles. Y tantos Schindler hubo en la Alemania nazi como empresarios afiliados al partido que producían a favor de la maquinaria bélica hitlerista y que utilizaban mano de obra (judía y no judía) de "trabajadores" que en realidad no eran tales sino que eran indefensos esclavos. Oskar Schindler ha sido un hábil y útil empresario nazi, pero fundamentalmente ha sido un espía al servicio del aparato de contraespionaje alemán, oficial de las SS, siendo una pieza fundamental en el engranaje destinado a ubicar, delatar, detener y confinar (incluso matar) a la oposición que enfrentaba al régimen de Hitler.
A partir de estos datos fundamentales y sin perder de vista los materiales bélicos indispensables para las campañas guerreras del Tercer Reich que Schindler producía en sus fábricas, podremos comprender en dónde estuvieron las mentiras que terminaron forjando el mito de Oskar Schindler, el supuesto benefactor de la humanidad, el salvador de prisioneros-esclavos judíos, el gran simulador.


Oskar Schindler en su hábitat natural: el ambiente nazi.


Ubicando a Oskar Schindler en la realidad de entonces.
Los relatos que hablan sobre la vida y los hechos de Oskar Schindler tienen como origen dos fuentes fundamentales y de primera mano pero, totalmente distintas entre sí: la de las memorias del propio Schindler y la de las memorias de su exesposa, Emilie. Son los dos relatos a partir de los cuales se puede reconstruír el paso de Oskar Schindler por esta vida. Oskar Schindler redactó sus memorias al poco tiempo de haber culminado la Segunda Guerra Mundial, con los recuerdos bien frescos como para saber qué cosa contar y qué cosa ocultar. Por el lado de su exesposa, las memorias fueron escritas un tiempo después y en la mayoría de los pasajes las diferencias con la versión aportada por Oskar Schindler son llamativamente sorprendentes.
La historia de Oskar Schindler, al ser difundida por el "relato oficial", muestra aristas  que no pueden menos que llamar la atención y mover a la duda, o por lo menos generan inquietudes que son en realidad muy sencillas de rabatir. Oskar Schindler fue un empresario alemán que no escapó a las generales de la "ley" de aquellos tiempos del oscurantismo nazi. Fue parte sustancial de un mecanismo que se encargaba básicamente de apoderarse de negocios o fábricas ajenas (por lo general de personas judías); comenzar a producir lo que el estado nacional socialista de Hitler le pedía hacer; utilizar la mal llamada "mano de obra barata" (léase: trabajadores esclavos) y (aquí comienza a aparecer un elemento fundamental en la historia de Schindler) dedicarse al "cuidado" y la "preservación" (bien marcadas las comillas) de esos pobres e indefensos esclavos (no siempre y no exclusivamente judíos, aunque éstos eran la inmensa mayoría). El tema del "cuidado" y la "preservación" de los esclavos de las diferentes fábricas e industrias que producían para la máquina de guerra hitleriana tiene una simple y sencilla explicación: los "patrones" de las fábricas (generalmente tomadas a la fuerza, como en el caso de Oskar Schindler) "necesitaban" imperiosamente que esos trabajadores-esclavos subsitieran para, simplemente, seguir produciendo en su propio beneficio y el del Tercer Reich. Hay que olvidarse de cuestiones humanitarias y de conciencia aquí. Los empresarios y productores alemanes nazis sólo buscaban "extender la vida" de sus esclavos con esa finalidad: lograr mayor producción en su beneficio.

Oskar Schindler: Oficial de las SS y espía alemán.
La historia oficial se empeña sistemáticamente en colocar a Oskar Schindler en un lugar en el que no merece estar. Llevará unos cuantos años determinar las verdaderas y precisas razones que se ocultan detrás de la máscara artificial y mentirosa que muestra a Schindler como un benefactor de la humanidad, en particular de una gran cantidad de esclavos judíos. La mención del Museo Yad Vashem de Jerusalén es algo digno de todo destaque dentro de esta trama destinada a hacer creer una cosa por otra. Los ejemplos sobre ésto que planteamos abundan y sobran, todos simples y concretos datos históricos. Mientras que otros empresarios alemanes usaban "mano de obra esclava" en sus fábricas, Oskar Schindler es presentado como un industrial que empleaba "trabajadores" extranjeros o de religión judía. Mientras que los otros industriales eran nazis confesos, Schindler (SS e integrante del servicio de contraespionaje alemán) se había acercado al Nacionalsocialismo para "proteger" sus "empleados". Mientras todos los empresarios e industriales nazis alimentaban a sus esclavos para obligarlos a producir más y más, Schindler en realidad (decían algunos) los alimentaba sólo porque los respetaba y pretendía salvarlos. Lo dicho: Schindler hubo miles, sólo que para todos los demás se utilizó un discurso y en su caso se utilizó otro diametralmente opuesto.
En 1930 Schindler se afilió al partido Nacionalsocialista, el partido Nazi para ser más claros, y dado su lugar de residencia en Checoslovaquia, dados sus contactos en el país y dado que estaba más que dispuesto a producir en favor de la maquinaria de guerra de Hitler, fue promovido a oficial de las SS y convocado para ser un tiempo después enlace y espía de los nazis en su país, con todo lo que ser un espía significaba. Cuando Hitler decide poner su pesada bota sobre Checoslovaquia en 1939, los contactos de Schindler con la Gestapo eran muy fuertes y estrechos y de ese modo se lo convocó para que lisa y llanamente se convierta en espía del servicio de contraespionaje, con el objetivo de ubicar, delatar y encarcelar (la muerte de los detenidos era una de las posibilidades) a los opositiores, entre los cuales había además de personas judías, socialistas, comunistas y gente de otras ideas políticas y religiosas contrarias al nazismo. Schindler fue una pieza fundamental en esa tarea de la Gestapo en Checoslovaquia, fue un integrante certero, efectivo y letal a la hora de "escrachar" gente y no precisamente para salvarla...

Oskar Schindler y sus "empleados" en la fábrica de Polonia.


Cuando el 1° de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia con su Guerra Relámpago, Schindler siguió la sangrienta estela dejada por la Wehrmacht para seguir sacando réditos personales. Los años habían pasado desde aquel lejano 1930 con su afiliación al nazismo. Mucho tiempo había transcurrido desde el ascenso obseno y sanguinario de Hitler al poder en 1933 y muy claras habían quedado ya las intenciones hitlerianas respecto de la expansión territorial, la "pureza" racial y los insensatos postulados sobre los judíos, de modo tal que para 1939 Schindler ya debería haber "abierto los ojos" ante la cruda realidad, sólo que eso no sucedió. No dudó en afincarse en la Polonia devastada y sacar su nueva tajada.
Volviendo a lo sucedido en Polonia, Oskar Schindler "se puso al frente" de una fábrica de utencillos de loza en la ciudad de Cracovia. Los nazis y sus habilidades obligaron a una familia judía a "ceder" la fábrica en Cracovia. El procedimiento no tuvo ninguna diferencia a la de otros centenares o miles de casos de usurpación violenta. La "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" era una fábrica de ollas y enlozados, con impecables instalaciones que (pistola Luger en la sien de su propietario mediante)  pasó a manos de Schindler de la noche a la mañana. La historia oficial en cambio habla de "adquisición" de la fábrica de parte de Schindler y va más lejos aún estableciendo falazmente que hasta el final de la guerra Schindler se dedicó a producir allí ollas para el ejército alemán. Mentira. Schindler y sus superiores de las SS decidieron que una gran parte de la planta fabril se destinara a la producción de proyectiles, los mismos proyectiles que mataban rivales políticos, enemigos en el campo de batalla o bien seres indefensos en los infernales campos de la muerte. Eso producía Schindler: muerte.
Schindler no era un "bicho raro" en las filas nazis, por lo cual todas las teorías que pretenden hacerlo quedar como un sensible y humanitario empresario alemán que "boicoteaba" al Tercer Reich carecen de todo fundamento. Tan importante era la industria "adquirida" por Schindler en Polonia que la plana mayor nazi le hacía caso a pie juntillas ante cada uno de sus requerimientos. Entre esos requerimientos estaba el que en determinado momento le hizo al capitán Amon Goeth. Goeth se encargaba de "dosificar" la salida de trenes con prisoneros destinados a los campos de Auschwitz; Treblinka y Sobibor, ni más ni menos. Esa tarea la coordinaba desde el cercano campo de Plazsow, Polonia, lugar que regenteaba "a piaccere".


Schindler y sus "protegidos" frente a la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik".


Schindler convino con Goeth que se le enviaran a la fábrica "adquirida" muchos de aquellos prisioneros destinados a una muerte segura en el campo. La mano de obra barata (léase: esclavos a los que no se les pagaba) Los recibía sistemáticamente y los ponía a trabajar produciendo municiones y los alimentaba no por amor e interés humanitario por ellos, sino por su ya famoso oportunismo y los beneficios (económicos) que de eso obtenía. No era, como dijimos,un "bicho raro" nazi; era uno más entre tantos empresarios y fabricantes nazis que hacían lo mismo que él con un único y simple objetivo: que sus esclavos subsistieran para que produjeran más, mucho más. De modo tal que para que eso fuera posible, la "correcta" alimentación y el cuidado de los mismos llegaba por añadidura.
Nuevamente la "extraña diferencia" en el discurso oficial: los demás esclavizaban, él... protegía y cuidaba. Los demás tenían "esclavos"; él empleaba trabajadores...
Y otra mentira más: la leyenda cuenta que Schindler producía municiones defectuosas y que esa producción llegaba a las huestes hitlerianas. Los nazis no eran tontos. Si Schindler hubiese hecho eso efectivamente durante tanto tiempo y de forma sistemática y repetida, hubiese recaido sobre sus espaldas la acusación de alta traición (así se consideraba), y seguramente hubiese visto el final de sus días frente a un pelotón de fusilamiento u obligado a introducir una cápsula con cianuro en su boca. Esas "traiciones" en la cosmovisión nazi, se pagaban así. Pero no fue el caso, los hechos han demostrado que las municiones que fabricaba Schindler eran muy efectivas y funcionaban bien, por eso siguieron ayudándolo, escuchando sus requerimientos y protegiéndolo... La versión de las "municiones defectuosas" es otra de las enormes mentiras que giran en torno al inventadísimo humanismo de Schindler. Una verdadera patraña.

Amon Goeth, el amo del campo de Plazsow.


Relatos diferentes.
A esta altura, vale la pena destacar que las memorias de Oskar Schindler y las de su exesposa Emilie difieren radicalmente, no ya en fechas o lugares, sino en la intención de lo actuado. Mientras Schindler se encargó de dejar de lado y omitir decenas de hechos complicados, Emilie remarcaba en su diario personal (luego parte de sus memorias), la preocupación por las acciones de su mujeriego, bebedor y farsante esposo. Emilie ponía debido énfasis en las malas condiciones de vida de los "trabajadores" de la fábrica. No dudaba en llamarlos "esclavos" (Oskar Schindler los llamaba "trabajadores") y sentía pánico por caer detenida junto a su marido por las atrocidades que significaban tener allí, bajo su mirada y responsabilidad a miles de personas esclavizadas.
Mientras Schindler se "preocupaba" por la "alimentación y el cuidado" de sus trabajadores, a Emilie le dolía ver esa realidad trastocada y sentía en carne propia la frialdad de aquel gran simulador y mentiroso oportunista que era Oskar Schindler. Emilie Schindler lo sabía: su esposo había salido por la puerta trasera de Checoslovaquia, tras haber delatado amigos, conocidos y compatriotas. Había seguido la llamarada nazi a Polonia sin condicionamientos, espiaba, ultilizaba esclavos y sobre el final de la guerra había logrado que los nazis (él mismo) trasladaran la fábrica y sus "empleados" a otro lugar. Emilie también sabía que 14 años desde aquel 1930 era demasiado tiempo como para que Oskar "no se diera cuenta de la realidad". Su triste conclusión fue: Schindler sabía lo que hacía, estaba convencido de su valor para la máquina de guerra nazi y no sentía el más mínimo remordimiento por lo actuado. Después de todo era uno más de ellos, un nazi y un criminal.

Cambio oportunista de estrategia: Oskar Schindler y el Joint.
Va surgiendo "el nuevo" Oskar Schindler, nace el "converso", el hombre que logra "abrir los ojos", con su acercamiento al "Joint" (un hecho no poco importante en su vida), pero... ¿Qué es el  "Joint"?
El Comité de American Jewish Joint Distribution (también conocido como "el conjunto", el "Joint" o el JDC) es una organización de ayuda judía en todo el mundo con sede en Nueva York. Fue establecido en el año 1914 y está presente actualmente en más de 70 países. JDC, o "Joint", ofrece ayuda a las comunidades judías de todo el mundo a través de una red de programas de asistencia social y comunitaria. En 1945 (momento en el que "mágicamente" se produce la milagrosa "conversión" del gran nsimulador), el "Joint" cruzó sus caminos con el oportunista Oskar Schindler.

Veamos de qué manera se relata este episodio no tan conocido de la vida de Shindler en el libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 196/197):
"Su relación con el Joint.
Este episodio, como tantos en la vida de Oskar Shindler, tiene varias versiones, generalmente contradictorias. Según Oskar, fue el mayor Franz von Korab ("halbjude" - medio judío por parte de la madre) jefe en Cracovia, que lo contactó con el Joint que operaba probablemente desde el Hotel Gellert - Budapest (Hungría). El representante permanente de ese organismo, durante la guerra, fue el Dr. Kasztner, el mismo que negoció con Eichmann el tétrico operativo "Blut für ware" (Sangre por mercadería). Como enlace operó el odontólogo Rudolf Sedlatschek.
Este último tenía a su cargo otros grupos judíos en Polonia y en el Protectorado (exChecoslovaquia). También cumplía misiones especiales en Turquía. El contacto Oskar Schindler - Kasztner fue promovido por Sedlatschek. éste, en otra oportunidad, solicitó la ayuda de Schindler para hacer llegar, en forma segura, cartas de Israel (Palestina) a personalidades judías internadas en los campos de concentración.
Schindler afirma que, luego de un minucioso análisis y un intercambio de opiniones con el Dr. Chaim Hilfstein, Magister Salpeter, los hermanos Stern y otros, todos ellos prisioneros-obreros-esclavos, construyó una red eficiente de comunicaciones entre su fábrica, el campo de concentración Plazsow, Israel (Palestina) y Estados Unidos, que funcionó vía Kasztner-Budapest.
Schindler presentó al Dr. Sedlatschek al comandante del campo de concentración de Plaszow, Goeth, quien lo invitó a efectuar una recorrida por el mismo.
¿Es imaginable, conociendo las estructuras jerárquicas de los nazis, que Goeth, sin previa autorización de sus superiores, sólamente a instancias de su amigo Schindler, invitara al judío Sedlatschek a recorrer el campo de concentración? ¿Quienes eran las autoridades que permitieron ese insólito paseo? ¿quién lo promovió? ¿con qué finalidad? ¿Cómo era la relación de Schindler con Goeth? ¿No era que lo consideraba perverso, un sádico? ¿O esta evaluación la hizo después de su "transformación" interior?


Oskar Schindler en Cracovia, 1942.


Oskar Schindler relata que Sedlatschek, con autorización del Joint, entregó  grandes sumas de dinero a los prisioneros judíos-obreros-esclavos de la fábrica de Schindler y menciona entre los beneficiados nuevamente a los prisioneros Dr. Hilfstein, Bankier, Salpeter, Stern, etc.
Por otra parte admite haber recibido de Sedlatschek, en tres oportunidades, sumas grandes. Recuerda (Schindler) dos cifras: 75.000 y 50.000 marcos respectivamente, pero no aclara si se refiere a las 3 entregas mencionadas o a otros aportes.
Schindler viajó varias veces -cuatro- a Budapest. La estadía nunca duró más de 2 días, para evitar, según él, que su ausencia llamara la atención. En la actitud de Schindler o en lo que expresa luego en sus cartas hay una notable incoherencia. ¿No efectúa una autodenuncia con la aparición del judío Sedlatschek como visitante oficial en el campo de concentración de Plaszow?
¿Cómo explicó a Goeth y los otros SS la presencia de este judío? ¿De dónde lo conocía? En la primera reunión con Kasztner participó el Dr. Springmann. Schindler afirma haber facilitado al Joint informaciones precisas sobre la situación en su fábrica y en el campo de concentración de Plaszow. Además informó sobre las medidas implementadas por las SS, las posibilidades de ayuda y los caminos a seguir. Los interlocutores expresaron su conocimiento por su "obra maravillosa" a favor de los judíos perseguidos, e instaron a mantener e incrementarla, sin prejuicio de sacrificios materiales . Cuando arreciaba la persecución nazi y en los campos de concentración morían millones de seres humanos, Kasztner a través de Sedlatschek, le hizo saber a Schindler que personalidades estadounidenses, incluso el exembajador austríaco Steinhart, quien estaba en Estambul (Turquía), tenían interés en conversar con él para recibir un informe exhaustivo sobre la actualidad en Polonia, la liquidación de los ghettos y de los campos de exterminio. Ese viaje aparentemente nunca se realizó.
La versión de la señora (Emilie Schindler) no coincide -como otras veces- con la de su esposo. Ella recuerda que en Mayo de 1945, cuando las tropas soviéticas y americanas (?) ya habían liberado el territorio checoslovaco Oskar venía de tener entonces una serie de entrevista en Estambul (Turquía) con la fundación judía Joint, empeñada en salvar la mayor cantidad de personas posible. También se habían reunido en Budapest con un tal Cedlatchek que se había conectado con mi esposoa través de Bankier, el anterior dueño de la fábrica de Cracovia".

En otro pasaje del libro  "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 198) podemos leer lo siguiente:
"Marzo 1943. Por órdenes superiores y dentro de una programación general fue cerrado el ghetto de Cracovia. Todos los judíos fueron trasladados al campo de concentración de Plaszow, con la orden expresa de su rápida eliminación.
Según Erika Rosenberg, la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik", propiedad de Schindler, contaba con 1750 obreros-esclavos y fue declarada de interés militar. No hay que ser muy perspicaz para entender que el "interés militar" no se centraba en las ollas y utencillos de cocina de los que la pareja (los Schindler) habla sin cesar.
En realidad Oskar Schindler había montado una fábrica de materiales bélicos. Una estimación muy conservadora: (contando con maquinaria obsoleta, lo que no es probable) la producción de proyectiles alcanzaba para eliminar varios ejércitos. Oskar Schindler protestó contra las autoridades nazis por el envío de obreros-esclavos polacos al Reich, ya que así se debilitaba la producción en los territorios ocupados. Se enorgullece de un acuerdo celebrado entre él (Schindler) y la Gestapo, donde convinieron NO matar a los judíos dispersos -o sea los fugitivos que habían logrado escapar de los campos de concentración o de eludirlo- sin en enviarlos a las fábricas cercanas de armamentos.

¿Cuál era el puesto que este personaje ocupaba realmente en la jerarquía oficial para que le den lugar para protestar y celebrar convenios con la Gestapo?

No cabe dudas que Schindler sabía defender sus intereses y tenía las conexiones para intentarlo. Pertenecía a la llamada línea "industrialista", sostenida por un sector de la administración, que privilegiaba -de acuerdo a innumerables documentos- la producción bélica. Ello significó la "protección" de la mano de obra disponible".

De todo lo expuesto con anterioridad ya no quedan dudas sobre el proceder concreto de Oskar Schindler y de su muy reputada posición no sólo entre las líneas medias y altas de las SS y la Gestapo, sino también sobre la buena "llegada" de este inescrupuloso, oportunista y simulador con las altas esferas del poder nazi en Berlín. Una vez decidido el traslado de "su" fábrica de alto interés militar desde Cracovia hasta otro lugar, Schindler se tomó el atrevimiento de, en su viaje a Berlín, recomendar las zonas de Reanania y Austria para la instalación de la fábrica. Finalmente, tras escucharlo atentamente, se determinó que la planta industrial se insatalara en Brunnlitz (Checoslovaquia o Protectorado). La plana mayor nazi, le dedicaba todo su tiempo a un Schindler con tremendos contactos entre los nazis, tal era la posición de este personaje en las altas esferas del poder dictatorial y criminal de la Alemania del Tercer Reich. Oskar Schindler, en mayo de 1945 aún no había experimentado su mágica e instantánea "transformación". Schindler sintió esos deseos incontenibles de "colaborar humanitariamente" una vez que advirtió (como tantos) que los Aliados avanzaban imperturbables sobre las líneas alemanas y sus dominios.
Iba surgiendo el "nuevo" Schindler...el que "luchaba contra los nazis a favor de los judíos"... Y allí, finalmente instalado en su natal Checoslovaquia, en Brunnlitz, vería el avance inexorable de los soviéticos. La historia sigue así...


Arriba: Niños judíos rescatados por el "JOINT" Comité Judío Estadounidense (American Jewish Joint Distribution Committee - JDC).  Abajo: trabajos forzados en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).

Esclavos judíos en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).


Llegan los rusos: se arma la "lista".
A medida que la guerra avanzaba y cuando ya en las postrimerías de la conflagración mundial el final (sólo en los campos de batalla) del Tercer Reich resultaba evidente, la plana mayor nazi decidió entre otras cosas cerrar varios campos de concentración ante el inminente avance soviético desde el Este. Entre otros, uno de los campos que se cerraban era el de Plazsow, que no era sino aquel desde donde llegaban a la fábrica "adquirida" por Schindler los "trabajadores" (léase: esclavos) para seguir produciendo.
Llegamos a 1944 (a muchos años desde aquel 1930, año de su afiliación al nazismo...) y Schindler, como hemos dicho, decidió viajar directamente a Berlín para gestionar "el pase" de los "trabajadores" de la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" a otro lugar que no cayera bajo las garras de los soviéticos. En Berlín escucharon a Schindler y en pleno fragor de lo más descarnado de la guerra dieron cabida a sus pedidos. Los trabajadores de "su" fábrica polaca serían trasladados a otra planta industrial más protegida.

Pensemos lo siguiente, a finales de 1944, si había algo que la Alemania nazi necesitaba eran dos cosas: armas (o municiones como las producidas por Schindler) y transporte. Schindler fabricaba lo primero y exigía lo segundo para "salvar" a sus "empleados". Los nazis, si algo ponían sobre el tapete a esa altura de la guerra, era el orden de prioridades y entre esas prioridades estaba el traslado de la fábrica de Schindler, tras lo cual es fácilmente deducible que la importancia de lo que allí se producía era vital para la máquina de guerra nazi. Habrá que olvidarse entonces de las ollas y los enlozados. Habrá que olvidarse de las "municiones defectuosas" para que los nazis no dispararan ni un solo tiro. Nada de eso. Schindler era una pieza fundamental aún a esa altura de los acontecimientos y todavía en esos comienzos de 1945 sus convicciones nazis y su terrible aprovechamiento del trabajo esclavo, eran marca registrada. No sólo no había el más mínimo gesto de arrepentimiento o humanidad (tan difundida desde la historia oficial), sino que su despótico y criminal sistema de abuso sobre miles de seres indefensos se incrementaba a diario.

A Schindler se le concedieron todos sus pedidos: se decidió el traslado de la fábrica de municiones, si bien no a los lugares que él mismo había propuesto inicialmente sino a la localidad de Brunnlitz, en la ocupada Checoslovaquia, su patria de origen, y como si fuera poco se puso a su entera disposición un convoy ferroviario (en total sumaban 250 vagones) para el traslado de sus "trabajadores", esos mismos trabajadores que en otros casos (cuando se habla hoy en día de otros empresarios alemanes) eran identificados como esclavos.
Schindler contaba además con una muy particular colaboración "interna". Se ha hablado mucho acerca de las personas que lo ayudaban a tener éxito en sus cometidos, e incluso se sabe de ciertos judíos que se encargaban de hacer la tarea y no siempre con fines humanitarios o filantrópicos. El nombre de Poldek Pfefferberg es uno de los que más se destaca de entre aquellos colaboradores, ya que era quien se encargaba de hacer que determinados "pagos" llegaran a los jerarcas nazis para conseguir sistemáticamente lo que Schindler pedía (aquí también jugó un papel fundamental el Joint judío del que hablamos con anterioridad). Las joyas, el dinero mal habido y, por supuesto, los favores sexuales de mujeres se incluían en la nómina de "monedas de pago". La colaboración "interna" (hablamos de algunos de sus "trabajadores") habrá que ubicarla dentro de un contexto no poco importante: el miedo, la necesidad de sobrevivir de algun modo y también la falta de escrúpulos. Hubo de todo (aunque el papel del Joint ha sido algo determinante y muy particular...). En este punto hay que entender también lo que pasaba por la mente de aquellas personas, cautivas de Schindler, presas y obligadas a trabajar para los nazis. El miedo al sufrimiento y a la muerte era algo más que entendible y aceptable a la hora de comprender también cierta "colaboración" con Schindler, el mandamás. De todos modos la "yunta" entre Schindler y algunos pocos judíos que lo rodeaban es algo digno de destacar en esta historia.
La lógica (empleada del mismo modo aún hoy en día para el traslado de presos desde una cárcel a otra...) indicaba que para hacer el traslado de personas de un lado a otro se debía confeccionar una lista. Eso mismo hacían todos y cada uno de los empresarios alemanes cada vez que se veían en una situación similar, por lo cual queda más que claro que "la lista de Schindler" no fue algo excepcional, sino que era el método obligado y pre-establecido por la burocracia nazi. Pensemos otra cosa: los nazis dejaban todo registrado, perfectamente ordenado. Las listas eran moneda corriente y nada fuera de los común y de hecho todos y cada uno de los "miles de Schindler" las confeccionaban.

Parte de la famosa lista de Schindler.


Los casi 1.100 esclavos de Schindler llegaron finalmente a Brunnlitz y un poco después, debido a un "error adminsitrativo" llegó otro convoy con unas 300 mujeres que habían sido enviadas desde su fábrica en Polonia a Auschwitz. Con toda esa gente a cuestas Schindler comenzó a acondicionar "otra fábrica adquirida", en este caso en Brunnlitz. La leyenda sobre el "salvataje" de Schindler en favor de esas personas llevadas en trenes hasta Brunnlitz se agigantó años después, pero lo concreto es que este "moderno pretendido San Pablo del Siglo XX", sólo quería a esa gente en Brunnlitz para seguir explotándolos en beneficio de la industria alemana y su propio bolsillo.
Recapitulando nuevamente: principios de 1945, un fabricante de municiones destinadas a los frentes de guerra, un viaje a Berlín (al centro mismo del poder nazi), una solicitud de trenes para transportar gente desde Polonia hasta Checoslovaquia (con lo necesario que era el transporte a esa altura de la guerra), una lista (habitual) de nombres para asegurarse que todos los esclavos que salían de Polonia llegaran a Checoslovaquia, el empleo de transporte muy importante y vital a esa altura de la guerra (trenes) sin la más mínima traba de parte del mando nazi y al mundo se le hace creer que Oskar Schindler era un benefactor humantitario que arriesgó su vida en pos de los demás. Una máscara que, a fuerza de contrastarla con hechos históricos, cae sola.

Para "mala fortuna" de Oskar Schindler, en mayo de 1945 (Schindler llevaba ya 15 años como afiliado nazi, como oficial SS y como integrante del servicio de contrainteligencia alemán...15 años) los soviéticos entraron también en Brunnlitz y a partir de allí sólo quedaba una cosa para hacer: escapar y abandonar a su suerte a sus esclavos. Eso hizo Schindler y allí, en las abandonadas (por él) instalaciones checas quedó la famosa "lista" con los nombres que pasarían a la posteridad como los de la gente, los judíos en su mayoría, que Oskar Schindler acababa de salvar. La famosa lista de Schindler, estaba en Brunnlitz para cotejar que todos y cadao uno de los esclavos salidos de Polonia ingresaran en la fábrica checoslovaca.
Schindler huyó de la escena vestido como un prisionero judío (al fin se ponía en los zapatos de sus explotados)... En su coqueto autos sport, con su "querida" Emilie, unos diamantes en su bolsillo y con la resistencia checa y los soviéticos pisándole los talones. Así huyó.

Otro dato: los nazis, y ninguno de sus acólitos y simpatizantes o colaboradores, confeccionaba una lista que incluyera personas para ser salvadas. A nadie en el régimen nazi se le ocurría una idea suicida semejante para dejar registrada su traición al régimen. Los miles de esclavos de Oskar Schindler no se salvaron por su intervención ni por la famosa lista confeccionada. Los esclavos judíos de la fábrica de Schindler se salvaron de una muerte segura porque los soviéticos llegaron a Brunnlitz y porque Schindler "se vió obligado a huír".

El "benefactor" huye a Argentina, enclave nazi en Sudamérica.
Las "vueltas de la vida". Mientras uno de sus socios en el maltrato y abuso de prisioneros esclavos, Amon Goeth, era colgado de la horca en el campo de Plazsow (Cracovia, Polonia) en 1946; Oskar Schindler gozaba de los beneficios de haberse establecido en la República Argentina del por entonces presidente Juan Domingo Perón. El surco de sangre, muerte y explotación llegaba desde Europa hasta la siempre acogedora y receptiva Argentina y así las cosas luego de la creación del Estado de Israel en 1948, las autoridades judías decidieron emprender la cacería sobre este criminal de guerra, devenido providencialmente "un converso arrepentido", el "justo entre las naciones". Extrañamente (sí, extrañamente) Israel liberó a Schindler de su persecución en 1955, cuando ya llevaba un largo rato lo más campante en Argentina. La historia se manipulaba de acuerdo a las circunstancias, movida por no pocos y pesados intereses, una vez más.
Sobre la llegada de Schindler a la Argentina, bien vale una aclaración: durante la Segunda Guerra Mundial quienes escapaban de Europa eran anti nazis, mientras que los que huían en la posguerra eran... precisamente los nazis. Oskar Schindler huyó en la posguerra y recaló en un nido de nazis y fascistas como lo era por entonces la República Argentina. En su huída desde Checoslovaquia, buscó frenéticamente eludir a las fuerzas soviéticas (que ceracaban Brunnlitz) y a la resistencia checa que lo buscaba desde sus inicios como agente del contraespionaje nazi en su país. Es que Oskar Schindler no sólo había confeccionado la famosa "lista" de sus esclavos destinados a la fábrica en Checoslovaquia, sino que había sido el responsable de centenares y centenares de otras listas que, como esa última, tenía fines nada humanitarios. Las listas de Schindler, tantas y tantas, contenían los nombres de las personas que había que mantener (de un modo u otro, por diferentes motivos) bajo control o que simplemente debían ser eliminadas. Las primeras listas que Schindler había confeccionado, primero en Checoslovaquia, luego en Polonia estaban destinadas a identificar a los opositores, a los resistentes al régimen nazi, entre ellos (y no sola y exclusivamente) judíos. Aquí debemos ser reiterativos: nunca, ningún nazi, bajo ninguna circunsatncia, confeccionó lista alguna para "salvar" gente. Si eso hubiese llegado a ser posible (salvar vidas humanas) no se contemplaba la posibilidad siquiera de incluír los nombres en una lista y firmarla. Eso era, para los nazis confesos como Schindler, un verdadero suicidio.


El "converso" Oskar Schindler y su esposa Emilie protegidos en Argentina.


De modo tal que la famosa "Lista de Schindler" no fue un monumento al sacrificio personal de su autor, una ofrenda sincera y desinteresadea, sino que fue una más de entre tantas listas que Schindler y miles de empresarios y fabricantes alemanes, nazis convencidos, practicantes y confesos, redactaban para tener control de los seres humanos que, simplemente, esclavizaban y hacía trabajar hasta la muerte, sobre todo a la hora de los traslados de los lugares de "trabajo".
Ese hombre fue el que huyó luego de la guerra y se instaló en la Argentina con su esposa Emilie. Pero claro, la larga trayectoria de traidor y oportunista de Oskar Schindler tendría un nuevo capítulo. Un tiempo después, cuando la inicial persecución del Estado de Israel se dio por terminada (alguna vez Israel debería explicar el inesperado giro en este caso...), Schindler regresó triunfal a su amada Alemania de posguerra, para seguir su vida alocada con alguna de sus amantes. Dejó en tierras argentina a su mujer Emilie, abandonada y con la falsa promesa de un regreso que nunca se produjo... Los años pasaron y, como si poco faltara, el cine (tantas veces falaz y mentiroso) de Hollywood llegó para aportar lo suyo. Steven Spielberg llevaba a la pantalla grande en 1993 la película "Shindler's list" (La lista de Schindler), mostrando a quienes no la conocían, la historia de un abnegado y humanitario empresario alemán que arriesgó su vida por salvar la de miles de judíos. Quienes conocieron a Schindler a través de esa tergiversadora película de Spielberg, quedaron asombrados y admirados. Pero quienes saben de la historia real, sintieron escalofríos ante semejante muestra de "acomodamiento interesado" de los hechos históricos. ¿Qué interesen se movilizaron detrás del film? ¿Quienes han promovido semejante alteración de la historia con la realización de un multipremiado film que muestra una parte mentirosa de la vida de Oskar Schindler? ¿Por qué se ha mentido tan impunemente con esa película? ¿Por qué se le da tan poco lugar a Emilie Schindler en la película de Sielberg? Las respuestas quedarán flotando eternamente en el enviciado aire de una conspiración y de no pocos intereses oscuros.

Tumba de Oskar Schindler.


Oskar Schindler falleció en Hidesheim, Alemania, el 9 de octubre de 1974 a los 66 años de edad. Su cuerpo reposa en el Cementerio Católico de Jerusalén. El Estado de Israel (Museo Yad Vashem) le ha conferido el título de "Justo entre las naciones", un reconocimiento que, a la luz de los hechos, resulta precisamente todo lo contrario: injusto. Alguien deberá explicar alguna vez las motivaciones para semejante tergiversación de la historia...

Emilie Schindler, tras unos años en Argentina, abandonada y engañada por Oskar Schindler, declaró que su último deseo era regresar a su amada Alemania y eso hizo. Murió en el Hospital Maerkisch-Oderland de Berlín en la noche del 5 de octubre de 2001, a la edad de 93 años. Se encuentra enterrada en el cementerio de Waldkraiburg, a una hora de distancia de Múnich. Su lápida incluye las palabras, "Wer einen Menschen rettet, rettet die ganze Welt" ("Quien salva una vida salva al mundo entero"). Un epitafio posiblemente adecuado para su tumba, pero inaceptable para la de su exposo.


Finalmente, un documento revelador: el certificado de ingreso de Oskar Schindler a la Argentina peronista en 1949, proveniente de Génova (Italia), desde donde se daba salida a la "Ruta de las ratas". El documento lo acreditaba como "técnico mecánico" al igual que otros nazis fugitivos. Un paper curioso, si es que se trataba de un  anti nazi protegido por los Aliados.




Marcelo D. García
Historias Lado B


Fuentes de consulta:
- www.ushmm.org
- "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szaragat - Ed. Nuestra América, 2003)
- Memorias de Emilie Schindler
-Wikipedia.org
www.jdc.org
- "Ich, Oskar Schindler" (Erika Rosenberg - pág. 29, Herbig - 2000)