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jueves, 24 de diciembre de 2020

"Evita, la agente nazi": Segunda parte de la entrevista a Marcelo García, por Mauro Castro

Segunda parte de la entrevista a Marcelo García, por el periodista e historiador Mauro Castro, en exclusiva para su canal en Youtube. En esta oportunidad, se hizo foco sobre el caso de Eva Perón y su rol como agente testaferro de los nazis en la Argentina. Debido a esto, se habló sobre el libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Marcelo García, Sudamericana, 2017). Mirá la entrevista en el video a continuación.

Visitá el canal de Youtube: Mau Castro

Muchas gracias Mauro.

lunes, 14 de diciembre de 2020

"Nazis en Argentina": Primera parte de la entrevista a Marcelo García, por Mauro Castro

Para seguir desandando el camino recorrido por los nazis en la Argentina, a inicios de diciembre tuve la oportunidad de conversar con el periodista e historiador Mauro Castro, en exclusiva para su canal oficial en Youtube. Aquí, la primera parte de la entrevista.

Visitá el canal de Youtube: Mau Castro

Muchas gracias Mauro.

miércoles, 9 de agosto de 2017

Marcelo García: "Evita fue agente al servicio de los nazis de posguerra traicionados por Perón"


Marcelo García, autor de "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Sudamericana - 2017) 
(Foto del autor: Copyright, María Sol García)


La historia argentina está mal contada. Fueron décadas de recortes parciales hábilmente dirigidos -tal vez- de manera intencional, con los que se pretendió relatar una película mostrando tan sólo algunos inconexos fotogramas; un modo que -a la luz de los hechos- no ha sido definitivamente el mejor para comprender qué cosas nos sucedieron en realidad.
Durante años se pobló el gigantesco panteón de los argentinos ilustres, elevados en inconducente e insana postura a lo más alto del altar de los próceres, a quienes se transformó en impolutas celebridades de mármol y bronce, a los que nadie debería -siquiera- atreverse a tocar.
Sin embargo, esos personajes -lejos de ser etéreas figuras rayanas con la inalcanzable perfección- fueron de carne y hueso, con virtudes y defectos, grandezas y flaquezas que -pese a todo- en nada disminuyó o invalidó todo lo bueno que también pueda llegar a decirse de ellos.

En 2012 decidí hurgar en los inconmensurables misterios que encierra la cercana -y ciertamente laberíntica- relación del peronismo con los nazis, un tema que, pese a la impresionante proliferación de pruebas, muchos aún pretenden ocultar.
El libro "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" (Sudamericana - 2017), es fruto de un minucioso trabajo de investigación, consulta y lectura de miles de páginas de documentos desclasificados y otras impensadas fuentes de confiable información que llevó a una inédita conclusión: Juan Domingo Perón y su esposa, Eva Duarte, mantuvieron un urticante conflicto de intereses, motivado principalmente por el manejo de los millonarios bienes de los nazis, llevados hacia Buenos Aires (desde antes y durante la Segunda Guerra Mundial), con el preciado objetivo de levantar un IV Reich desde el exterior y que -luego- fueron oscuro objeto de deseo a modo de expolio de parte del mismísimo Presidente de la Nación.

¿Cómo ingresó Evita al mundillo de relaciones y actividades filonazis? Todo será revelado a lo largo de las 336 páginas que se leen como una atrapante novela de misterio, pero encierran las más sorprendentes revelaciones sobre uno de los costados más oscuros de la vida de la "Abanderada de los humildes" y su relación con "·el primer trabajador".

La activa participación de Evita, primero como colaboradora y luego como jefa de uno de los grupos de agentes nazis femeninas reunidas por Gerda von Arenstorff, influyente funcionaria de la embajada alemana en Buenos Aires, no sólo quedó sobradamente documentada (como expongo en el libro), sino que le valió captar la atención, la estima y los favores de los principales jefes de la inteligencia y la clandestinidad nazi en el país, cuyo cabecilla fue el Capitán Dietrich Niebuhr, agregado naval de la representación diplomática germana, pero antes que nada, encubierto jefe de la Ettapendienst, además de ganarse el aprecio y reconocimiento de otros importantes personajes de la estructura nazi, tal el caso del financista Ludwig Freude (custodio de los inetereses de Adolf Hitler en Argentina y otras partes de Sudamérica y, posteriormente, asesor de Perón), como así también quienes desde Europa no dejaron de destacar su esmerado accionar, entre ellos Wilhelm von Faupel (jefe del Instituto Iberoamericano de Berlín) y el notable Wilhelm Canaris (largamente relacionado con la Argentina y jefe de la Abwehr).

Sin embargo, eso no es todo. Tras más de cuatro años de investigación y escritura, en "La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler" planteo por primera vez, de un modo sorprendente y original, el insospechado choque de intereses entre las dos máximas figuras del peronismo y demuestra cómo Eva Perón se convirtió en una de las más eficaces agentes del nazismo cuando viajó a Europa en 1947 para cumplir una doble y secreta misión: ser funcional a su marido acordando una impresionante oleada de nazis hacia la Argentina (a cambio de ingentes sumas millonarias que iban a las cuentas del matrimonio presidencial) y -al mismo tiempo- orquestar una jugada maestra para llevar de regreso al Viejo Continente (con destino final en Suiza, donde hizo arreglos con banqueros que manejaban y protegían las fortunas de los nacionalsocialistas), parte del tesoro nazi a punto de ser expoliado por su esposo, el mismísimo Presidente de la Nación.

La insospechada conclusión a la que se llega, gracias a contundente documentación, es que Evita fue agente al servicio de los nazis de posguerra traicionados por Perón.


Marcelo García

Sinopsis:

Con la debacle nazi consumada, el tablero de la política internacional comienza a reacomodarse. Mientras Adolf Hitler, en el exilio, pierde fuerza e influencia, Juan Domingo Perón -alentado por las circunstancias- se propone erigir a la Argentina como una nación rectora de Sudamérica, tomando la posta de la derrotada Alemania e intentando replicar su ímpetu expansionista en la región.

¿Cómo pretende Perón financiar sus planes de dominación? Mediante el expolio de las millonarias fortunas que fueron secuestradas por el nacionalsocialismo alemán y pacientemente trasladadas hasta Buenos Aires. Su mayor obstáculo será nadie menos que su propia esposa, Eva Duarte, quien pondrá en acción sus poderosas conexiones para salvaguardar esos tesoros.

La agente nazi Eva Perón y el tesoro de Hitler nace del trabajo de investigación y consulta de cientos de documentos desclasificados -entre ellos, los de las pesquisas que mandó a hacer John Edgar Hoover cuando se encontraba al frente del FBI-, sobre los cuales el historiador Marcelo García construye una irresistible tesis destinada a entrelazar la inesperada y atrapante trama internacional de acuerdos y traiciones entre la Alemania nazi y la Argentina de Perón.

El resultado de este enorme trabajo es un libro que revisa uno de los misterios más magnéticos del peronismo desde una perspectiva nueva: la de los conflictos de intereses entre sus dos más grandes figuras.


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viernes, 14 de abril de 2017

Documentos fotográficos sobre actividades nazis en la Argentina


Carnet de la Liga Alemana para la Argentina y denuncia contra nazis de Villa Ballester.


A partir de 1941, las actividades de la Comisión Investigadora de Actividdes Antiargentinas que comenzó a funcionar en el Congreso Nacional, permitieron descubrir cuantiosa evidencia del funcionamiento y organización del Partido Nazi en el país.
El "Landesgruppe Argentinien der NSDAP" (Grupo Argentino del NSDAP) replicaba a lo largo y ancho de la Argentina, el mismo sistema organizativo y jerárquico de la Alemania nazi de Adolf Hitler (incluso desde antes de la llegada del Führer al poder en 1933).
Pese a las insistentes negativas de varios de los propios involucrados en este tipo de actividades (y sus cómplices locales), muchas de las reuniones y actos se hacían en ámbitos secretos y privados, mientras que otras se desarrollaban a plena luz del día y a la vista de todos.

A continuación, algunos reveladores documentos fotográficos con evidencia de esas actividades nazis en la Argentina. Las imágenes pertenecen a la publicación nazi argentina "Der Trommler" y son una mínima muestra de las centenares de fotografías que expusieron los movimientos de los nacionalsocialistas en el país.


Nazis en el barrio de Belgrano. Buenos Aires, Argentina. 30 de enero de 1939.


Campo de jóvenes nazis en Burzaco, Buenos Aires, Argentina. Marzo de 1937.

Juventudes Hitlerianas argentinas en El Dorado, provincia de Misiones, Argentina. 1939.

Acto encabezado por el jefe local, Alfred Müller en La Plata, Buenos Aires, Argentina. 1939.

Mitín nazi en Quilmes, Buenos Aires, Argentina. 1939.

Uno de los centros neurálgicos de los nazis: Villa Ballester. Buenos Aires, Argentina. 1939.

Fascistas reunidos en Chaco, Argentina.1939.



(Fotos: "Der Trommler", Argentina / Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas del Congreso Nacional. Argentina. Documentos en archivo personal de Marcelo D. García)



martes, 2 de agosto de 2016

viernes, 24 de junio de 2016

Celestino Quijada, el hachero que vio a Hitler en el Cerro Otto de Bariloche

Celestino Quijada, el hachero que vio a Hitler en el Cerro Otto de Bariloche.


En este mundo los hay quienes creen que los investigadores históricos, los que nos paramos frente a la historia oficial con una mirada crítica, sólo pretendemos visitas masivas en nuestros espacios de internet y, en el mejor de los casos, vender miles de ejemplares de libros a los que no pocos incrédulos consideran como novelas fantásticas.
Claro que quienes se apegan al pie de la letra de la dudosa historia oficial, también tienen esas mismas pretenciones de éxito conmo los que somos (por así decirlo) descreídos de lo que siempre se nos ha contado como una inobjetable verdad. Y no está mal, ni en un caso ni en el otro.
Sin embargo, también están aquellos que lejos de optar por uno de los bandos en pugna, simplemente nos dejan sorprendidos y maravillados con sus relatos, sin tener la más mínima necesidad de decir una cosa por otra y -por supuesto- sin ninguna intención comercial.

Tal es el caso de Celestino Quijada, un hachero nacido en 1916 en la localidad de El Manso, un paraje rural del Departamento Bariloche, en la provincia argentina de Río Negro. De niño quedó huérfano y fue adoptado por una viejita que lo anotó en algún perdido registro civil del lado chileno.
Con el tiempo Celestino fue y vino entre Chile y la Argentina para finalmente quedarse en cercanías de Bariloche haciendo lo que mejor podía para ganarse el pan : darle duro al hacha haciendo leña.

Luego, entrados los '40, -como tantos- se enamoró del Peronismo llegando a pensar de su líder que “Perón abrió los ojos a todos los obreros, nos empezó a cuidar”.
Pero esa época no sólo le abrió los ojos frente a las políticas del Justicialismo que tanto le cambiaron la vida a quienes menos tenían y a quienes más iban a necesitar, sino que fue también fue el momento en que pudo convertirse en impensado protagonista de un hecho que no olvidó nunca jamás.
Un día, Celestino se metió entre los matorrales sureños, hacha en mano disponiéndose a trabajar.
Sin embargo, pese a la esperada rutina de cada día, aquella no fue -definitivamente- una jornada más.
Allí había un hombre, relajado y lejos de la preocupación mundana en la que estaban sumidos todos los demás.
Ese hombre era Adolf Hitler.

"Lo vi cuando mis patrones me mandaron a cortar ramas en una maderera junto al cerro Otto (Bariloche, Argentina). Estaba sentado en una silla y lo reconocí por las fotos del diario", contó Quijada (1).
Y no fue el único en verlo: "Mi mamá nos contó en distintas oportunidades que sus padres lo habían atendido en el reservado de la estancia San Ramón, ubicada en la entrada de Bariloche." (2), recordó Víctor Luego, uno de sus conocidos también entrevistado por los curiosos periodistas que llegaron a ese mismo lugar.

Por aquel entonces (1945) Don Celestino tenía 29 jóvenes años. El 12 de abril de 2016 llegó al centenario junto a su esposa y sus hijos. Siempre, cada vez que puede, vuelve a recordar ese misterioso avistaje del que nadie, bajo ninguna circunstancia, (dados los documentos que se tienen a mano) ya podrá llegar a dudar.

Marcelo D. García
Historias Lado B


Celestino Quijada, junto a su esposa y el más pequeño de sus hijos, 2015. (Foto: El Cordilerano.com)




(1): Declaración a la revista "Noticias"difundida el portal digital Perfil.com. en 2011.
(2): http://www.lagaceta.com.ar/nota/463843/mundo/vi-hitler-cuando-mis-patrones-me-mandaron-cortar-ramas.html

martes, 10 de mayo de 2016

Aero Club de Planeadores "Cóndor": Banderas Nazis en la Patagonia de Argentina

Pioneros de la aviación sin motor en el sur de la Patagonia de Argentina y sus banderas nazis orgullosamente enarboladas al viento.



Un poco de historia.
El “Aero Club de Planeadores Cóndor” inició sus vuelos el 3 de diciembre de 1934 desde un campo perteneciente a la empresa petrolera Astra, a las afueras de la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la provincia patagónica de Chubut, al sur de la Argentina.
Si bien se desconoce la fecha exacta de la inauguración oficial del club, sí se sabe que desde 1931 un grupo de vecinos de Comodoro Rivadavia, inspirados por las noticias que les llegaban desde la lejana Alemania sobre máquinas voladoras sin motor, se encargó de darle vida al "Club de Planeadores Rosales" (por el pueblo cercano de Manantial Rosales), nombre que poco después cambiaron por el de "Aero Club de Planeadores Cóndor" con el que seguiría siendo conocido incluso hasta nuestros días.
Algunos de los pioneros que formaron el club fueron Casimiro Szlapelis y el aviador Próspero Palazzo, un piloto de la Aeroposta Argentina; en tanto que el primer planeador que utilizaron fue un viejo Kassel 12A que prestó servicio durante varios años volando desde un terreno poco preparado para esas actividades en la zona conocida por los lugareños como el kilómetro 9.




Apenas iniciadas las actividades aeronáuticas se incorporó al club don Francisco Allesch, un austríaco nacido en Viena y empleado de la petrolera Astra (fuertemente inyectada de intereres alemanes en la zona), quien fue titular de la licencia de planeador n° 2 otorgada en la Argentina y gracias a quien los entusiastas aviadores pudieron disponer de un campo mucho más apropiado para los vuelos, un lugar que -justamente- era propiedad de la mencionada Astra.
Así fue que el club retomó sus actividades desde el campo del kilómetro 20, el 3 de diciembre de 1934, con un vuelo (a cargo de Allesch) que duró apenas unos pocos segundos pero que para todos fue un verdadero hito y resultó ser verdaderamente importante.

Fue así que don Francisco Allesch plantó la bandera de la pasión por los vuelos sin motor en la Patagonia, aunque la imaginaria enseña flameaba también -vale decirlo- junto a la de la Cruz Esvástica Nazi...


Marcelo García
Historias Lado B



 Referencia: http://www.planeadorescondor.com.ar/institucional/historia/


miércoles, 27 de mayo de 2015

El alemán de la daga

El alemán de la daga.


Era una tarde cálida, una jornada apacible y relajada como tantas otras en las que aquellos melancólicos alemanes -que solían disfrutar de las comodidades del "Edén Hotel" enclavado en la tranquilidad y privacidad de las serranías cordobesas de La Falda- se reunían para recordar los buenos viejos tiempos y, de paso, hacer nuevos planes para un futuro mejor. Cerca del reducto de los Eichhorn, la paz también se encontraba en "El chorrito", un idílico paraje surcado por cascadas y manatiales que hacían las veces de un improvisado y bendito balneario en donde mitigar el calor de la provincia mediterránea; un maravilloso lugar de reunión donde los camaradas aprendieron -e hicieron propio- el arte y la sana costumbre del asado y un vasito de vino. La foto es un buen retrato de aquellos días de finales de 1950.
Con el sol del mediodía clavado sobre sus cabezas y vestidos como para otra ocasión, los germanos del "Edén" posaban felices y despreocupados para la posteridad. Uno de ellos -el de la izquierda- con coqueto sombrero y campechana pose de manos en la cintura, deja al descubierto el cinto del que se asoma, orgulloso, brillante y filoso, un cuchillo. Los lugareños solían pedírselo -a don Ricardo- para cortar los jugosos costillares sobre la parrilla, pero el alemán lo portaba por motivos diferentes.
La filosa pieza era una daga de honor de las SS nazis y su poseedor, don Ricardo Klement (el de la izquierda en la foto de este artículo), era -ni más ni menos que- el jerarca nazi Adolf Eichmann.


Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Eichmann, que se hacía llamar Otto Eckmann, fue capturado por el Ejército de los Estados Unidos, que "desconocía" su verdadera identidad. En los albores de 1946 se "escapó" de la custodia del Ejército estadounidense y se ocultó en varios lugares de Alemania durante algunos años. En 1948 obtuvo un salvoconducto para escapar a Argentina, pero no lo usó inmediatamente.A principios de 1950, Eichmann estuvo en Ginebra, donde se hizo pasar por un refugiado llamado Ricardo Klement. Con la ayuda de un fraile franciscano de ideas fascistas, que tenía conexiones con el obispo Alois Hudal, obtuvo un pasaporte emitido por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y un visado argentino, ambos documentos a nombre de "Ricardo Klement, técnico". El 17 de junio de 1950 salió en barco desde Génova y llegó a Buenos Aires el 14 de julio del mismo año. Vivió tranquilo y amparado en la Argentina hasta que el 11 de mayo de 1960 un comando clandestino del Mossad -servicio de inteligencia israelí- lo secuestró en un procedimiento irregular y violatorio de las leyes internacionales y soberanía argentina para llevarlo a Israel y -finalmente- condenarlo a muerte.


Marcelo García
Historias Lado B

miércoles, 1 de abril de 2015

Historia de Nazis, animales y dolor

La viuda del criminal nazi Walter Kutschmann, fundadora de una entidad "protectora" de animales que proclama la eutanasia y dona cámaras de gas a municipios.
Artículo publicado en Diario Crónica, Buenos Aires, Argentina - Domingo 16 de febrero de 1992. 
Copyright © Crónica.

Cámaras de gas, matanza de animales y ... la sombra de Walter Kutschmann...


Cuando la apertura de los famosos archivos nazis, más allá de unas pocas confirmaciones tales como la comprobada ayuda de Perón a los criminales se transformó en una desilusión para quienes tenían en ellos cifradas esperanzas, vuelve a aparecer en el tapete el nombre de uno de estos jerarcas muerto hace ya algunos años. En forma indirecta, es cierto, pero con un caso que lleva "su marca en el orillo" y que hace recordar viejos tiempos no deseados.
Asociación Amigas de los Animales (AAA), amparada en una dulce nominación, es una entidad que tiene fijada en sus estatutos la eutanasia como uno de sus pilares para "defender y proteger" a los pobres bichitos. No, es la única, lamentablemente, y de estas mismas páginas hemos denunciado ya a otras que se visten con la misma ropa. La particularidad de ésta, es que entre sus filantrópicas tareas incluye la de regalar a distintos municipios de la provincia de Buenos Aires -fundamentalmente del conurbano-, cámaras de gas y elementos para que aquéllos puedan cumplir sin Inconvenientes la "noble" misión de sacrificar animales.

¿Qué tiene que ver esto último con los criminales de guerra nazi? Que la fundadora de AAA fue la señora Geralda Baeumler de Olmo, quien no es otra que la esposa de Walter Kutschmann un integrante de la Gestapo que encontró asilo en la Argentina y que, a punto de ser extraditado, murió de un paro cardíaco. Nazis, animales, cámaras de gas, todo está unido por un circuito que parece no haber encontrado todavía su final y que sigue siendo alimentado por la mente de muchos que, tal vez, siguen añorando otras épocas.

¿Olmo?
Hijo de un dentista berlinés, Kutschmann tuvo su primer puesto de mediana importancia dentro del ejército alemán como sargento de la Fuerza Aérea (Luftwaffe), lo que le valió pelear en 1937 en España, junto a las tropas del generalísimo Franco. Dos años más tarde, afiliado al partido nazi, ingresó en, la temida Gestapo para debutar en su tarea de asesino: fue el responsable de la muerte de 20 profesores universitarios y de 18 familiares de éstos.
Como premio a su falta de escrúpulos, fue puesto a cargo del control de un sector de judíos en Polonia y allí su misión fue mucho más "fructífera": la matanza de 1.500 personas llevó su indeleble sello personal.
Aplastado el nazismo y concluida la Segunda Guerra Mundial, Kutschmann logró fugarse hacia España y consiguió -mediante el pasaporte 59/47- una nueva identidad para viajar por el mundo: la de Pedro Ricardo Olmo, quien en realidad era un sacerdote español muerto varios años antes. Estas historias, en donde nunca parece estar seguro el verdadero nombre del personaje, continuarían también en la Argentina.
De acuerdo a registros argentinos, Pedro Ricardo Olmo nació en la ciudad Real España, hijo de Santiago y de Juana Andrés y estaba casado en primeras nupcias con Elizabeth Pospichil, libreta Nº 286.639, Acta 844, Tomo 4, Sección 20, del Registro Civil de la Capital Federal en el año 1948. El domicilio que daba era el de Sucre 2907, 2º "C", y posteriormente el de Calle 29, esquina 12, Miramar. Casualmente, estos dos figuraban en catastro a nombre de Geralda Baeumler.


Lugar donde vivió el nazi Walter Kutschmann en el brrio de Belgrano, Buenos Aires, Argentina. 
(Fotos: Marcelo García / Historias Lado B)


Claro que esto no suena tan extraño cuando uno conoce las "otras" primeras nupcias de Olmo o Kutschmann: con el número de libreta de matrimonio 59.196, Acta 844, Tomo 4, Seccional 20 del Registro Civil de la Capital Federal, aparecen unidos en matrimonio Pedro Olmo y Geralda Baeumler, cuya cédula de identidad es 6.860.375. Por lo menos es lo que esta última declaró en el estatuto de fundación de la AAA, labrado frente a escribano público en agosto de 1973, bajo el número 2069, folio 0186-45313. Un pequeño detalle, sin embargo, pone en duda todo el resto: consultados los archivos del Registro Civil, la libreta de matrimonio número 59.196 no existe.
Todo este cúmulo de mentiras llevó a que la Fiscalía, en la causa 328/75, le cancelara la carta de ciudadanía a Pedro Olmo y que mediante la causa 769, Juzgado Federal 5, Secretaría 13, fuera denunciado por infracción a la Ley 11.386 y falsificación. Asimismo tuvo otros tres procesos en los tribunales Civil y Comercial y Contencioso Administrativo. Pero también llevó a la Justicia a investigar a la ahora "protectora" de animales, Geralda Baeumler. Así se pudo determinar que la fundadora de la AAA nació el 11 de marzo de 1921 en Grossjasze, ahora Schonebeck (Elba), Alemania, y que es ciudadana americana con pasaporte Nº Z-158.238; expedido el 18 de julio de l962. Hija de Carlos Federico Ernesto y de Inés Emma Juana Dorette Kortmann, tiene la particularidad de poseer dos "primeras" fechas de ingreso a nuestro país: el 6 de febrero de 1964 y el 1º de febrero de 1965. Su definitiva vinculación con Kutschmann u Olmo quedó plenamente confirmada cuando la Fiscalía Federal en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo, solicitó los datos filiatorios de ella, de Hanna Cristina Beate (quien resultó ser la hermana de Kutschmann), de Elizabeth Pospichil (quien figuraba como esposa de Olmo y de quien no se registraron datos filiatorios en Olmo y de quien no se registraron datos filiatorios en ninguna dependencia), de Isabel Pospichil, quien en realidad figura como casada con Ricardo Olmo, es de origen austríaco y no registra más datos filiatorios.
Toda esta telaraña de nombres, números de libretas inexistentes, falsos casamientos y datos entrecruzados, pudo mantener con dudas a algunos hasta que la suerte de Pedro Ricardo Olmo quedó echada: el 30 de junio de 1975, el cazador de nazis Simón Wiesenthal denunció en la ciudad de Viena la verdadera identidad de Olmo, quien por entonces se desempeñaba en la fábrica Osram.

Walter Kutschmann en el momento de ser detectado en la ciudad de Miramar, Argentina.


Olmo reconoció que en realidad él era Walter Kutschmann, pero escapó y su paradero volvió a ser un misterio hasta 1983. fecha en que Wiesenthal lo halló, esta vez en el edificio de la calle 29 Nº 599, en Miramar. El mismo que en los catastros figura como propiedad de Geralda Baeumler, que por entonces era Baeumler de Olmo. Experto en estas lides, Kutschmann volvió a escapar hasta el 14 de noviembre de 1985, en que fue atrapado por agentes de la Interpol en Vicente López.
A punto de ser extraditado para ser juzgado como criminal de guerra, el 30 de agosto de 1986 murió en el hospital Fernández a causa de una afección cardíaca. De acuerdo a las actas de la comisaría 21ª, el cadáver Nº 1.886, registrado en Unidad Coronaria, Cardiología, del hospital Fernández, cama 1.315, fue trasladado a la empresa de sepelios Ramburger. Quien lo retiró e hizo todos los trámites correspondientes para que luego fuera enterrado en el Jardín Evangélico Alemán, de Pablo Nogués, no fue otra que Geralda Baeumler de Olmo.

"Protectora"
La historia, sus vericuetos y las derivaciones, eran imprescindibles para llegar a entender este presente en el que una entidad como la AAA (vaya coincidencia con la tristemente famosa Triple A de López Rega...) actúa con métodos tan íntimamente ligados a los que usó el nazismo. Tanto como que quedó demostrado que una sus fundadoras fue la esposa de uno de esos criminales.
El estatuto de fundación de esta particular asociación dice en el artículo 2º, inciso B, Propósitos de la Asociación: "Combatir por todos los medios, inclusive los legales (sic), los malos tratos a los animales". Asimismo, en el punto referido a las condiciones para aceptar a un socio, explican que "podrán ser admitidos como asociados todas las personas que estén de acuerdo con las finalidades y propósitos de la asociación, acepten la aplicación de eutanasia a aquellos animales que por razones de vejez, enfermedad o fuerza mayor, deban ser sacrificados".
Estos datos mueven a preguntarnos, también, un par de cosas: en primer término, si afirman que van a usar todos los medios "inclusive los legales" ¿cómo son los métodos ilegales que utilizan para combatir los malos tratos a los animales? Y en segundo lugar, cuál es el alcance de la definición "fuerza mayor" para aplicar la eutanasia. Vale recordar. que para otras entidades "protectoras" como ésta, el hecho de que un perro o un gato estuviera abandonado en la calle, era motivo suficiente para sacrificarlo en haras de que "no sufra los rigores del abandono". De todos modos, para que no queden dudas respecto del destino que en la A.A.A. les dan a los animales, entre sus directivas -hasta hace poco figuraba como delegada- Carmen Andreani de Acuña. Esta mujer, domiciliada en la calle Finochietto 1276 de esta Capital, estuvo estrechamente ligada a Clara Leloir de Menditeguy, famosa viuda que detrás de una filantrópica imagen asesinó durante años a miles de indefensos animales. Sin embargo, el colmo de la ironía se vio reflejado cuando en vísperas del Día del Animal del pasado año, la AAA distribuyó un comunicado que llevaba la firma de la mencionada Acuña, de Ruth Hasenclever (presidenta) y de Marta Appuhn-Beilicke (vicepresidenta), en el que destacaban y se "complacían" de informar que entre las mejoras que ellas habían obtenido para los animales, estaba la donación de "cámaras de gas enfriado y medicamentos para sacrificio eutanásico de animales".
Del mismo modo y para que no queden dudas, la nota de A.A.A. aclaraba que ellas "no apoyan ningún tipo de protectoras que por medio de cooperadoras instalen dentro de los centros antirrábicos, refugios para albergar animales abandonados".

No es, lamentablemente, la Asociación Amigas de los Animales la única de su tipo que se dedica a proteger matando. Por eso vale tenerla en cuenta para no acercarle perros o gatos que uno quiera que tengan un destino mejor que su asesinato. Deja, eso sí, un mensaje que no debe soslayarse: la estrecha vinculación con los métodos que hace más de 40 años utilizaron los nazis y hasta los nombres de quienes la promovieron. Nada es casual, ni siquiera la ideología de quienes comienzan con animales y nunca se sabe en qué van a terminar. (1)
Horacio Raña



Walter Kutschmann:  durante la segunda guerra mundial (izquierda)  
y caminando con nuevo aspecto físico por las calles de Buenos Aires (derecha).


¿Quién era Walter Kutschmann?
Walter Kutschmann (Dresde, Alemania: 24 de julio de 1914 - Buenos Aires, Argentina; 30 de agosto de 1986) fue un Untersturmführer de las SS y oficial de la Gestapo, sindicado como responsable de la masacre de 1.500 judíos polacos en Lviv, Polonia en 1941.(2)
hijo de un dentista radicado en esa ciudad hanseática, en 1928 se unió a las juventudes hitlerianas y en 1932 fue un militar en tierra en la Luftwaffe hasta 1936. Empezó estudios de Derecho; pero abandono la carrera uniéndose a la Legión Cóndor leales a las fuerzas de Francisco Franco en España participando en la Guerra Civil Española, donde después fue Tercer Secretario del Consulado Alemán en Cádiz.

Empezada la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Leipzig donde fue enrolado en las fuerzas de seguridad policiacas al mando de Eberhard Schöngarth. Fue ascendido a Untersturmführer y fue oficial a cargo de un grupo de exterminio Einsatzgruppen que operó en Drohobycz, Polonia. Bajo su mando, Kutschmann ordenó el fusilamiento de 36 profesores en Lwów y luego de 1.500 intelectuales polacos en la región de Lviv, en Brzeziny y Podhajce en 1942. En 1944 fue trasladado a París bajo las órdenes del oficial de inteligencia de las SS Hans Günther von Dincklage donde se relacionó brevemente con Coco Chanel en la llamada Operación Modellhut.

Estando en Francia a fines de 1944, desertó para refugiarse en Vigo, España bajo la fachada de un monje carmelita llamado Olmos residente en Vigo, luego cuando el gobierno de Franco empezó a desconocer a los refugiados nazis en 1947, se amparó en la Red ODESSA y se trasladó por vía marítima en la motonave Monte Amboto bajo la apariencia de un monje católico arribando a Argentina el 16 de enero de 1948. Fue asimilado como parte del personal directivo de la compañía eléctrica Osram sirviendo como Encargado de Compras. En ese país se casa en agosto de 1973 con una ciudadana de origen alemán llamada Geralda Baeumler, una empresaria del rubro veterinario radicándose en el barrio Miramar.(3)

El célebre cazador de nazis Simon Wiesenthal lo descubrió y gestionó en Viena la extradición de Kutschmann. La Interpol previa comprobación de las partidas de ciudadanía y matrimonio (que resultaron falsas) solicitó su detención ante el gobierno argentino siendo detenido en 1975 donde escapó perdiéndose su rastro. En 1975 se le canceló su ciudadanía argentina y, se realizó un segundo pedido de extradición en 1985 donde fue nuevamente arrestado por funcionarios de la Interpol en la localidad de Vicente López, dada su precaria salud fue mantenido en un hospital prisión en Buenos Aires donde falleció de un ataque cardíaco. Su supuesta esposa fue denunciada a las autoridades por maltrato animal al aplicar eutanasia por gaseamiento en cámaras, a perros desamparados de la capital bonaerense.(4)




REFERENCIAS:
(1): Publicado en: Diario Crónica, Buenos Aires, Argentina - Domingo 16 de febrero de 1992. Copyright © Crónica.
Publicado también en: Club de Animales Felices / animalesfelices@webinet.com.ar / www.animalesfelices.org.ar / http://www.caf.0catch.com/prensa/viuda.htm


(3): Artículo original: "Vigo: La puerta de huida nazi" Por Eduardo Rolland. 

(4): Diario Crónica, Buenos Aires, Argentina - Domingo 16 de febrero de 1992. Copyright © Crónica.
Publicado también en: Club de Animales Felices / animalesfelices@webinet.com.ar / www.animalesfelices.org.ar / http://www.caf.0catch.com/prensa/viuda.htm

http://elrecado.net/sociedad/item/960-la-incre%C3%ADble-historia-del-nazi-que-veraneaba-en-miramar-y-que-fue-confidente-de-la-dise%C3%B1adora-francesa-coco-chanel.html

viernes, 22 de agosto de 2014

Los Fantasmas de Historias Lado B: El Colegio Pestalozzi, símbolo de la lucha contra los Nazis en la Argentina

Actualmente, en el solar emplazado en la intersección de las calles Zapiola y Virrey del Pino, en la ciudad de Buenos Aires, hay vida.
Una frondosa arboleda, entre la que se ha asimilado una exótica palmera, cubre el terreno que antiguamente ocupaba, allá lejos y hace tiempo, el viejo edificio de la Pestalozzi Schule, o simplemente "el Pestalozzi". El colegio se erigió como el más claro símbolo educativo de la comunidad alemana antinazi de la Argentina de entonces, sobreviviendo a un sistema de las escuelas alemanas empapado de nazismo. Pocas han sido las instituciones que levantaron la bandera de la libertad, el respeto y la pluralidad y el Pestalozzi fue -precisamente- una de esas.
Hoy en día, este símbolo de la lucha contra el Nazismo en la Argentina, tiene su nuevo edificio a unas pocas cuadras del emplazamiento original, pero los fantasmas de aquellos que han luchado desde sus aulas contra la barbarie y la intolerancia, siguen dando vueltas por allí.

Marcelo D. García
Historias Lado B

Arriba: el edificio orginal del Colegio Perstalozzi en 1938. 
Abajo: el terreno en la actualidad - Agosto de 2014. (Foto: Marcelo D.García / Historias Lado B)


domingo, 29 de septiembre de 2013

Oskar Schindler: el gran simulador

¿Fue un moderno San Pablo del Siglo XX como pretenden hacer creer? ¿Converso aparente, iluminado por un mensaje del más allá, impulsado por una fuerza superior? ¿o simplemente un cínico oportunista y manipulador? Oskar Schindler ha pasado a la historia, gracias al rótulo impuesto por el Museo Yad Vashem de Jerusalén,  como el "justo entre las naciones" siendo recordado y homenajeado como un ángel salvador de vidas humanas, dispuesto a rescatarlas de las garras del sanguinario Partido Nacional Socialista, al cual él pertenecía y tan efectivamente servía. El cine de Hollywood puso su "granito de arena" para presentar a Schindler en sociedad como un humanitario benefactor de miles de víctimas inocentes durante la Segunda Guerra Mundial y para convertirlo de buenas a primeras en un ser venerable y digno de todo reconocimiento. Pero su realidad era... sensiblemente diferente. Curiosamente viajó a la Argentina peronista en 1949 desde Génova con un certificado que lo acreditaba como "técnico mecánico", igual que varios jerarcas nazis fugitivos de entonces. Aquí la Historia Lado B de Oskar Schindler, el gran simulador.

Por Marcelo D. García para Historias Lado B

Oskar Schindler.


Una cuestión de oportunismo.
El oportunismo es una forma específica de responder a las oportunidades, la cual implica priorizar el interés propio y obviar principios éticos relevantes para lograr ciertas metas o para resolver preocupaciones compartidas por un grupo. A veces, el oportunismo es definido también como la habilidad de capitalizar los errores de otros, utilizar oportunidades creadas por los errores, debilidades o distracciones de los oponentes en beneficio de uno mismo.

Oskar Schindler, nacido el 28 de abril de 1908 en Svitavy (Imperio Austro-Húngaro, luego Checoslovaquia, hoy República Checa) fue un gran oportunista, el mejor. El más hábil de todos los cínicos oportunistas que tras haber llevado una vida enfocada pura y exclusivamente en la consecución de beneficios personales, tras haber sido no sólo un fiel simpatizante del Partido Nacional Socialista sino también un importante elemento del contraespionaje hitleriano; supo huír (no sin ayuda y complicidad de otros...) de esa realidad incontrastable gracias a negocios oscuros, redes de contactos, arreglos inmorales, silencios extraños y, como si fuera poco, una gran ayuda del cine norteamericano gracias a la película "La lista de Schindler" perpetrada falazmente por Steven Spielberg. La historia oficial pinta a Schindler como un abnegado industrial de la Alemania nazi que descubrió mágicamente la luz al final del túnel y exponiendo su propia vida se dedicó a salvar a miles de judíos que trabajaban en sus fábricas. Extraña habilidad la de Oskar Schindler, para pasar a la posteridad como "justo entre las naciones" (Museo Yad Vashem en Jerusalén) cuando en realidad hubo centenares de Schindler; por no decir miles. Y tantos Schindler hubo en la Alemania nazi como empresarios afiliados al partido que producían a favor de la maquinaria bélica hitlerista y que utilizaban mano de obra (judía y no judía) de "trabajadores" que en realidad no eran tales sino que eran indefensos esclavos. Oskar Schindler ha sido un hábil y útil empresario nazi, pero fundamentalmente ha sido un espía al servicio del aparato de contraespionaje alemán, oficial de las SS, siendo una pieza fundamental en el engranaje destinado a ubicar, delatar, detener y confinar (incluso matar) a la oposición que enfrentaba al régimen de Hitler.
A partir de estos datos fundamentales y sin perder de vista los materiales bélicos indispensables para las campañas guerreras del Tercer Reich que Schindler producía en sus fábricas, podremos comprender en dónde estuvieron las mentiras que terminaron forjando el mito de Oskar Schindler, el supuesto benefactor de la humanidad, el salvador de prisioneros-esclavos judíos, el gran simulador.


Oskar Schindler en su hábitat natural: el ambiente nazi.


Ubicando a Oskar Schindler en la realidad de entonces.
Los relatos que hablan sobre la vida y los hechos de Oskar Schindler tienen como origen dos fuentes fundamentales y de primera mano pero, totalmente distintas entre sí: la de las memorias del propio Schindler y la de las memorias de su exesposa, Emilie. Son los dos relatos a partir de los cuales se puede reconstruír el paso de Oskar Schindler por esta vida. Oskar Schindler redactó sus memorias al poco tiempo de haber culminado la Segunda Guerra Mundial, con los recuerdos bien frescos como para saber qué cosa contar y qué cosa ocultar. Por el lado de su exesposa, las memorias fueron escritas un tiempo después y en la mayoría de los pasajes las diferencias con la versión aportada por Oskar Schindler son llamativamente sorprendentes.
La historia de Oskar Schindler, al ser difundida por el "relato oficial", muestra aristas  que no pueden menos que llamar la atención y mover a la duda, o por lo menos generan inquietudes que son en realidad muy sencillas de rabatir. Oskar Schindler fue un empresario alemán que no escapó a las generales de la "ley" de aquellos tiempos del oscurantismo nazi. Fue parte sustancial de un mecanismo que se encargaba básicamente de apoderarse de negocios o fábricas ajenas (por lo general de personas judías); comenzar a producir lo que el estado nacional socialista de Hitler le pedía hacer; utilizar la mal llamada "mano de obra barata" (léase: trabajadores esclavos) y (aquí comienza a aparecer un elemento fundamental en la historia de Schindler) dedicarse al "cuidado" y la "preservación" (bien marcadas las comillas) de esos pobres e indefensos esclavos (no siempre y no exclusivamente judíos, aunque éstos eran la inmensa mayoría). El tema del "cuidado" y la "preservación" de los esclavos de las diferentes fábricas e industrias que producían para la máquina de guerra hitleriana tiene una simple y sencilla explicación: los "patrones" de las fábricas (generalmente tomadas a la fuerza, como en el caso de Oskar Schindler) "necesitaban" imperiosamente que esos trabajadores-esclavos subsitieran para, simplemente, seguir produciendo en su propio beneficio y el del Tercer Reich. Hay que olvidarse de cuestiones humanitarias y de conciencia aquí. Los empresarios y productores alemanes nazis sólo buscaban "extender la vida" de sus esclavos con esa finalidad: lograr mayor producción en su beneficio.

Oskar Schindler: Oficial de las SS y espía alemán.
La historia oficial se empeña sistemáticamente en colocar a Oskar Schindler en un lugar en el que no merece estar. Llevará unos cuantos años determinar las verdaderas y precisas razones que se ocultan detrás de la máscara artificial y mentirosa que muestra a Schindler como un benefactor de la humanidad, en particular de una gran cantidad de esclavos judíos. La mención del Museo Yad Vashem de Jerusalén es algo digno de todo destaque dentro de esta trama destinada a hacer creer una cosa por otra. Los ejemplos sobre ésto que planteamos abundan y sobran, todos simples y concretos datos históricos. Mientras que otros empresarios alemanes usaban "mano de obra esclava" en sus fábricas, Oskar Schindler es presentado como un industrial que empleaba "trabajadores" extranjeros o de religión judía. Mientras que los otros industriales eran nazis confesos, Schindler (SS e integrante del servicio de contraespionaje alemán) se había acercado al Nacionalsocialismo para "proteger" sus "empleados". Mientras todos los empresarios e industriales nazis alimentaban a sus esclavos para obligarlos a producir más y más, Schindler en realidad (decían algunos) los alimentaba sólo porque los respetaba y pretendía salvarlos. Lo dicho: Schindler hubo miles, sólo que para todos los demás se utilizó un discurso y en su caso se utilizó otro diametralmente opuesto.
En 1930 Schindler se afilió al partido Nacionalsocialista, el partido Nazi para ser más claros, y dado su lugar de residencia en Checoslovaquia, dados sus contactos en el país y dado que estaba más que dispuesto a producir en favor de la maquinaria de guerra de Hitler, fue promovido a oficial de las SS y convocado para ser un tiempo después enlace y espía de los nazis en su país, con todo lo que ser un espía significaba. Cuando Hitler decide poner su pesada bota sobre Checoslovaquia en 1939, los contactos de Schindler con la Gestapo eran muy fuertes y estrechos y de ese modo se lo convocó para que lisa y llanamente se convierta en espía del servicio de contraespionaje, con el objetivo de ubicar, delatar y encarcelar (la muerte de los detenidos era una de las posibilidades) a los opositiores, entre los cuales había además de personas judías, socialistas, comunistas y gente de otras ideas políticas y religiosas contrarias al nazismo. Schindler fue una pieza fundamental en esa tarea de la Gestapo en Checoslovaquia, fue un integrante certero, efectivo y letal a la hora de "escrachar" gente y no precisamente para salvarla...

Oskar Schindler y sus "empleados" en la fábrica de Polonia.


Cuando el 1° de septiembre de 1939 Alemania invadió Polonia con su Guerra Relámpago, Schindler siguió la sangrienta estela dejada por la Wehrmacht para seguir sacando réditos personales. Los años habían pasado desde aquel lejano 1930 con su afiliación al nazismo. Mucho tiempo había transcurrido desde el ascenso obseno y sanguinario de Hitler al poder en 1933 y muy claras habían quedado ya las intenciones hitlerianas respecto de la expansión territorial, la "pureza" racial y los insensatos postulados sobre los judíos, de modo tal que para 1939 Schindler ya debería haber "abierto los ojos" ante la cruda realidad, sólo que eso no sucedió. No dudó en afincarse en la Polonia devastada y sacar su nueva tajada.
Volviendo a lo sucedido en Polonia, Oskar Schindler "se puso al frente" de una fábrica de utencillos de loza en la ciudad de Cracovia. Los nazis y sus habilidades obligaron a una familia judía a "ceder" la fábrica en Cracovia. El procedimiento no tuvo ninguna diferencia a la de otros centenares o miles de casos de usurpación violenta. La "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" era una fábrica de ollas y enlozados, con impecables instalaciones que (pistola Luger en la sien de su propietario mediante)  pasó a manos de Schindler de la noche a la mañana. La historia oficial en cambio habla de "adquisición" de la fábrica de parte de Schindler y va más lejos aún estableciendo falazmente que hasta el final de la guerra Schindler se dedicó a producir allí ollas para el ejército alemán. Mentira. Schindler y sus superiores de las SS decidieron que una gran parte de la planta fabril se destinara a la producción de proyectiles, los mismos proyectiles que mataban rivales políticos, enemigos en el campo de batalla o bien seres indefensos en los infernales campos de la muerte. Eso producía Schindler: muerte.
Schindler no era un "bicho raro" en las filas nazis, por lo cual todas las teorías que pretenden hacerlo quedar como un sensible y humanitario empresario alemán que "boicoteaba" al Tercer Reich carecen de todo fundamento. Tan importante era la industria "adquirida" por Schindler en Polonia que la plana mayor nazi le hacía caso a pie juntillas ante cada uno de sus requerimientos. Entre esos requerimientos estaba el que en determinado momento le hizo al capitán Amon Goeth. Goeth se encargaba de "dosificar" la salida de trenes con prisoneros destinados a los campos de Auschwitz; Treblinka y Sobibor, ni más ni menos. Esa tarea la coordinaba desde el cercano campo de Plazsow, Polonia, lugar que regenteaba "a piaccere".


Schindler y sus "protegidos" frente a la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik".


Schindler convino con Goeth que se le enviaran a la fábrica "adquirida" muchos de aquellos prisioneros destinados a una muerte segura en el campo. La mano de obra barata (léase: esclavos a los que no se les pagaba) Los recibía sistemáticamente y los ponía a trabajar produciendo municiones y los alimentaba no por amor e interés humanitario por ellos, sino por su ya famoso oportunismo y los beneficios (económicos) que de eso obtenía. No era, como dijimos,un "bicho raro" nazi; era uno más entre tantos empresarios y fabricantes nazis que hacían lo mismo que él con un único y simple objetivo: que sus esclavos subsistieran para que produjeran más, mucho más. De modo tal que para que eso fuera posible, la "correcta" alimentación y el cuidado de los mismos llegaba por añadidura.
Nuevamente la "extraña diferencia" en el discurso oficial: los demás esclavizaban, él... protegía y cuidaba. Los demás tenían "esclavos"; él empleaba trabajadores...
Y otra mentira más: la leyenda cuenta que Schindler producía municiones defectuosas y que esa producción llegaba a las huestes hitlerianas. Los nazis no eran tontos. Si Schindler hubiese hecho eso efectivamente durante tanto tiempo y de forma sistemática y repetida, hubiese recaido sobre sus espaldas la acusación de alta traición (así se consideraba), y seguramente hubiese visto el final de sus días frente a un pelotón de fusilamiento u obligado a introducir una cápsula con cianuro en su boca. Esas "traiciones" en la cosmovisión nazi, se pagaban así. Pero no fue el caso, los hechos han demostrado que las municiones que fabricaba Schindler eran muy efectivas y funcionaban bien, por eso siguieron ayudándolo, escuchando sus requerimientos y protegiéndolo... La versión de las "municiones defectuosas" es otra de las enormes mentiras que giran en torno al inventadísimo humanismo de Schindler. Una verdadera patraña.

Amon Goeth, el amo del campo de Plazsow.


Relatos diferentes.
A esta altura, vale la pena destacar que las memorias de Oskar Schindler y las de su exesposa Emilie difieren radicalmente, no ya en fechas o lugares, sino en la intención de lo actuado. Mientras Schindler se encargó de dejar de lado y omitir decenas de hechos complicados, Emilie remarcaba en su diario personal (luego parte de sus memorias), la preocupación por las acciones de su mujeriego, bebedor y farsante esposo. Emilie ponía debido énfasis en las malas condiciones de vida de los "trabajadores" de la fábrica. No dudaba en llamarlos "esclavos" (Oskar Schindler los llamaba "trabajadores") y sentía pánico por caer detenida junto a su marido por las atrocidades que significaban tener allí, bajo su mirada y responsabilidad a miles de personas esclavizadas.
Mientras Schindler se "preocupaba" por la "alimentación y el cuidado" de sus trabajadores, a Emilie le dolía ver esa realidad trastocada y sentía en carne propia la frialdad de aquel gran simulador y mentiroso oportunista que era Oskar Schindler. Emilie Schindler lo sabía: su esposo había salido por la puerta trasera de Checoslovaquia, tras haber delatado amigos, conocidos y compatriotas. Había seguido la llamarada nazi a Polonia sin condicionamientos, espiaba, ultilizaba esclavos y sobre el final de la guerra había logrado que los nazis (él mismo) trasladaran la fábrica y sus "empleados" a otro lugar. Emilie también sabía que 14 años desde aquel 1930 era demasiado tiempo como para que Oskar "no se diera cuenta de la realidad". Su triste conclusión fue: Schindler sabía lo que hacía, estaba convencido de su valor para la máquina de guerra nazi y no sentía el más mínimo remordimiento por lo actuado. Después de todo era uno más de ellos, un nazi y un criminal.

Cambio oportunista de estrategia: Oskar Schindler y el Joint.
Va surgiendo "el nuevo" Oskar Schindler, nace el "converso", el hombre que logra "abrir los ojos", con su acercamiento al "Joint" (un hecho no poco importante en su vida), pero... ¿Qué es el  "Joint"?
El Comité de American Jewish Joint Distribution (también conocido como "el conjunto", el "Joint" o el JDC) es una organización de ayuda judía en todo el mundo con sede en Nueva York. Fue establecido en el año 1914 y está presente actualmente en más de 70 países. JDC, o "Joint", ofrece ayuda a las comunidades judías de todo el mundo a través de una red de programas de asistencia social y comunitaria. En 1945 (momento en el que "mágicamente" se produce la milagrosa "conversión" del gran nsimulador), el "Joint" cruzó sus caminos con el oportunista Oskar Schindler.

Veamos de qué manera se relata este episodio no tan conocido de la vida de Shindler en el libro "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 196/197):
"Su relación con el Joint.
Este episodio, como tantos en la vida de Oskar Shindler, tiene varias versiones, generalmente contradictorias. Según Oskar, fue el mayor Franz von Korab ("halbjude" - medio judío por parte de la madre) jefe en Cracovia, que lo contactó con el Joint que operaba probablemente desde el Hotel Gellert - Budapest (Hungría). El representante permanente de ese organismo, durante la guerra, fue el Dr. Kasztner, el mismo que negoció con Eichmann el tétrico operativo "Blut für ware" (Sangre por mercadería). Como enlace operó el odontólogo Rudolf Sedlatschek.
Este último tenía a su cargo otros grupos judíos en Polonia y en el Protectorado (exChecoslovaquia). También cumplía misiones especiales en Turquía. El contacto Oskar Schindler - Kasztner fue promovido por Sedlatschek. éste, en otra oportunidad, solicitó la ayuda de Schindler para hacer llegar, en forma segura, cartas de Israel (Palestina) a personalidades judías internadas en los campos de concentración.
Schindler afirma que, luego de un minucioso análisis y un intercambio de opiniones con el Dr. Chaim Hilfstein, Magister Salpeter, los hermanos Stern y otros, todos ellos prisioneros-obreros-esclavos, construyó una red eficiente de comunicaciones entre su fábrica, el campo de concentración Plazsow, Israel (Palestina) y Estados Unidos, que funcionó vía Kasztner-Budapest.
Schindler presentó al Dr. Sedlatschek al comandante del campo de concentración de Plaszow, Goeth, quien lo invitó a efectuar una recorrida por el mismo.
¿Es imaginable, conociendo las estructuras jerárquicas de los nazis, que Goeth, sin previa autorización de sus superiores, sólamente a instancias de su amigo Schindler, invitara al judío Sedlatschek a recorrer el campo de concentración? ¿Quienes eran las autoridades que permitieron ese insólito paseo? ¿quién lo promovió? ¿con qué finalidad? ¿Cómo era la relación de Schindler con Goeth? ¿No era que lo consideraba perverso, un sádico? ¿O esta evaluación la hizo después de su "transformación" interior?


Oskar Schindler en Cracovia, 1942.


Oskar Schindler relata que Sedlatschek, con autorización del Joint, entregó  grandes sumas de dinero a los prisioneros judíos-obreros-esclavos de la fábrica de Schindler y menciona entre los beneficiados nuevamente a los prisioneros Dr. Hilfstein, Bankier, Salpeter, Stern, etc.
Por otra parte admite haber recibido de Sedlatschek, en tres oportunidades, sumas grandes. Recuerda (Schindler) dos cifras: 75.000 y 50.000 marcos respectivamente, pero no aclara si se refiere a las 3 entregas mencionadas o a otros aportes.
Schindler viajó varias veces -cuatro- a Budapest. La estadía nunca duró más de 2 días, para evitar, según él, que su ausencia llamara la atención. En la actitud de Schindler o en lo que expresa luego en sus cartas hay una notable incoherencia. ¿No efectúa una autodenuncia con la aparición del judío Sedlatschek como visitante oficial en el campo de concentración de Plaszow?
¿Cómo explicó a Goeth y los otros SS la presencia de este judío? ¿De dónde lo conocía? En la primera reunión con Kasztner participó el Dr. Springmann. Schindler afirma haber facilitado al Joint informaciones precisas sobre la situación en su fábrica y en el campo de concentración de Plaszow. Además informó sobre las medidas implementadas por las SS, las posibilidades de ayuda y los caminos a seguir. Los interlocutores expresaron su conocimiento por su "obra maravillosa" a favor de los judíos perseguidos, e instaron a mantener e incrementarla, sin prejuicio de sacrificios materiales . Cuando arreciaba la persecución nazi y en los campos de concentración morían millones de seres humanos, Kasztner a través de Sedlatschek, le hizo saber a Schindler que personalidades estadounidenses, incluso el exembajador austríaco Steinhart, quien estaba en Estambul (Turquía), tenían interés en conversar con él para recibir un informe exhaustivo sobre la actualidad en Polonia, la liquidación de los ghettos y de los campos de exterminio. Ese viaje aparentemente nunca se realizó.
La versión de la señora (Emilie Schindler) no coincide -como otras veces- con la de su esposo. Ella recuerda que en Mayo de 1945, cuando las tropas soviéticas y americanas (?) ya habían liberado el territorio checoslovaco Oskar venía de tener entonces una serie de entrevista en Estambul (Turquía) con la fundación judía Joint, empeñada en salvar la mayor cantidad de personas posible. También se habían reunido en Budapest con un tal Cedlatchek que se había conectado con mi esposoa través de Bankier, el anterior dueño de la fábrica de Cracovia".

En otro pasaje del libro  "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szarazgat, Ed. Nuestra América, 2003, pag. 198) podemos leer lo siguiente:
"Marzo 1943. Por órdenes superiores y dentro de una programación general fue cerrado el ghetto de Cracovia. Todos los judíos fueron trasladados al campo de concentración de Plaszow, con la orden expresa de su rápida eliminación.
Según Erika Rosenberg, la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik", propiedad de Schindler, contaba con 1750 obreros-esclavos y fue declarada de interés militar. No hay que ser muy perspicaz para entender que el "interés militar" no se centraba en las ollas y utencillos de cocina de los que la pareja (los Schindler) habla sin cesar.
En realidad Oskar Schindler había montado una fábrica de materiales bélicos. Una estimación muy conservadora: (contando con maquinaria obsoleta, lo que no es probable) la producción de proyectiles alcanzaba para eliminar varios ejércitos. Oskar Schindler protestó contra las autoridades nazis por el envío de obreros-esclavos polacos al Reich, ya que así se debilitaba la producción en los territorios ocupados. Se enorgullece de un acuerdo celebrado entre él (Schindler) y la Gestapo, donde convinieron NO matar a los judíos dispersos -o sea los fugitivos que habían logrado escapar de los campos de concentración o de eludirlo- sin en enviarlos a las fábricas cercanas de armamentos.

¿Cuál era el puesto que este personaje ocupaba realmente en la jerarquía oficial para que le den lugar para protestar y celebrar convenios con la Gestapo?

No cabe dudas que Schindler sabía defender sus intereses y tenía las conexiones para intentarlo. Pertenecía a la llamada línea "industrialista", sostenida por un sector de la administración, que privilegiaba -de acuerdo a innumerables documentos- la producción bélica. Ello significó la "protección" de la mano de obra disponible".

De todo lo expuesto con anterioridad ya no quedan dudas sobre el proceder concreto de Oskar Schindler y de su muy reputada posición no sólo entre las líneas medias y altas de las SS y la Gestapo, sino también sobre la buena "llegada" de este inescrupuloso, oportunista y simulador con las altas esferas del poder nazi en Berlín. Una vez decidido el traslado de "su" fábrica de alto interés militar desde Cracovia hasta otro lugar, Schindler se tomó el atrevimiento de, en su viaje a Berlín, recomendar las zonas de Reanania y Austria para la instalación de la fábrica. Finalmente, tras escucharlo atentamente, se determinó que la planta industrial se insatalara en Brunnlitz (Checoslovaquia o Protectorado). La plana mayor nazi, le dedicaba todo su tiempo a un Schindler con tremendos contactos entre los nazis, tal era la posición de este personaje en las altas esferas del poder dictatorial y criminal de la Alemania del Tercer Reich. Oskar Schindler, en mayo de 1945 aún no había experimentado su mágica e instantánea "transformación". Schindler sintió esos deseos incontenibles de "colaborar humanitariamente" una vez que advirtió (como tantos) que los Aliados avanzaban imperturbables sobre las líneas alemanas y sus dominios.
Iba surgiendo el "nuevo" Schindler...el que "luchaba contra los nazis a favor de los judíos"... Y allí, finalmente instalado en su natal Checoslovaquia, en Brunnlitz, vería el avance inexorable de los soviéticos. La historia sigue así...


Arriba: Niños judíos rescatados por el "JOINT" Comité Judío Estadounidense (American Jewish Joint Distribution Committee - JDC).  Abajo: trabajos forzados en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).

Esclavos judíos en el campo de Plazsow (foto: ushmm.org).


Llegan los rusos: se arma la "lista".
A medida que la guerra avanzaba y cuando ya en las postrimerías de la conflagración mundial el final (sólo en los campos de batalla) del Tercer Reich resultaba evidente, la plana mayor nazi decidió entre otras cosas cerrar varios campos de concentración ante el inminente avance soviético desde el Este. Entre otros, uno de los campos que se cerraban era el de Plazsow, que no era sino aquel desde donde llegaban a la fábrica "adquirida" por Schindler los "trabajadores" (léase: esclavos) para seguir produciendo.
Llegamos a 1944 (a muchos años desde aquel 1930, año de su afiliación al nazismo...) y Schindler, como hemos dicho, decidió viajar directamente a Berlín para gestionar "el pase" de los "trabajadores" de la "Deutsche Emaillewaren-Fabrik" a otro lugar que no cayera bajo las garras de los soviéticos. En Berlín escucharon a Schindler y en pleno fragor de lo más descarnado de la guerra dieron cabida a sus pedidos. Los trabajadores de "su" fábrica polaca serían trasladados a otra planta industrial más protegida.

Pensemos lo siguiente, a finales de 1944, si había algo que la Alemania nazi necesitaba eran dos cosas: armas (o municiones como las producidas por Schindler) y transporte. Schindler fabricaba lo primero y exigía lo segundo para "salvar" a sus "empleados". Los nazis, si algo ponían sobre el tapete a esa altura de la guerra, era el orden de prioridades y entre esas prioridades estaba el traslado de la fábrica de Schindler, tras lo cual es fácilmente deducible que la importancia de lo que allí se producía era vital para la máquina de guerra nazi. Habrá que olvidarse entonces de las ollas y los enlozados. Habrá que olvidarse de las "municiones defectuosas" para que los nazis no dispararan ni un solo tiro. Nada de eso. Schindler era una pieza fundamental aún a esa altura de los acontecimientos y todavía en esos comienzos de 1945 sus convicciones nazis y su terrible aprovechamiento del trabajo esclavo, eran marca registrada. No sólo no había el más mínimo gesto de arrepentimiento o humanidad (tan difundida desde la historia oficial), sino que su despótico y criminal sistema de abuso sobre miles de seres indefensos se incrementaba a diario.

A Schindler se le concedieron todos sus pedidos: se decidió el traslado de la fábrica de municiones, si bien no a los lugares que él mismo había propuesto inicialmente sino a la localidad de Brunnlitz, en la ocupada Checoslovaquia, su patria de origen, y como si fuera poco se puso a su entera disposición un convoy ferroviario (en total sumaban 250 vagones) para el traslado de sus "trabajadores", esos mismos trabajadores que en otros casos (cuando se habla hoy en día de otros empresarios alemanes) eran identificados como esclavos.
Schindler contaba además con una muy particular colaboración "interna". Se ha hablado mucho acerca de las personas que lo ayudaban a tener éxito en sus cometidos, e incluso se sabe de ciertos judíos que se encargaban de hacer la tarea y no siempre con fines humanitarios o filantrópicos. El nombre de Poldek Pfefferberg es uno de los que más se destaca de entre aquellos colaboradores, ya que era quien se encargaba de hacer que determinados "pagos" llegaran a los jerarcas nazis para conseguir sistemáticamente lo que Schindler pedía (aquí también jugó un papel fundamental el Joint judío del que hablamos con anterioridad). Las joyas, el dinero mal habido y, por supuesto, los favores sexuales de mujeres se incluían en la nómina de "monedas de pago". La colaboración "interna" (hablamos de algunos de sus "trabajadores") habrá que ubicarla dentro de un contexto no poco importante: el miedo, la necesidad de sobrevivir de algun modo y también la falta de escrúpulos. Hubo de todo (aunque el papel del Joint ha sido algo determinante y muy particular...). En este punto hay que entender también lo que pasaba por la mente de aquellas personas, cautivas de Schindler, presas y obligadas a trabajar para los nazis. El miedo al sufrimiento y a la muerte era algo más que entendible y aceptable a la hora de comprender también cierta "colaboración" con Schindler, el mandamás. De todos modos la "yunta" entre Schindler y algunos pocos judíos que lo rodeaban es algo digno de destacar en esta historia.
La lógica (empleada del mismo modo aún hoy en día para el traslado de presos desde una cárcel a otra...) indicaba que para hacer el traslado de personas de un lado a otro se debía confeccionar una lista. Eso mismo hacían todos y cada uno de los empresarios alemanes cada vez que se veían en una situación similar, por lo cual queda más que claro que "la lista de Schindler" no fue algo excepcional, sino que era el método obligado y pre-establecido por la burocracia nazi. Pensemos otra cosa: los nazis dejaban todo registrado, perfectamente ordenado. Las listas eran moneda corriente y nada fuera de los común y de hecho todos y cada uno de los "miles de Schindler" las confeccionaban.

Parte de la famosa lista de Schindler.


Los casi 1.100 esclavos de Schindler llegaron finalmente a Brunnlitz y un poco después, debido a un "error adminsitrativo" llegó otro convoy con unas 300 mujeres que habían sido enviadas desde su fábrica en Polonia a Auschwitz. Con toda esa gente a cuestas Schindler comenzó a acondicionar "otra fábrica adquirida", en este caso en Brunnlitz. La leyenda sobre el "salvataje" de Schindler en favor de esas personas llevadas en trenes hasta Brunnlitz se agigantó años después, pero lo concreto es que este "moderno pretendido San Pablo del Siglo XX", sólo quería a esa gente en Brunnlitz para seguir explotándolos en beneficio de la industria alemana y su propio bolsillo.
Recapitulando nuevamente: principios de 1945, un fabricante de municiones destinadas a los frentes de guerra, un viaje a Berlín (al centro mismo del poder nazi), una solicitud de trenes para transportar gente desde Polonia hasta Checoslovaquia (con lo necesario que era el transporte a esa altura de la guerra), una lista (habitual) de nombres para asegurarse que todos los esclavos que salían de Polonia llegaran a Checoslovaquia, el empleo de transporte muy importante y vital a esa altura de la guerra (trenes) sin la más mínima traba de parte del mando nazi y al mundo se le hace creer que Oskar Schindler era un benefactor humantitario que arriesgó su vida en pos de los demás. Una máscara que, a fuerza de contrastarla con hechos históricos, cae sola.

Para "mala fortuna" de Oskar Schindler, en mayo de 1945 (Schindler llevaba ya 15 años como afiliado nazi, como oficial SS y como integrante del servicio de contrainteligencia alemán...15 años) los soviéticos entraron también en Brunnlitz y a partir de allí sólo quedaba una cosa para hacer: escapar y abandonar a su suerte a sus esclavos. Eso hizo Schindler y allí, en las abandonadas (por él) instalaciones checas quedó la famosa "lista" con los nombres que pasarían a la posteridad como los de la gente, los judíos en su mayoría, que Oskar Schindler acababa de salvar. La famosa lista de Schindler, estaba en Brunnlitz para cotejar que todos y cadao uno de los esclavos salidos de Polonia ingresaran en la fábrica checoslovaca.
Schindler huyó de la escena vestido como un prisionero judío (al fin se ponía en los zapatos de sus explotados)... En su coqueto autos sport, con su "querida" Emilie, unos diamantes en su bolsillo y con la resistencia checa y los soviéticos pisándole los talones. Así huyó.

Otro dato: los nazis, y ninguno de sus acólitos y simpatizantes o colaboradores, confeccionaba una lista que incluyera personas para ser salvadas. A nadie en el régimen nazi se le ocurría una idea suicida semejante para dejar registrada su traición al régimen. Los miles de esclavos de Oskar Schindler no se salvaron por su intervención ni por la famosa lista confeccionada. Los esclavos judíos de la fábrica de Schindler se salvaron de una muerte segura porque los soviéticos llegaron a Brunnlitz y porque Schindler "se vió obligado a huír".

El "benefactor" huye a Argentina, enclave nazi en Sudamérica.
Las "vueltas de la vida". Mientras uno de sus socios en el maltrato y abuso de prisioneros esclavos, Amon Goeth, era colgado de la horca en el campo de Plazsow (Cracovia, Polonia) en 1946; Oskar Schindler gozaba de los beneficios de haberse establecido en la República Argentina del por entonces presidente Juan Domingo Perón. El surco de sangre, muerte y explotación llegaba desde Europa hasta la siempre acogedora y receptiva Argentina y así las cosas luego de la creación del Estado de Israel en 1948, las autoridades judías decidieron emprender la cacería sobre este criminal de guerra, devenido providencialmente "un converso arrepentido", el "justo entre las naciones". Extrañamente (sí, extrañamente) Israel liberó a Schindler de su persecución en 1955, cuando ya llevaba un largo rato lo más campante en Argentina. La historia se manipulaba de acuerdo a las circunstancias, movida por no pocos y pesados intereses, una vez más.
Sobre la llegada de Schindler a la Argentina, bien vale una aclaración: durante la Segunda Guerra Mundial quienes escapaban de Europa eran anti nazis, mientras que los que huían en la posguerra eran... precisamente los nazis. Oskar Schindler huyó en la posguerra y recaló en un nido de nazis y fascistas como lo era por entonces la República Argentina. En su huída desde Checoslovaquia, buscó frenéticamente eludir a las fuerzas soviéticas (que ceracaban Brunnlitz) y a la resistencia checa que lo buscaba desde sus inicios como agente del contraespionaje nazi en su país. Es que Oskar Schindler no sólo había confeccionado la famosa "lista" de sus esclavos destinados a la fábrica en Checoslovaquia, sino que había sido el responsable de centenares y centenares de otras listas que, como esa última, tenía fines nada humanitarios. Las listas de Schindler, tantas y tantas, contenían los nombres de las personas que había que mantener (de un modo u otro, por diferentes motivos) bajo control o que simplemente debían ser eliminadas. Las primeras listas que Schindler había confeccionado, primero en Checoslovaquia, luego en Polonia estaban destinadas a identificar a los opositores, a los resistentes al régimen nazi, entre ellos (y no sola y exclusivamente) judíos. Aquí debemos ser reiterativos: nunca, ningún nazi, bajo ninguna circunsatncia, confeccionó lista alguna para "salvar" gente. Si eso hubiese llegado a ser posible (salvar vidas humanas) no se contemplaba la posibilidad siquiera de incluír los nombres en una lista y firmarla. Eso era, para los nazis confesos como Schindler, un verdadero suicidio.


El "converso" Oskar Schindler y su esposa Emilie protegidos en Argentina.


De modo tal que la famosa "Lista de Schindler" no fue un monumento al sacrificio personal de su autor, una ofrenda sincera y desinteresadea, sino que fue una más de entre tantas listas que Schindler y miles de empresarios y fabricantes alemanes, nazis convencidos, practicantes y confesos, redactaban para tener control de los seres humanos que, simplemente, esclavizaban y hacía trabajar hasta la muerte, sobre todo a la hora de los traslados de los lugares de "trabajo".
Ese hombre fue el que huyó luego de la guerra y se instaló en la Argentina con su esposa Emilie. Pero claro, la larga trayectoria de traidor y oportunista de Oskar Schindler tendría un nuevo capítulo. Un tiempo después, cuando la inicial persecución del Estado de Israel se dio por terminada (alguna vez Israel debería explicar el inesperado giro en este caso...), Schindler regresó triunfal a su amada Alemania de posguerra, para seguir su vida alocada con alguna de sus amantes. Dejó en tierras argentina a su mujer Emilie, abandonada y con la falsa promesa de un regreso que nunca se produjo... Los años pasaron y, como si poco faltara, el cine (tantas veces falaz y mentiroso) de Hollywood llegó para aportar lo suyo. Steven Spielberg llevaba a la pantalla grande en 1993 la película "Shindler's list" (La lista de Schindler), mostrando a quienes no la conocían, la historia de un abnegado y humanitario empresario alemán que arriesgó su vida por salvar la de miles de judíos. Quienes conocieron a Schindler a través de esa tergiversadora película de Spielberg, quedaron asombrados y admirados. Pero quienes saben de la historia real, sintieron escalofríos ante semejante muestra de "acomodamiento interesado" de los hechos históricos. ¿Qué interesen se movilizaron detrás del film? ¿Quienes han promovido semejante alteración de la historia con la realización de un multipremiado film que muestra una parte mentirosa de la vida de Oskar Schindler? ¿Por qué se ha mentido tan impunemente con esa película? ¿Por qué se le da tan poco lugar a Emilie Schindler en la película de Sielberg? Las respuestas quedarán flotando eternamente en el enviciado aire de una conspiración y de no pocos intereses oscuros.

Tumba de Oskar Schindler.


Oskar Schindler falleció en Hidesheim, Alemania, el 9 de octubre de 1974 a los 66 años de edad. Su cuerpo reposa en el Cementerio Católico de Jerusalén. El Estado de Israel (Museo Yad Vashem) le ha conferido el título de "Justo entre las naciones", un reconocimiento que, a la luz de los hechos, resulta precisamente todo lo contrario: injusto. Alguien deberá explicar alguna vez las motivaciones para semejante tergiversación de la historia...

Emilie Schindler, tras unos años en Argentina, abandonada y engañada por Oskar Schindler, declaró que su último deseo era regresar a su amada Alemania y eso hizo. Murió en el Hospital Maerkisch-Oderland de Berlín en la noche del 5 de octubre de 2001, a la edad de 93 años. Se encuentra enterrada en el cementerio de Waldkraiburg, a una hora de distancia de Múnich. Su lápida incluye las palabras, "Wer einen Menschen rettet, rettet die ganze Welt" ("Quien salva una vida salva al mundo entero"). Un epitafio posiblemente adecuado para su tumba, pero inaceptable para la de su exposo.


Finalmente, un documento revelador: el certificado de ingreso de Oskar Schindler a la Argentina peronista en 1949, proveniente de Génova (Italia), desde donde se daba salida a la "Ruta de las ratas". El documento lo acreditaba como "técnico mecánico" al igual que otros nazis fugitivos. Un paper curioso, si es que se trataba de un  anti nazi protegido por los Aliados.




Marcelo D. García
Historias Lado B


Fuentes de consulta:
- www.ushmm.org
- "Oskar Schindler: fabricante de la muerte" (Alex Szaragat - Ed. Nuestra América, 2003)
- Memorias de Emilie Schindler
-Wikipedia.org
www.jdc.org
- "Ich, Oskar Schindler" (Erika Rosenberg - pág. 29, Herbig - 2000)