jueves, 20 de marzo de 2014

Mi bisabuelo, el voluntario en la Guerra de Cuba

Manuel Agromartín en la Guerra de Cuba, 1898.


A principios de 1898, Manuel Agromartín era uno de los tantos españoles que se ganaba -como podía y lo dejaban- el pan diario de cada día trabajando de sol a sol, deslomándose, a destajo y sin descanso en su España natal. No tenía instrucción el hombre, no tenía estudios cursados, ni títulos, ni nada. Sólo tenía un profundo orgullo por su amada España -esa misma que casi no le había dado nada- y agallas.
Por aquel entonces, para aquellos como él, las oportunidades de ser alguien en la vida venían de la mano de jugadas lanzadas, movidas arriesgadas y -muchas veces- heróicas. Defender los intereses de la Corona Española, estaban dentro de las posibilidades.
Manuel era un tipo simple, sin vueltas y con marcadas convicciones. Si había algo que lo identificaba era -a los hechos me remito- su enorme determinación, su entereza, su arrojo físico y su marcada e inocultable postura antinorteamericana.
En enero de 1898, España se negaba a "venderle" Cuba y Puerto Rico a los Estados Unidos. La potencia americana se había venido arrimando a la zona del Caribe bajo dominio español desde hacía mucho tiempo y sus intenciones de arrebatarle esas colonias de ultramar a la Corona estaban más que claras.
La negativa de España a ceder "por las buenas" motivó -para variar- el envío a Cuba del buque de guerra norteamericano "USS Maine" y de esa intimidante situación al conflicto armado con España, hubo un solo paso.

Imagen publicada en el periódico catalán "Campana de Gràcia". 1898.

El "USS Maine" entrando a La Habana, Cuba. Enero de 1898.


Manuel recibió la noticia de un posible enfrentamiento armado con su corazón acelerado. Entre las ganas y el miedo, lo supo: por fin iba a ser alguien. Y lo fue -aunque no necesitaba cargar un fusil para lograrlo-. Los datos de su partida hacia Cuba están algo borrosos. Posiblemente haya llegado hasta las playas de La Habana en el buque español "Cristóbal Colón", pero lo concreto es que dejó todo atrás, las pocas cosas que tenía, sus afectos, amigos y decidió poner rumbo hacia un lejano destino, cargando un pesado fusil, dispuesto a defender a su patria y a jugarse -como siempre- la vida. Eso mismo es lo que hizo.
Las acciones no se hicieron esperar y el hundimiento del "USS Maine" terminó desatando un conflicto en el que España llevó las de perder. No viene al caso relatar la Guerra de Cuba aquí y ahora, no es esa mi intención. El "Desastre del '98", tal como se lo conoce en España significó la pérdida para la Corona Española de sus colonias en América y Asia. Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, pasaron a manos de los norteamericanos y Manuel Agromartín regresó finalmente a su querida Patria con las manos y el cargador de su fusil vacíos, pero con el corazón lleno de orgullo y satisfacción.

El "USS Maine" hundido en Cuba por la marina española.

El buque de guerra español "Cristóbal Colón". Cuba, 1898.


Sus pasos lo condujeron un tiempo después, como a tantos de sus compatriotas, a la Argentina de principios del siglo XX. Allí, con las mismas agallas y la misma pasión que había mostrado en Cuba, esquivando balas y exponiendo el pellejo a cada paso que daba, supo abrirse camino. Lo había logrado, finalmente era alguien y esta vez sin un fusil al hombro.
Nunca supo lo que era doblegarse. Ni en España, ni en Cuba, tampoco en la Argentina que lo había recibido. Sus convicciones se mantuvieron intactas hasta el mismísimo instante del último suspiro en Buenos Aires. Siempre que pudo encontró la manera de manifestarse contra "esos yanquis", de putearlos en siete idiomas.
Nunca dejó de protestar. Esas eran, en definitiva, las nuevas -y únicas- balas que aún podía disparar.

Ese ha sido mi bisabuelo. Ese ha sido Manuel Agromartín...


Marcelo García
Historias Lado B


jueves, 13 de marzo de 2014

Los fantasmas del sepelio del Capitán Hans Langsdorff en el Cementerio Alemán de Buenos Aires

El 21 de diciembre de 1939 en una multitudinaria ceremonia funeraria, se daba sepultura -en el Cementerio Alemán de Buenos Aires, Argentina- al Capitán Hans Langsdorff, comandante del Panzerschiff Admiral Graf Spee, legendario buque de guerra de la Alemania del III Reich autohundido en las aguas del Río de la Plata tras una épica batalla contra tres buques de la Real Marina Británica prácticamente en los inicios de la Segunda Guerra Mundial.
Muchos años han pasado desde aquel histórico acontecimiento y, sin embargo, las imborrables huellas de los protagonistas siguen marcadas, inalterables y a la vista de todos, en el mismo lugar, tanto tiempo después.
En el "Deutscher Friedhof" de Buenos Aires, aún puede visitarse el monumento que rinde homenaje a los caídos alemanes de las dos grandes guerras mundiales, las tumbas de Langsdorff y las de otros tripulantes y oficiales del Graf Spee.
Pero también, dicen, andan por allí los fantasmas de aquellos personajes que han escrito esa parte de la historia y que se resisten a alejarse del lugar.

"Historias Lado B" presenta, en este artículo, las imágenes de la serie "Los fantasmas de Historias Lado B", una colección en la que conviven armoniosamente el pasado y el presente de esos mismos lugares. Los fantasmas y nosotros, te invitamos a ver de qué se trata...




A continuación, la comparación directa entre las fotos de 1939 y las tomadas recientemente en el Cementerio Alemán de Buenos Aires, Marzo de 2014:



Imágenes / Retoque fotográfico: Marcelo García / Historias Lado B

lunes, 20 de enero de 2014

Henry Ford: nazi norteamericano, financista de Hitler y rabioso enemigo de los judíos

 Henry Ford, nazi norteamericano.


Pensar en la barbarie nazi desatada y sin control, en el antisemitismo rabioso e irracional, en la intolerancia elevada a su máxima expresión, en la persecución y el exterminio de millones de seres humanos, inevitablemente (y por designios prefijados por la historia oficial, aunque no sin motivos) significa pensar en Adolf Hitler. Desde su irrupción a principios de los años '20 Hitler fue sistemáticamente sindicado como el generador de las más radicales y extremas políticas que derivaron luego en el terror vomitado por el sanguinario Tercer Reich alemán. No carecen de fundamentos, por supuesto, las acusaciones sobre Adolf Hitler, de hecho el Führer nazi ha sido el rostro visible del mal durante mucho tiempo, pero en realidad Hitler no había "inventado" nada. Absolutamente nada. No estaba solo y, a nadie ha sorprendido. El surgimiento de Hitler y su ascenso vertiginoso y letal hasta la cumbre del poder fue la triste y lamentable resultante de un pensamiento y un sentimiento (no sólo alemán) que llevaba en gestación mucho tiempo. Muchos pensadores, filósofos e ideólogos habían venido sembrando el camino del antisemitismo y unas otras cuantas teorías de más que dudosa validez en Europa mucho antes de que Hitler hubiera nacido. Las falsas ideas de una superioridad racial, de una humanidad "pura", de gente superior a otra y los postulados que sindicaban al pueblo judío como causante de todos los males de la humanidad estaban más que instauradas y bien aceptadas. Hasta la "inesperada" irrupción de Hitler en las veladas de debates de una vieja cervecería de Munich con sus arengas violentas, nadie se había "animado" a llevar adelante aquellas ideas extremistas y, finalmente, ponerlas en práctica.
El "poder" real que siempre se oculta en las sombras necesitaba y venía buscando desde hacía tiempo a un enceguecido que se pueda hacer cargo de aquella inmunda tarea de lograr un mundo para pocos y que además, llegado el caso, quedara en la historia como el único responsable de las más grandes atrocidades. Había llegado Hitler, pero... había quienes lo habían fogoneado.

Símbolo inequívoco de la pujanza, la mentalidad y el poder (en muchos sentidos) de los Estados Unidos de América, Henry Ford supo estar desde la pimera hora entre aquellos que se encargaron, sistemáticamente, de esgrimir sus más que discutibles argumentos antisemitas a diestra y siniestra y, como si fuera poco, dejarlo todo escrito para la posteridad y la memoria siempre tan selectiva de los poderosos y los vencedores en las guerras. La mentalidad sectaria de Henry Ford encontró inspiración en todos aquellos pensamientos discriminatorios y violentos que insistían en la superioridad de unos sobre otros, pero además supo ser además debida inspiración para otros que vienieron después.
Ford no sólo fue orgulloso portador de la "Gran Cruz del Águila Alemana" en su solapa desde el 30 de julio de 1938, no sólo supo hacer pingües negocios con la Alemania nazi a costa de la provechosa venta de vehículos que movilizaban a la Wermacht hitleriana durante la segunda guerra mundial, sino que desde mucho tiempo antes, fue un auténtico y más que válido inspirador (uno más entre tantos) de Adolf Hitler, ese mismo Hitler que enagenado como estaba, nada había inventado. Hitler era una "cartero". Llevaba un mensaje que otros, ya mucho antes, se habían encargado de escribir...
Dice la leyenda que en uno de los despachos de Hitler había una fotografía del Führer nazi con, precisiamente, Henry Ford. La admiración de Hitler por Ford tenía su explicación, y es que estando encarcelado el Führer nazi entre 1923 y 1925, y en momentos de escribir su panfletario "Mein Kampf" pudo volcar en sus páginas algunas ideas que ya previamente, en 1920, el mismísimo Ford había planteado en su ofensivo libro "El Judío internacional".

"Der Internationale Jude" escrito por Henry Ford.


En su libro profundamente sectario, discriminador y violento, Ford comenzaba su primera parte colocando la vara muy alta y haciendo suyo un texto de la Nueva Enciclpedia Intrernacional, Ford comenzaba su agresión diciendo lo siguiente:
 
"Entre las más destacadas características de la raza hebrea, es preciso citar: acentuada aversión
por toda labor física que implique fatiga; muy pronunciado espíritu de familia; instinto religioso
innato y concepto en extremo elevado de la hermandad de tribu; ánimo esforzado, propio de
profetas y de mártires, más bien que de adalides cultu ales y belicosos; extraordinaria aptitud para
afrontar adversidades; excelente predisposición para el comercio; astucia y perspicacia para la
especulación, particularmente en asuntos de dinero; una pasión de oriental por el lujo, el íntimo
goce del poderío y de los placeres que ofrece una posición social elevada; bien equilibradas
facultades intelectuales".


Y continuaba:

"Vivimos nuevamente en una época en que el judaísmo atrae la atención crítica del mundo entero.
Su ingreso durante la Gran Guerra en lo más escogido de las esferas financieras, políticas y sociales
fue tan general y evidente, que su posición, su poderío y sus fines fueron recibidos con acerba
crítica, y en la mayoría de los casos causaron repulsión. No constituyen las persecuciones una
novedad para el judío. En cambio, para su ética racial, es nueva esta exaltación. Cierto es que este
pueblo sufre hace 2000 años los efectos de un instintivo antisemitismo de las demás razas, pero
semejante aversión nunca llegó a ser consciente, ni pudo expresarse concreta ni claramente. Hoy,
por el contrario, digámoslo así, esta sometido al microscopio de la observación científica, que nos
hace conocer y comprender los verdaderos orígenes de su poderío, de su aislamiento y hasta de
sus amarguras.
En Rusia se le responsabiliza del bolcheviquismo, acusación que, según de donde provenga, podrá
considerarse fundada o infundada. Los norteamericanos, que fuimos testigos de la fanática
elocuencia de los jóvenes judíos, apóstoles de una revolución social y económica, estamos en
excelente posición para poder formar un claro juicio de lo que existiera real y verdadero en tales
acusaciones. En Alemania se achaca al judío la derrota experimentada, y una amplísima literatura
con innumerables pruebas detalladas impele, en verdad, a muy serias cavilaciones. En Gran
Bretaña, se dice que el judío es el amo verdadero del mundo, que la raza hebrea constituye una
supranacionalidad que vive entre y sobre los pueblos, los domina por el poder del oro, y acicatea
fríamente un pueblo contra otro, en tanto se oculta cautelosamente entre bastidores. Por último, en
Estados Unidos llama la atención la insistencia con que los judíos - los viejos por apego al dinero,
por ambición los jóvenes - se infiltran en todas las organizaciones militares, y particularmente en
los rubros dedicados a los negocios industriales y mercantiles derivados de la guerra, criticándose
en especial el cinismo con que dichos judíos explotan en provecho propio los innúmeros
conocimientos que lograron en su calidad de funcionarios del Estado".


"La cuestión judaica, en una palabra, ha hecho su aparición en escena. Más, como ocurre en casos
parecidos, en los que cuestiones de ventaja personal desempeñan cierto papel, aparecen también
determinados esfuerzos para acallarla, insinuando la inconveniencia de exponerla en público. En
cambio, la infalible experiencia prueba que todo problema escamoteado así, tarde o temprano
torna a abrirse paso, y entonces en formas inconvenientes y hasta muchas veces peligrosas.
El judío constituye un enigma mundial. No obstante ser su masa pobre en absoluto, domina,
empero, el mercado económico y financiero del mundo entero. Viviendo sin patria, ni gobierno, es
decir, en la dispersión, demuestra, empero, una unidad nacional y una tenacidad no alcanzada por
pueblo alguno. En la mayoría de los países, salvo restricciones, supo convertirse en el soberano
efectivo, al amparo a veces de los patronos. Dicen antiguas profecías, que los judíos retornarán a
su vieja patria, desde cuyo centro geográfico dominarán a la totalidad de los pueblos, no sin antes
haber resistido el combinado al mundo de las naciones del mundo entero".


"Der Internationale Jude" escrito por Henry Ford.


En su libro de más de 220 páginas plagadas de filosos puñales disfrazados de palabras, Henry Ford daba rienda suelta a su más agrio antisemitismo racial sin el más mínimo reparo y pudor. Su escrito y sus pensamientos han sido,en parte, la lamentable inspiración que Hitler había encontrado para darle forma a su arenga en "Mi lucha". Palabras como las que son expresadas a continuación no dejan dudas sobre la clase de persona y dirigente que era Ford. Decía el creador del genial Ford "T":

"La facilidad de los hebreos para negociar con los gobiernos halla también su explicación en las
antiguas persecuciones, en cuyos dolorosos momentos el judío comprendió el inmenso poder del
oro sobre los caracteres venales. Allí donde se dirigía, le perseguía como una maldición la creciente
antipatía popular. Los judíos, como raza, no se hicieron jamás simpáticos, hecho que el más
ferviente hebreo no negará, aunque se esfuerce por ofrecer una explicación satisfactoria. Tal vez
alguno que otro judío, como particular, goce de nuestra estima, y hasta es posible que
determinados rasgos del carácter judío, detenidamente estudiados, nos resulten simpáticos. Sin
embargo, una de las cargas que soportan los judíos como raza, radica en la antipatía colectiva de
los otros pueblos. Existe esta antipatía en nuestra eran moderna, en países civilizados y en
condiciones que, al parecer, tornan imposible toda persecución.
El judío, en cambio, parece preocuparse muy poco de la amistad o enemistad de los demás
pueblos, acaso por los fracasos de épocas pretéritas, o también, y con mayor verosimilitud, por
suponerse hijos de una raza superior a todas las otras. Pero sea cual fuere el verdadero motivo,
existe el hecho de que su tendencia principal se dirigió siempre a conquistar para sí reyes y
nobleza. ¿Qué les importaba a los hebreos que los pueblos murmuraran contra ellos, en tanto los
reyes y su corte fueran sus amigos? Así vimos existir siempre, hasta en las épocas más duras para
ellos, un "judío de corte", que mediante sus préstamos y los grillos de la deuda, pudo penetrar a
cada instante en la antecámara real. Fue siempre táctica judaica aquella del "camino recto al
cuartel general". Jamás trato el judío de conciliarse con el pueblo ruso; buscó, en cambio, las
simpatías de la corte imperial. Tampoco quiso nunca envolver en sus redes al Zar y a su Gobierno.
En Inglaterra se reía el hebreo del pronunciado antisemitismo del pueblo inglés. ¿No tenía acaso,
detrás suyo a toda la nobleza? ¿No apretaba en sus manos todos los hilos de la bolsa londinense?
Dicha táctica de ir "derecho al cuartel general" explica perfectamente la omnipotente influencia que
tiene el judaísmo sobre tantos gobiernos y la política de los pueblos. Semejante táctica pudo desarrollarse con facilidad por la habilidad del judío de poder ofrecer en cualquier momento aquello
que los Gobiernos precisaban. Cuando se trataba de un empréstito, intervenía al punto el judío de
corte, facilitándolo con ayuda de hebreos de otras capitales o centros financieros. Si un gobierno
quería saldar una deuda vencida, pero sin confiar el precioso metal a un convoy a través de
terrenos peligrosos, también aparecía el judío, que se hacía cargo del asunto; extendía
sencillamente un papel, y cualquier institución bancaria establecida en la otra capital pagaba el
importe. Cuando por primera vez se proveía un ejército con pertrechos modernos, igualmente se
encargaba de ello un judío que poseía el dinero suficiente y disponía también del sistema
adecuado. Lograba, además, la satisfacción de convertirse en acreedor de toda una nación".


Protestas en Estados Unidos contra Ford.


La admiración no iba en un solo sentido. Lo mismo que Hitler sentía por Ford, Ford lo sentía por Hitler. Ese emblema de la industria norteamericana, ese estandarte de la concreción de las "oportunidades" en la tierra de la libertad y el respeto, se encargó también de ser uno de los más fieles y contínuos sostenedores económicos del Führer nazi. Ford hizo todo lo posible para lograr que Adolf Hitler llegara al poder en Alemania y, de paso, intentara dominar al mundo. Y cuando Hitler estuvo en la cima, Ford se encargó de sostenerlo. Después de todo ¿por qué no financiar a alguien que pensaba igual que él?
Los medios periodísticos y no pocos ciudadanos comunes (Sobre todo y fundamentalmente en los Estados Unidos) no permanecieron ajenos a todo eso.
Hubo manifestaciones en las calles, hubo multitudinarias protestas contra Ford, en quien la gente no sólo veía a un socio inpensado de su propio supuesto "enemigo", sino que por sobre todas las cosas, advertía a un intolerante autoritario que lejos estaba de traer bienestar a sus semejantes.
Los medios periodísticos, por su parte, también tenían lio suyo para decir.


El financiamiento de Hitler de parte de Ford en la prensa. 28 de diciembre de 1922 "Fort Wayne News Sentinel".


Para remate, a modo de "tiro de gracia", entre tantas cosas que decía Henry Ford en las páginas del ofensivo libro "El Judío internacional", se preguntaba ¿Cómo se defiende Alemania contra los hebreos?. Así lo respondía:

 "El judío, en Alemania, es considerado solo como un huésped que, abusando de la tolerancia, pecó
con su inclinación hasta el dominio. En efecto; no hay en el mundo mayor contraste que el
existente entre la raza germana pura y la hebrea. Por esta razón no existe, ni puede existir
mancomunidad entre ambas. El alemán no ve en el judío más que al huésped. En cambio, el judío,
indignado por que no se le conceden todas las prerrogativas del indígena, alimenta un odio injusto
contra el pueblo que le aloja. En otros países logro el judío mezclarse mas fácilmente con el pueblo
indígena y acrecentar su poderío con menos trabas, mas en Alemania no le fue posible. El judío
odia por esto al pueblo alemán y, precisamente, por esta misma razón, aquellos pueblos en que la
influencia judía predominaba en mayor grado, demostraron durante la lamentable guerra mundial
el más exacerbado odio contra Alemania. Fueron judíos los que predominaron casi exclusivamente
en el enorme engranaje informativo mundial, que fabricó la "opinión pública" con respecto a
Alemania. Los únicos que resultaron beneficiados con la Gran Guerra fueron en realidad los judíos".


El libro fue publicado originalmente en 1920 bajo el título completo de "The international jew: the world's foremost problem" (El judío internacional: el primer problema del mundo), por The Dearborn Independent, un semanario antisemita de derecha dirigido por el secretario privado de Ford, Ernest G. Liebold. El periódico había publicado también, y difundido ampliamente en los Estados Unidos, "Los protocolos de los sabios de Sion" una publicación marcadamente antisemita y decididamente mentirosa."El judío internacional" se ha publicado en cuatro volúmenes y se ha traducido a seis idiomas, entre ellos el alemán. Conservado tristemente para la posteridad, este libro es la más clara y contundente prueba de que la barbarie, la intolerancia, la denigración y la violencia, también pueden camuflarse detrás de una nación supuestamente democrática, rectora de la conducta mundial.


Marcelo García
Historias Lado B


Referencias:
- Ford, Henry (2003). The International Jew: The World's Foremost Problem. Kessinger Publishing. ISBN 0-7661-7829-3, p. 61.
- Farber, David R. (2002). Sloan Rules: Alfred P. Sloan and the Triumph of General Motors. University of Chicago Press, ISBN 0-226-23804-0, p. 228.
- Lewis, David I. (1976). The Public Image of Henry Ford: An American Folk Hero and His Company. Wayne State University Press., pp. 146–154.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Harry Truman y su dolor por no poder cortarles las manos a los niños alemanes en 1918

 Harry Truman durante la Primera Guerra Mundial.


El 11 de noviembre de 1918 a las 11:00 hs. finalizaba, formalmente, la Primera Guerra Mundial. Aquella jornada significó el alivio esperado y necesario para millones de personas, quienes habían sufrido en carne propia los embates de la sangrienta contienda mundial. Sin embargo también estuvieron aquellos que lamentaron profundamente la finalización de las acciones bélicas, aunque suene extraño. Y no fueron pocos precisamente...
Entre aquellos que "sufrieron" la finalización de la Primera Guerra Mundial, lamentándose por unas cuentas pendientes por saldar, estuvo Harry Truman, quien entre abril de 1945 y enero de 1953 fuera el trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos de América.
Truman ha sabido "pasar a la historia", entre otras cosas por una larga serie de hechos y sucesos que lo marcarían para siempre, como al mundo que lo rodeaba. Truman fue el responsable del fin de la Segunda Guerra Mundial, el uso de armas nucleares contra las indefensas e inocentes poblaciones civiles de Japón, la fundación de las Naciones Unidas, el Plan Marshall para reconstruir Europa (y de paso redistribuírse Europa y parte del mundo a "piaccere"), la Doctrina Truman para contener el comunismo, el comienzo de la Guerra Fría, el puente aéreo de Berlín, la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Guerra Civil China y la Guerra de Corea. Un Currículum Vitae plagado de "actos heróicos" en beneficio pura y exclusivamente de las nefastas políticas de los Estados Unidos, como era de esperarse. Pero su "prontuario" de acciones libertarias y humanitarias había comenzado a escribirse mucho antes de su llegada a la presidencia.

Harry Truman fue el único presidente norteamericano que participó activamente en la Primera Guerra Mundial, siendo integrante de un escuadrón de artillería. Truman siempre supo tener como una de sus máximas de vida aquella lapidaria frase de Theodore Roosevelt, quien fuera presidente norteamericano entre 1901 y 1909, la cual decía: "Habla con suavidad, lleva un buen garrote, llegarás lejos". Bien entendida la tuvo, por cierto, todos y cada uno de sus actos de gobierno así lo han demostrado.
Aquel 11 de noviembre de 1918, cuando la "paz" llegaba al mundo con la llamada final de la "Gran Guerra" Truman se sintió infelíz, incompleto, decepcionado e insatisfecho. Tomó una vieja pluma fuente, una hoja de papel y le escribió unas cuantas líneas a su novia Bess, con quien un tiempo después contraería matrimonio. Truman, "dolido" por el final de la guerra le escribía a su amada desde Francia lamentándose por la inoportuna llegada de la paz y molesto por no haber podido arrasar a la vencida Alemania, además de... no haber podido terminar la faena mutilando a los niños alemanes...

Decía un "dolido" Harry Truman en su carta:
“Es una vergüenza que no podamos entrar y arrasar Alemania y cortar algunas manos y pies de niños alemanes y arrancar la cabellera a algunos ancianos, pero supongo que será mejor hacerlos trabajar para Francia y Bélgica durante cincuenta años.”

El hombre, con los años pudo cumplir su deseo y voluntad, con creces. Llegaría a ser la máxima autoridad del país rector de la moral mundial y, entre otras cosas, con dos criminales bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, podía darse finalmente el gusto de aniquilar a miles y miles de niños, en otro lugar... pero eso ya no importaba.



Fuentes de consulta:
Harry S. Truman Library and Museum
elsilenciodelaverdad.wordpress.com

martes, 10 de diciembre de 2013

Las 7 frases de Mandela que probablemente no encontrará en los medios de Estados Unidos

El portal BuzzFeed eligió algunas de las frases críticas contra la política de EE.UU. y sus aliados hechas por el emblemático líder mundial Nelson Mandela, que falleció este jueves 5 de diciembre.



Sobre la guerra de EE.UU. en Irak:
"Si hay un país que ha cometido atrocidades inexpresables en el mundo es Estados Unidos. Ellos no se preocupan por los seres humanos".

Sobre Israel:
"Israel debería retirarse de todos los territorios que quitaron de los árabes en 1967 y, en particular, Israel debe retirarse completamente de los Altos del Golán, del sur del Líbano y de la Ribera Occidental".

Sobre la guerra de EE.UU. en Irak:
"Todo lo que él (Bush) quiere es el petróleo iraquí".

Sobre Fidel Castro y la revolución cubana:
"Desde sus primeros días, la revolución cubana ha sido una fuente de inspiración para todas las personas que valoran la libertad. Admiramos los sacrificios del pueblo cubano en el mantenimiento de su independencia y soberanía ante la cara de la viciosa y orquestada campaña imperialista para destruir la impresionante fuerza de la revolución cubana. ¡Viva la revolución cubana! ¡Viva el camarada Fidel Castro!".

Sobre el exlíder libio Muammar Gaddafi:
"Es nuestro deber apoyar al hermano líder... especialmente en lo que se refiere a las sanciones que están dirigidas no solo contra él, sino contra la gente común y corriente... a nuestros hermanos y hermanas africanos".

En vísperas de la guerra de EE.UU. en Irak:

"Si nos fijamos en estos asuntos, llegaremos a la conclusión de que la actitud de EE.UU. es una amenaza para la paz mundial".

Sobre Palestina:
"La ONU adoptó una postura firme contra el 'apartheid' y en los últimos años se estableció un consenso internacional que ayudó a poner fin a este sistema inicuo. Pero sabemos muy bien que nuestra libertad no es completa sin la libertad de los palestinos".


Nota original:
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/113408-frases-mandela-no-encontrar-medios-eeuu

jueves, 28 de noviembre de 2013

Rabia y dolor: la historia de la nieta del criminal nazi de “La lista de Schindler” (Diario Clarín)

POR MARINA ARTUSA - DIARIO CLARIN
Nació de la hija del personaje encarnado por Ralph Fiennes y un nigeriano. “Mi abuelo me habría asesinado”, dice Jennifer Teege.

Nueva vida. “Mi depresión comenzó a desaparecer cuando supe la verdad. 
Hoy entiendo quién soy y de dónde vengo”. /Cezaro de Luca/ENVIADO ESPECIAL.


FRANKFURT. ENVIADA ESPECIAL - 26/11/13
Lo primero que reconoció fue el vestido de flores. “Era bastante exótico para la época y en la única foto que yo tenía de mi abuela ella estaba con ese vestido”, dice Jennifer Teege, la alemana que acaba de escribir su propia biografía – Amon. Mi abuelo me hubiera asesinado de un disparo –, un libro con un hallazgo histórico tan asombroso como insospechado: que el comandante nazi Amon Göetz, aquél conocido como “el carnicero de Plaszow”, cuya crueldad tan bien retrató Ralph Fiennes en la película La lista de Schindler de 1993, tuvo una nieta negra. Y que esa nieta es ella, una mujer de 43 años y casi dos metros de altura que nació del romance entre Monika –hija de Göetz y de su secretaria en el campo de concentración– y un estudiante nigeriano.

“Reconocí el vestido de flores de mi abuela en un libro de tapa roja que tomé de un estante de la biblioteca de Hamburgo por azar –dice Jennifer, que se dedica a la publicidad, está casada y es madre de dos varones–. Aquel día estaba recorriendo las secciones de Psicología e Historia. Sufrí depresión durante casi toda mi vida y buscaba algo para leer cuando un volumen de tapa roja llamó mi atención.” El título del libro, escrito por una tal Monika Hertwig –el nuevo apellido que usa la hija de Göetz–, era Debo amar a mi padre, ¿verdad?"
“Lo empecé a hojear, vi fotos que me resultaban familiares, hallé los datos biográficos de mi madre y los de mi abuela. Cuando descubrí quién había sido mi abuelo, no pude volver sola a mi casa.” 

En esas páginas, Teege halló lo que su madre nunca le quiso confesar: que era nieta de Amon Göetz, un vienés que había nacido en 1908, que se había unido a los nazis en 1930 y que en 1943 había quedado a cargo del campo de concentración de Paszow, en la Polonia ocupada por los alemanes, donde se había hecho conocido por disparar a los judíos prisioneros desde su balcón. “Mi padre nazi disparó a mujeres con bebés en los brazos –admitió Monika en su libro–. Me atormenta pensar cuánto de él pueda haber en mí.” Cuando Jennifer nació, Monika la entregó en un hogar de niños y luego la dejó a cargo de una familia de crianza de Munich. “Mi madre venía a visitarme. También lo hizo alguna vez mi abuela. Pero nunca me hablaron de la historia familiar”, dice Teege. La abuela, Ruth Irene Kalder, fue una ex actriz que se convirtió primero en secretaria y luego en amante de Göetz, que ya estaba casado y tenía tres hijos.
En 1944, las mismas SS lo apartaron de su cargo por el trato cruel que daba a los prisioneros del campo de concentración. Pero antes del juicio al que lo someterían las autoridades alemanas, los estadounidenses lo capturaron, lo procesaron y lo condenaron a muerte.
Amon Göetz fue ahorcado en 1946.
Su hija, Monika, tenía un año. Su viuda, Ruth, pasó el resto de su vida defendiendo su causa. Se suicidó con pastillas, en 1983, junto a un retrato de Göetz.

-¿Ni siquiera sospechó nada luego del suicidio de su abuela?
-Yo tenía diez años. Me enteré porque mi familia de crianza lo leyó en el diario. Nunca supe cómo murió.

-¿Tampoco cuando vio la película de Spielberg reconoció allí el apellido?
-En ese momento vivía en Israel. Estaba muy conmovida porque conocía a muchas caras del Holocausto. Jamás reparé en el apellido del personaje de Ralph Fiennes.

-Cuando descubrió la verdad. ¿Cuánto quiso saber acerca de su abuelo?
-Todo. El subtítulo de mi libro dice “Mi abuelo me habría asesinado de un disparo”. Y es obvio que habría sido así. Por el color de mi piel. No es lo que él hubiera esperado para una nieta suya.

-¿Qué siente cuando piensa en quién fue su abuelo y en quién es su madre? ¿Rabia, dolor, pena?
De todo. Y me lo permito. Si no, esos sentimientos se transforman en un bumerang. Estuve furiosa, estuve triste. Estuve muy enojada con mi madre. Luego entendí quién es mi madre a partir de la madre que ella tuvo. Y creo que si no me lo contó fue para preservarme del dolor. He sufrido de depresión casi toda mi vida y la depresión comenzó a desaparecer cuando supe la verdad. Hoy, cinco años después, estoy recuperada. Entiendo quién soy y de dónde vengo.

Desde entonces, Jennifer visitó algunas veces el Museo Oscar Schindler, en Cracovia, y la villa familiar en Paszow, donde todavía está la casa que su abuela habitó con Göetz y desde donde el comandante disparaba a mansalva.

-¿Escribir el libro fue un alivio?
-Era importante para mí que el secreto familiar dejara de serlo, sobre todo por la historia que hay detrás. Tengo dos hijos que no quiero que crezcan con secretos en la familia. El secreto es tóxico. Por otra parte, es una historia pública, sobre un personaje público. Es un capítulo de la historia de Alemania.

-¿Le mandó una copia del libro a su madre?
-No. Digamos que en este momento estamos distanciadas. Pero la puerta está siempre abierta. Pero sí se lo mandé a mi papá. Y recibí una carta muy linda suya.

-¿Alguna vez pensó qué le habría dicho a su abuelo si lo hubiera conocido?
-Creo que no le habría dicho nada. Sólo le habría hecho una pregunta: “¿Por qué?”.


Artículo original: http://www.clarin.com/mundo/Rabia-historia-criminal-lista-Schindler_0_1036696355.html